27 septiembre, 2011

2011: ¿el año del turismo en México?

Celso Garrido

Celso Garrido es profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (México), donde es jefe del Área de Investigación “Empresas, Finanzas e Innovación” y coordinador de la especialidad en Innovación del Departamento de Economía de UAM Azcapotzalco. Actualmente coordina la construcción de la red de universidades de América Latina y Europa sobre “Vinculación Universidad-Empresas”, dentro del proyecto Vertebralcue, financiado por la UE, y es consultor de Cepal, BID, Unctad y OMPI. Ha publicado doce libros y más de 70 artículos en México y distintos países.

El presidente de México, Felipe Calderón, ha declarado al 2011 el año del turismo, como un acción de política para promover al sector. El tema es relevante, porque dentro del cambiante y complejo proceso de evolución de la economía mexicana en las últimas décadas, el sector turismo aparece como uno de los que ha tenido un desempeño positivo, hasta alcanzar posiciones relevantes, tanto dentro de la actividad económica nacional, cómo en el contexto internacional.

Algunos datos dan prueba de ello. En 2011, este sector ya representa el 9% del PIB nacional, dando empleo a 7,5 millones de personas y es el tercer generador de divisas en el país. En relación al turismo internacional, México ocupa el décimo lugar a nivel mundial, con un movimiento anual de 22 millones de turistas y un gasto del orden de los US$10 mil millones, lo que lo ubica por amplio margen en el primer lugar entre los países de América Latina y el Caribe. Por su parte, también hay una importante actividad de turismo nacional, ya que en 2010 se registraron movimientos de más de 61 millones de turistas nacionales. Asimismo, si bien el turismo de sol y playa es predominante, hay una creciente diversificación de estas actividades, como por ejemplo, el ecoturismo, el turismo de aventura, cultural, de convenciones, rural, etc.
Muro

Estos niveles alcanzados por la actividad turística en el país son resultado de diversos factores, pero uno particularmente relevante, por lo que ha ayudado al posicionamientos internacional logrado por el país, han sido las políticas públicas para el desarrollo del sector aplicadas por el gobierno nacional desde hace más de 30 años. Especialmente las referidas a la creación de clusters turísticos, lo que comenzó con Acapulco y fue seguido por Cancún, las bahías de Huatulco, Los Cabos, y más recientemente el proyecto de la Rivera Maya en el Caribe mexicano. A ello se suma un número de proyectos regionales de desarrollos turísticos de sol y playa, pero también de turismo especializado, como es el caso de Guadalajara con el turismo de convenciones, por ejemplo, y su muy conocida Feria Internacional del Libro.

Sin embargo, esta no es una evolución lineal y enfrenta desafíos en su perspectiva. El que más se ha destacado recientemente es el de la creciente inseguridad, debido a la violencia desatada en distintas regiones del país. Sin descartar la importancia de estas trágicas circunstancias, hasta el momento las evidencias muestran que ello impacta fundamente al norte del país y a regiones turísticas cómo Acapulco, y en cambio no ha tenido mayor impacto en zonas como Cancún. Una evidencia de la compleja situación que se genera, es que junto con dicho incremento de la violencia, se han mantenido los flujos de turistas internacionales.

El país tiene debilidades relevantes reiteradamente señaladas por los analistas en la literatura. En primer lugar, la que resulta del bajo nivel promedio de gastos de los turistas extranjeros en el país, que está en el orden de los US$440...

Junto con esto hay otros factores operando, no tan visibles pero de gran impacto estratégico que deberían ser considerados en el análisis futuro de la actividad turística en México. En primer lugar, hay un cambio en la lógica del negocio turístico a nivel global, con el desplazamiento del turismo masivo en períodos vacacionales hacia el turismo personalizado que se cumple en cualquier momento del año. Asimismo, se está debilitando el papel dominante de los tour operadores en las cadenas globales de valor turística, a favor de nuevos actores independientes cómo las agencias en línea, etc. Por último, la irrupción de las tecnologías de la información en el negocio turístico ha potenciando las tendencias mencionadas, lo que en general significa un nuevo y dominante papel de los consumidores en la dinámica competitiva del sector. Aunados a estas nuevas condiciones, se observa un cambio en las condiciones de los mercados mundiales con una creciente importancia de los países asiáticos como receptores de turismo internacional, así como dentro de América Latina y el Caribe una mayor competencia de países cómo Cuba en el Caribe y de Perú o Colombia en América del Sur.

Frente a esta incrementada competencia en un contexto de cambio en la naturaleza de los negocios turísticos, México tiene fortalezas debido a la variedad de tipos de turismo que puede ofrecer, además del tradicional de sol y playa (ecoturismo, de aventura, rural, de convenciones, etc.). Ello derivado de sus recursos naturales y culturales. Pero al mismo tiempo, el país tiene debilidades relevantes reiteradamente señaladas por los analistas en la literatura. En primer lugar, la que resulta del bajo nivel promedio de gastos de los turistas extranjeros en el país, que está en el orden de los US$440, lo que sugiere la necesidad de políticas y estrategias negocios para aumentar el gasto promedio en el sector, lo que necesariamente requiere aumentar la oferta de servicios con valor agregado.

De otra parte, hay una falta de recursos humanos capacitados para las condiciones modernas de gestión del negocio turístico. En el país existe una sobreoferta de capacitación para los niveles gerenciales medios y altos, pero no para desarrollar competencias en el conjunto medio y bajo de los trabajadores del sector, que representan la más amplia mayoría.

También se observa que hay un marcado retraso en los modelos de negocios y en las tecnologías con los que se desempeñan los pequeños y medianos empresarios del sector, que son mayoría en el mismo cómo ocurre a nivel mundial.

Asimismo, se señala que la calificación de los hoteles está distante de la que se aplica en la hotelería internacional.

Al mismo tiempo, hay un rezago en las inversiones en infraestructuras para actividades distintas de las de sol y playa, por ejemplo ecoturismo, lo cual desalienta a los potenciales demandantes del sector.

Es que el sector turístico ha estado sujeto a las fluctuaciones de la economía nacional e internacional, ante lo cual faltan programas que apoyen la continuidad de las actividades del sector, mas allá de los fenómenos cíclicos.

Finalmente, dentro de este apretado cuadro, debe señalarse lo relativo al impacto ambiental en la expansión del turismo, respecto a lo cual el país carece de programas de manejo comprensivos y consistentes.

Para contender con estos complejos desafíos, el gobierno ha implementado para el sector turístico distintos programas, siendo uno de los mas recientes el llamado Moderniza, que está dirigido a estimular la actividad de las pymes en el sector turístico. Sin embargo, no parece haber todavía una respuesta gubernamental que dé cuenta de manera integral a los distintos desafíos.

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