Nada peor para un partido necesitado de demostrar que puede renovarse, que ser exhibido reeditando truculencias del pasado
José Cárdenas“Yo vine a ganar elecciones”, reitera Humberto Moreira, presidente nacional del PRI. Nada más le faltó decir: de lo otro, de aquellito, no me pidan más razones.
Sus evasivas tienen potencial suficiente para causar un grave daño a su partido.
El Profe no podrá darle carpetazo al expediente que más le molesta, aun si es parte de una guerra política sostenida desde el más alto nivel de un gobierno que, desesperado, intenta demostrar “lo nefasto” que sería el regreso del PRI; el “regreso al pasado”.
Ahí le vienen a Moreira las denuncias de Hacienda ante la Procuraduría Fiscal y la PGR, por la presunta falsificación de documentos para gestionar créditos mientras fue gobernador de Coahuila.
¿Basta una negativa para invalidar toda esa información y cerrar el expediente?
El mito del hombre lobo retrata la tragedia de quien no puede responder por todos sus actos, sólo por algunos. Es un hombre normal y así se comporta, excepto cuando está poseído por “su otra personalidad”.
Tener cerca a un licántropo (el que imagina estar transformado en lobo) puede ser útil. Pero a nadie se le ocurriría asignarle la tarea de cuidar las gallinas y el prestigio de la granja.
Nada peor para un partido necesitado de demostrar que puede renovarse, que ser exhibido reeditando truculencias del pasado.
Y para el caso, Moreira duele como una muela.
¿Puede El Profe representar a un partido necesitado de convencer de que ya aprendió la lección y puede gobernar sin tantas trapacerías y ser, incluso, un administrador responsable y eficaz?
Si El Profe aúlla, ¿sus seguidores pueden dormir tranquilos sabiendo que andará suelto en las noches de Luna llena?
Sólo hay una manera de mantener la tranquilidad: que el ex gobernador de Coahuila asuma, sin evasivas, el ejercicio de ser llamado a cuentas.
Le guste o no, el señalamiento existe y tiene causa, razón y motivo aparente. Hay información, está justificada y el tema es 100% público y sancionable.
Peña Nieto y los priistas ya entendieron que esto va en serio; que no pueden darse el lujo de cometer errores.
Si lo acusan sin fundamento, así les irá a quienes lo hicieron.
El nuevo PRI, si en realidad existe, tendrá que actuar como señora virtuosa. No le bastará serlo, también tendrá que parecerlo.
MONJE LOCO. Donde ya hay dos, difícilmente caben tres. Colocar a Miguel Osorio Chong como secretario de Asuntos Políticos da una idea de por dónde soplarán los vientos. El ex gobernador de Hidalgo (el rudo), junto con Luis Videgaray (el técnico), son los más cercanos a Peña Nieto. Ya se sabe, ya se supo.
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