¿Cómo se le ocurre al ministro exigir certificado de antecedentes morales y judiciales expedido por Arco Iris a los ciudadanos que pretendan ser elegidos?
El ministro del Interior, Germán Vargas, encomendó a León Valencia conformar un escuadrón de 67 intrépidos investigadores -seguramente militantes de su corriente socialista- para hacer “indagación sobre la influencia de fuerzas ilegales en las elecciones (y) descubrir (…) personas y grupos vinculados a la ilegalidad y a la violencia o que habían hecho parte de la trama de la parapolítica”.
Según Valencia, Vargas Lleras considera que Arco Iris es “garantía de transparencia y legitimidad de las elecciones” y hasta les pidió estar en el Comité de Seguimiento Electoral. Eso, dice, a cambio de una ‘contribución económica’. Misma que utilizarán para entrometerse en la vida política de más regiones. Valencia -¡todo engreído él!- dice que la colaboración entre una organización de la sociedad civil y el Estado para impedir que algunos políticos lleguen “montados en los hombros del diablo” a las alcaldías, a las gobernaciones, a los concejos y a las asambleas es una cosa muy interesante.
¡Interesantísima! Tanto, que el Procurador General de la Nación ya se interesó. De entrada, le recordó al Ministro que quien inhabilita es la Procuraduría y no la corporación Arco Iris. El doctor Ordóñez utilizó el prefijo ‘para’, que tanto gusta a Valencia aplicar a los demás. Dijo: “darle carácter jurídico a ese informe es prácticamente pasar a la “parainstitucionalidad (…) al Ministro de Justicia se le han ido las luces porque no se puede avalar ese género de informes que no tienen ningún valor jurídico y le faltan protocolos”. ¿Eso, en términos disciplinarios, no se llama acaso falta gravísima?
El Procurador aseguró que el contrato entre Arco Iris y el Ministro interfiere en la campaña electoral, le quita transparencia. ¿Cómo se le ocurre al Ministro, pregunto yo, exigir certificado de antecedentes morales y judiciales expedido por Arco Iris a los ciudadanos que pretendan ser elegidos?
Las inquietudes del Procurador son compartidas por varios legisladores. Según Juan Paz, Vargas Lleras deberá comparecer ante el Congreso para responder preguntas que son puro sentido común: 1) Que si no hubo peculado y abuso de autoridad cuando se pagó a Arco Iris, que es un particular, para que asumiera funciones potestativas de la Procuraduría, el DAS y el Consejo Nacional Electoral. 2) Que cuánto pagó 3) Que si los investigadores -reconocidos activistas de izquierda- protagonizaron seguimientos ilegales, intromisión en la vida privada de candidatos, escuchas ilegales o violación de la reserva de documentos. 4) Que si es cierto que el contrato entre el Ministro y Arco Iris fue una manera de remunerar el silencio de Valencia y López y la inactividad procesal del magistrado Iván Velásquez respecto al propio ministro. Eso explicaría el porqué Valencia, Claudia López e Iván Velásquez, íntimos entre sí, no han dicho palabra sobre las preguntas del ex presidente Uribe respecto a presuntas relaciones del Ministro con paramilitares de Casanare y sobre unas muy mentadas partidas de caza con Salvatore Mancuso.
Arco Iris tiene olfato selectivo. 1) Por activa: hizo hasta lo imposible para evitar el triunfo de Luis Alfredo Ramos, quien asegura que entre la administración departamental y León Valencia hubo una manguala para derrotarlo y elegir a Eugenio Prieto. “Examinen quiénes pagaron los pasajes, los viáticos, la estadía de Valencia y López”, dijo Ramos en febrero del 2008. 2) Por pasiva: Valencia guarda silencio sobre testimonios de paramilitares de Urabá, quienes aseguran que Aníbal llegó a la gobernación “montado en sus hombros” . Arco Iris tampoco dice una palabra sobre el ‘Cebollero’, comerciante que se convirtió, como por ensalmo -o, mejor, ‘montado en los hombros’ de la administración departamental-, en el principal distribuidor de los licores de Antioquia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario