04 agosto, 2011

Venezuela: Situación Política Nacional – Analitica.com

Durante los últimos meses, la política Venezolana se debatía en un paradójico dilema: ¿Puede un gobierno evidentemente malo, que no ha producido resultados significativos, ganar unas elecciones? Todo el esfuerzo del Presidente Chávez se veía dirigido, en un país semicolapsado, a demostrar las bondades de su gestión y a descalificar a sus oponentes. Para el logro de ese objetivo contaba con todo el sistema nacional de medios públicos, con un uso ilimitado y sin controles de los recursos del Estado y la autocensura de muchos medios privados que veían con temor las consecuencias de una postura crítica. La oposición, por su parte, intensificaba los esfuerzos unitarios y planteaba, a veces con poco éxito, discutir los grandes problemas del país. Todo ello se veía aderezado por el esporádico anuncio de nuevas medidas revolucionarias: una nueva expropiación, una nueva “ocupación temporal”, algún nuevo control impuesto a la empresa privada, algún nuevo tratado internacional y las eternas acusaciones contra el imperio.
De repente todo cambió. Surgió lo que algunos historiadores y filósofos de la historia llaman “un accidente histórico”. Chávez se enferma, se va a la Habana, lo operan y convalece allá por varios días, rodeado por familiares, altos jerarcas del régimen y bajo la sombra protectora de los hermanos Castro. Circularon todos los rumores que la mente humana puede concebir, alimentados por un silencio de mal augurio. Cuando un Chávez demacrado y angustiado se dirige al país desde La Habana y admite, en un mensaje leído, que tiene cáncer, sin mayores precisiones, y que fue operado dos veces en un hospital cubano, se desata otra descarga de rumores. El Presidente finalmente vuelve a Venezuela, para “calmar las pasiones”, según dijo y para continuar “la batalla por la vida”.
El Jefe del Estado mantiene la decisión de no atenerse a la previsión constitucional relativa a las ausencias temporales y, por lo tanto, no encarga al Vicepresidente Ejecutivo Elías Jaua, pero sí le delega, junto con el Ministro Giordani, unas pocas funciones. Tanto el Gabinete como el Alto Mando militar son ratificados, como si hubiese el temor de tocar alguna de las barajas del castillo de naipes. El tiempo de servicio de varios altos oficiales, que debían pasar a retiro, fue prorrogado.
La realidad protocolar es extraña: Jaua es la mayor autoridad civil en la Tribuna de Honor, el día del desfile del Bicentenario, sin embargo, el general comandante de la parada, no le anuncia la finalización del evento, sino que, con la mirada puesta en el firmamento, solemnemente, se dirige “al pueblo venezolano”. En la sesión de la Asamblea Nacional conmemorativa del 5 de julio (realizada el día 8), las autoridades, encabezadas por Jaua, se sientan en los sillones de la Secretaría y no en el presídium. Se dice que el Vicepresidente ha convocado reuniones del Consejo de Ministros en las que muchos de sus integrantes brillan por su ausencia y después de alguna de ellas, el vocero es el Ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro…

LA NUEVA RUTINA

El país entra en una nueva rutina: El Presidente de la República se siente obligado a dar una “fe de vida” cada dos o tres horas, mediante breves apariciones en televisión, en cadena nacional, múltiples mensajes en su cuenta de twiter y frecuentes llamadas a programas de opinión en los canales del Estado. No omite pequeñas apariciones en eventos públicos y transforma su batalla contra la enfermedad en un inmenso “reality show” en el que busca lograr la solidaridad de los venezolanos, crear en torno a su figura debilitada un gran sentimiento nacional de simpatía. ¿P´alante Comandante? El Presidente no se da cuenta, quizás, de que todo lo ocurrido contribuye a la destrucción de la imagen titánica que siempre quiso mantener y que una sobredosis de sentimentalismo podría ser nociva. Chávez aparece, muchas veces en cadena, departiendo con su familia, de la mano de su señora madre, abrazando a sus nietos. Se le ve rezando, recibiendo la unción de los enfermos, invocando al manto de la Virgen y a los espíritus de la sabana. Va y viene a la Habana a recibir quimioterapia. El lenguaje cambia: Cae en desuso, por lo menos para él, el Patria, Socialismo o Muerte; sin embargo los ataques a sus adversarios no menguan en intensidad. Es un Chávez melancólico y meditabundo que trata, sin lograrlo, de lucir optimista. “Venceremos” grita en alusión a la derrota del mal que padece, pero admite que no fue a recogerse ante los restos de El Libertador, el 24 de julio, porque “eso le recordaba la muerte”. Todo busca, sin lograrlo, crear la imagen de un batallador victorioso, que tienen todo controlado y mantiene unida a su gente, al tiempo que resuelve los grandes problemas del país.
La enfermedad ha conducido también al cambio de actitud del Presidente de la República en relación a los presos políticos enfermos. Atendiendo a una solicitud del Obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, Chávez exhortó al poder judicial a tomar medidas de clemencia que permitan a esos presos –que en su opinión no son políticos- permanecer en sus casas y recibir el tratamiento médico que requieren. Este gesto de piedad no favorece demasiado al Jefe del Estado pues el llamado “exhorto” fue atendido con insólita velocidad por los jueces y se empezaron a ejecutar medidas cautelares y liberaciones condicionales. El gesto del Presidente puso una vez más en evidencia, la total sumisión de los jueces a la voluntad del Poder Ejecutivo. Sumisión que quedó también evidenciada en el caso de Walid Makled que será enjuiciado por varios delitos pero cuya presunta vinculación con altos personeros del gobierno y de la Fuerza Armada ni siquiera se investiga. No ayudó tampoco a establecer la imagen de un Poder Judicial independiente el hecho de que el Juzgado de Sustanciación del Tribunal Supremo de Justicia, presidido por la doctora Luisa Estella Morales, haya admitido una denuncia de corrupción contra el Gobernador del estado Miranda, Enrique Capriles Radonski y que 48 horas después es acto fuese anulado por la Sala Constitucional del TSJ, presidida por la misma Luisa Estella Morales. ¿Qué ocurrió? Sencillamente que quien presentó la denuncia no lo hizo con la anuencia de su partido (PSUV), que lo expulsó de inmediato y rechazó la idea de un juicio, por lo menos por ahora, en contra de Capriles.

¿Algo cambia?

El Gobierno sigue su marcha con su estela de ineficiencia y de fracasos. Después del insólito final de la crisis de El Rodeo y de la fuga (posiblemente concertada), de uno de los jefes del motín, quien pudo salir de una cárcel rodeada por cinco mil guardias nacionales, el Ministro del Interior sigue en su cargo y la materia penitenciaria es encargada a un nuevo Ministerio que encabeza la diputado Iris Valera, de cuya experiencia y experticia en la materia existen muy serias dudas.
La economía no luce con perspectivas de mejora y en nuestros próximos comentarios tendremos información sobre la reciente emisión de deuda y sobre la Ley de Costos y Salarios Justos. Este texto legislativo tiene gran relevancia en relación al tema político pues constituye una aceleración del proceso revolucionario y un duro golpe para el sector privado. La normativa estaba prevista para el último trimestre del año y el adelanto está seguramente vinculado a la demostración de que “el proceso” no pierde ni fuerza ni radicalidad con la enfermedad presidencial.
La situación del chavismo es de una aparente unidad. Nadie quiere aparecer jugando posición adelantada y ser percibido por el Jefe como aspirante a la sucesión. Sin embargo los grupos y facciones se mueven y las fichas se colocan en previsión de una guerra interna cuya inminencia es evidente para muchos.
La oposición igualmente se prepara. Oficialmente sus voceros declaran que nada ha cambiado, pero es evidente que los escenarios se ven fuertemente afectados por la enfermedad de Hugo Chávez y que el posible incremento de su popularidad tiene mucho de sentimentalismo y poca incidencia electoral. Surge la nueva precandidatura de la diputada María Corina Machado que busca impactar en los sectores independientes y en el electorado femenino. Un Nuevo Tiempo no termina de resolver el dilema Pablo Pérez/Rosales, lo que evidentemente debilita su opción. Enrique Capriles mantiene una primera preferencia, mientras que Oswaldo Álvarez Paz, Antonio Ledezma, César Pérez Vivas y Eduardo Fernández, recorren el país explicando sus propuestas. Leopoldo López, por su parte, realizó una elección primaria para la escogencia de la directiva de su organización política, Voluntad Popular, con una votación muy importante. La posibilidad de una candidatura del ex Alcalde de Chacao aún está planteada.

Sin embargo ya nada será igual. Chávez era Dios y Dios se enfermó. Afirma que, sin lugar a dudas, será candidato, pero bromea señalando a su hermano Adán como un posible sucesor. Todo dependerá de la evolución de la enfermedad. Como no hay diagnóstico preciso, las puertas siguen abiertas para la especulación. Se dice que no aceptó irse a tratar a Brasil, que cuenta con un hospital oncológico entre los mejores del mundo, porque allí no le garantizaban el secreto. De Cuba sólo se sabe lo que Chávez informa. Por lo pronto afirma que la primera sesión de quimioterapia fue exitosa, que no aparecieron nuevas células enfermas. El nuevo slogan de la Revolución es Patria, Socialismo y Vida…

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