22 agosto, 2011

Le llamaban Rick Perry

EEUU

Alberto Acereda

Sus éxitos económicos en Texas, con históricos recortes fiscales, reformas y creación de empleo, son una buena tarjeta de presentación, aunque gran parte de los éxitos se deben a iniciativas de los congresistas estatales en Texas.

Hace ya cuarenta años se estrenó Le llamaban Trinidad, película clásica del llamado spaghetti western. El protagonista Trinidad (Terence Hill) ayudaba a su hermano (Bud Spencer) a hacer frente al perverso alcalde y cacique local que quería echar del valle a un grupo de pacíficos mormones. Rick Perry no es el Trinidad de aquella comedia de puñetazos sino el exitoso gobernador de Texas que llega ahora a este otro pueblo convulso de las primarias del Partido Republicano. Si aquella película de Enzo Barboni no fue precisamente una joya artística sino más bien una cinta de entretenimiento, el anuncio de la candidatura de Rick Perry constituye un serio paso a tener muy en cuenta de cara a las elecciones norteamericanas en 2012.

Como tiempo habrá de ir opinando sobre los aspirantes del GOP a la presidencia, vale hoy comentar algunas cosas de Rick Perry. Al margen de las erradas calificaciones de "ultraconservador" lanzadas en tono peyorativo por varias agencias y medios, la figura de Rick Perry no pasará desapercibida. En apenas unos días en la palestra la izquierda política ya le ha encontrado mil problemas y, aparte de la infantil comparación con George W. Bush, hasta Obama le ha atacado. Perry ha cambiado ya la dinámica de estas primarias y es un serio aspirante. Rick Perry se presenta como conservador haciendo frente al ala centrista del GOP ahora liderada por Mitt Romney. Sus éxitos económicos en Texas, con históricos recortes fiscales, reformas y creación de empleo, son una buena tarjeta de presentación, aunque gran parte de los éxitos se deben a iniciativas de los congresistas estatales en Texas más que al propio gobernador.

Aun así, hay algunas cosas que pueden dejarle fuera de juego entre los votantes de su propio partido. Rick Perry tiene en su historial acciones que generarán debate. En asuntos de inmigración, por ejemplo, aprobó en su estado la primera ley del llamado "Dream Act", abogó en México (sin dar detalles) por fronteras abiertas y después por otorgar amnistía a millones de inmigrantes indocumentados. El año pasado criticó duramente la ley migratoria de Arizona (SB 1070). Perry estuvo a favor del llamado "Trans Texas Corridor Project", con peajes en autopistas conectando México y Texas, proyecto que fue tajante y mayoritariamente rechazado por su propio Congreso. Polémicas fueron también las posiciones de Rick Perry a favor de hacer obligatorias las vacunas de Gardasil y otras iniciativas que el Congreso de Texas, con mayoría conservadora, impidió.

Es por estas y otras cosas que Perry tiene todavía un camino por recorrer para convencer del todo a los votantes del GOP. Además, está por ver aún si Paul Ryan, Chris Christie o Sarah Palin deciden presentarse. En cualquier caso, si la exageración y la parodia de los westerns en la película Le llamaban Trinidad resultaron un éxito, está por ver ahora si las parodias o exageraciones de los medios obamitas contra Rick Perry y sus supuestos parecidos con Bush tendrán éxito o no para dejarlo fuera de campaña. Interesaría más, desde luego, analizar con seriedad sus logros y evaluarlos. De lo que no cabe duda es de que Perry quiere ganarle la batalla en las primarias al mormón Mitt Romney, echarlo del pueblo como Trinidad; quiere apartar a Michele Bachmann de su actual ascenso en popularidad y, de obtener Perry finalmente la nominación, hacer otra vez como el Trinidad de la mencionada película y echar del pueblo, sin necesidad de puñetazos, a Barack Obama. De momento, ha empezado con éxito.

Alberto Acereda es catedrático universitario en Estados Unidos y director de The Americano.

No hay comentarios.: