02 agosto, 2011

Un peligroso acuerdo para el límite de la deuda


Los recortes en los gastos de defensa previstos en el recién anunciado acuerdo de sobre el límite de la deuda plantean una cuestión fundamental para los americanos: ¿Vamos a dejar que salga adelante un acuerdo que promete poner fin a la seguridad americana tal como la conocemos? ¿O vamos a exigir que el acuerdo, nacido de la crisis impulsada por la política en Washington, se abandone por lo que está en juego?

El acuerdo promete elevar el límite de la deuda por el monto más alto de la historia, más de $2 billones, mientras reduce el gasto en casi $1 billón a lo largo de la próxima década. Se prevé un 6% y 7.5% de recortes en el gasto de defensa a partir del presupuesto presentado por el presidente en febrero para los ejercicios fiscales 2012 y 2013, respectivamente. Se establece un objetivo no vinculante de $1.5 billones en la reducción del déficit a cargo de un Comité Selecto Conjunto para la Reducción del Déficit que la legislación crea.

Si el Congreso no promulga un plan que reduzca lo suficiente el déficit para diciembre, el acuerdo establece que un mecanismo automático que autorizaría a hacer la mitad de los recortes sólo en los gastos de seguridad, con la mayor parte saliendo del Departamento de Defensa. Vamos a tener que sacrificar la seguridad futura de todos los americanos sin realmente atacar la causa de la crisis de la deuda: Es decir, el gasto fuera de control del Seguro y los otros programas grandes de derechos a beneficios.

Al final de todo, es difícil ver cómo este acuerdo es sostenible. En teoría, se supone que el Comité Selecto ha de considerar la reducción de los derechos a beneficios, pero el mecanismo automático de recortes sólo se aplica a los gastos discrecionales. Sabiendo muy bien que los republicanos no apoyarán subidas de impuestos y los demócratas se resisten a los recortes en derechos a beneficios, el mecanismo automático de recortes está trucado para asegurar que la espada caiga sobre el presupuesto de defensa. Si, después de una cuidadosa revisión del Congreso, este concluye que dichos draconianos recortes en defensa u otras partes no son aceptables, la única opción en ese momento es cambiar la naturaleza del proceso y abandonar los elementos principales del acuerdo. Si eso sucede, entonces toda esta operación habrá sido poco más que una estratagema para subir el límite de la deuda sin recortar en profundidad.

Dejando de lado este acuerdo, la misión del Congreso en el próximo año será encontrar la manera de mantener un sólido gasto de defensa para poder modernizar las fuerzas armadas, cumplir con el compromiso global que se requiere para mantener seguro a Estados Unidos y reducir la tensión de unas fuerzas ya sobrecargadas.

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