17 septiembre, 2011

Corrupción en Guatemala y el misterioso caso de los diputados de ARENA asesinados

Edgar Barquin, titular de la Superintendencia de Bancos de Guatemala, dijo que desde el 1 de abril están utilizando una “nueva” estrategia para combatir el lavado de dinero y posibles casos de corrupción en ese país [ref. 1]. La “nueva estrategia” consiste en que los negocios de productos “de alto valor” tendrán que reportar a las autoridades las transacciones de diez mil dólares o más en efectivo. Esta información será recabada por la Intendencia de Verificación Espacial que mantendrá una base de datos para monitorear las operaciones de estos comercios y determinar patrones sugerentes de lavado de dinero. Yo no digo que esta medida no rendirá frutos, lo que si resalto es que esta estrategia no tiene nada de nueva, y el hecho de que la estén implementando hasta ahora en Guatemala sólo indica que la corrupción y el lavado de dinero había contagiado hasta las más altas argollas del poder, aquéllas que tienen precisamente la responsabilidad de implementar este tipo de estrategias.

LA CORRUPCIÓN HA MANCHADO EL EJECUTIVO Y LA MILICIA CHAPINA

Me llama la atención el hecho de que las autoridades de Guatemala le den tanta importancia a transacciones relativamente pequeñas de 10 mil dólares, cuando en el pasado reciente los casos de corrupción hayan movilizado millones de dólares. Por ejemplo, la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, avalada por la ONU, investiga actualmeten a 32 militares, incluidos cuatro ex ministros de la Defensa y el ex presidente Alfonso Portillo, como sospechosos de un desfalco de 113 millones de dólares entre 2001 y 2003 [ref. 2]. Primero hay que encontrar los billetes, antes de contar los centavos.

Los ex ministros investigados son Eduardo Arévalo Lacs, Juan De Dios Estrada Velásquez, Robin Macloni Morán y Álvaro Lionel Méndez Estrada. También son indagados los superiores del departamento de Finanzas del Ejército, entre ellos Enrique Ríos Sosa, Luis Alberto Gómez Guillermo, Sergio Hugo Cárdenas y otras personalidades que ocuparon puestos en la división de contabilidad y de presupuesto. Vaya gobierno…

EL OSCURO CASO DE LOS DIPUTADOS SALVADOREÑOS ASESINADOS

Y ni hablar de la caja de pandora que se abrió después del asesinato de tres diputados salvadoreños y su motorista el 19 de febrero de 2007. A dos años de este crimen todavía no tenemos claro quiénes fueron los culpables intelectuales, pero a nadie le queda duda de que la corrupción y el crimen organizado estan incrustados hasta la médula del gobierno y la policía guatemalteca. Lo último que se publicó fue que el ex diputado salvadoreño Roberto Carlos Silva, del estorboso Partido de Conciliación Nacional, es el autor intelectual del macabro hecho [ref. 3], aunque esto es difícilmente creible.

La versión oficial dice que Roberto Silva se reunió al menos en cuatro ocasiones en Guatemala con el entonces parlamentario guatemalteco Manuel de Jesús Castillo para planificar la matanza, y así vengarse de ARENA por haber votado a favor del retiro de su inmunidad parlamentaria. Esta explicación es totalmente inverosímil, primero porque los diputados asesinados no tenían ninguna posición de liderazgo dentro del partido, y probablemente tuvieron una injerencia mínima en la decisión de votar a favor del retiro del fuero de Silva. Asesinarlos no suena una manera inteligente de vengarse de ARENA. Segundo porque estas últimas declaraciones se dan cuando tanto Silva como Castillo ya están detenidos. Al parecer las mentes oscuras y poderosas de Guatemala y, quién sabe, de El Salvador, quieren cerrar el caso en cuanto antes, y culpar a los conejillos que ya tienen enjaulados.

Tercero, por las matanzas de película que se han perpetrado en contra de personajes involucrados en las investigaciones. Por ejemplo, el acribillamiento de los 4 agentes detenidos como supuestos autores materiales a manos de un comando armado dentro de una cárcel de máxima seguridad [ref. 4].Y por supuesto, el asesinato de Víctor Rivera [ref. 5], un “oscuro” asesor venezolano encargado de la investigación del caso. Cuando estos asesinatos ocurrieron, Silva estaba huyendo de la INTERPOL. Aunque posible, es bastante improbable que desde su exilio comandara estas matanzas, y aunque lo hubiera intentado, es improbable que este gatillo, ex-futbolista de ligas menores, tuviera tanto poder dentro de las esferas gubernamentales de Guatemala como para dar este tipo de órdenes.

Aquí hay gato encerrado.

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