13 septiembre, 2011

Cordero: un mundo raro

El ex funcionario ya está en la batalla presidencial del panismo; la madre de todas las batallas, donde conocerá la descarnada realidad.

Ricardo Alemán

Llamó la atención, a propios y extraños, que durante el arranque de su periplo como aspirante presidencial del PAN, Ernesto Cordero haya establecido —de entrada— que su enemigo a vencer es el PRI, partido al que calificó de “autoritario, irresponsable e inmoral”.

Y sin duda que el PRI de ayer y de hoy es todo eso, y mucho más. Lo curioso, sin embargo, es que el señor Cordero parece estar seguro de que sus adversarios en la contienda presidencial por el PAN no son la señora Josefina Vázquez Mota y el señor Santiago Creel sino que su verdadero adversario es el PRI. Por tanto, la certeza de Cordero nos lleva a una doble conclusión.

Primero, que el señor Ernesto Cordero ya sabe que será el candidato presidencial del PAN y que, por esa razón, desde el arranque mismo de su precampaña despliega sus baterías contra el partido que lo combatirá: el PRI. Y, segundo, que si el señor Cordero tiene la certeza de ser ungido candidato presidencial del PAN, entonces estaría confirmando que su jefe, Felipe Calderón, es igual de autoritario que el PRI. ¿Por qué? Porque, en esa lógica, Cordero habría sido producto de un grosero dedazo presidencial.

Pero hay más. Ernesto Cordero pone como ejemplos de lo peor del PRI a gobernadores como Mario Marín, Ulises Ruiz y Humberto Moreira. Aquí también tiene razón el ex secretario de Hacienda: esos gobernadores pudieran ser la peor imagen del tricolor. Sin embargo, también en este caso aparecen dos preguntas fundamentales. Primero, que si son tan nefastos los priistas en cuestión, no han de ser muy eficaces el gobierno y el partido en el poder federal, ya que no han sido capaces de llevarlos a juicio. ¿O acaso el señor Cordero sabe cosas de esos gobernantes, que no sabemos los mortales?

Y, segundo, que si de gobiernos transas y ratas habla el señor Cordero, los gobiernos estatales del PAN no son ejemplo de honestidad. Los hay iguales a los del PRI, o peor de autoritarios, irresponsables e inmorales. Y no se diga si se comparan los gobiernos azules con los del PRD. ¿Ejemplos? El señor Cordero los tiene muy cerca. Basta con citar a sus amigos Fernando Larrazabal, de Monterrey, y Juan Manuel Oliva, de Guanajuato. En esos gobiernos se practican, con singular alegría, todos los vicios, las transas y las desviaciones propias del PRI.

Tampoco ahí terminan los desatinos. Resulta que Cordero llamó al PAN “a ponerse los pantalones… de uso rudo”. ¿Qué quiere decir eso? ¿Acaso quiere decir que las gestiones panistas de Germán Martínez, César Nava y Gustavo Madero no hicieron la chamba entre el electorado; no se pusieron los pantalones de uso rudo? Si ese es el mensaje de Cordero, no estarán muy contentos los grupos políticos vinculados a los malos jefes nacionales del PAN a los que se refirió el señor Cordero.

Lo cierto es que más allá de la abundancia de apoyos que muestra la causa de Ernesto Cordero, parece no tener claros los objetivos prioritarios de una precandidatura —que primero debe ganar una elección interna—, en donde sus adversarios están dentro del partido, no en el PRI o el PRD. Pero, además, tampoco parece entender que, si empieza por demoler al panismo, será difícil que gane el voto de los militantes y los adherentes de todo el país. Y es que Cordero arrancó como si fuera detrás del voto del electorado en general. Y lo cierto es que apenas va por los votos azules.

Pero hay otra equivocación entre quienes intentan comparar las precampañas presidenciales de Felipe Calderón y de Ernesto Cordero. Todos saben que Calderón era y es un profundo conocedor del PAN. Eso le permitió ganar voluntades que sólo se logran cuando se conoce al partido y cuando existe una expectativa de repartir el poder. Hoy, Calderón va de salida y Ernesto Cordero no conoce a Acción Nacional. Y esas variables hacen una diferencia notable.

Por lo pronto, Cordero ya está en la batalla presidencial del PAN: la madre de todas las batallas, en donde conocerá “un mundo raro”, el de la descarnada realidad por el poder. Al tiempo.

EN EL CAMINO. En Veracruz, la razón triunfó sobre la estupidez. El gobierno del estado hizo lo necesario para que los tuiteros que habían sido detenidos por el presunto delito de “terrorismo”, alcanzaran su libertad bajo fianza… Y a propósito de gobernadores, el de Zacatecas fue el primero que, durante su I Informe —al que asistió el gobernador mexiquense—, se solidarizó con el proyecto futuro de Enrique Peña Nieto. Es decir, empieza la cargada tricolor.

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