10 septiembre, 2011

El disparate foxiano

Por: Salvador Camarena

Casinoroyale

Por más que le da vueltas y vueltas en su cabeza, Isaura no recuerda cómo pudo escapar del fuego. Sabe que “un joven” fue el artífice de que hoy pueda contarlo. Sabe que el anónimo joven comandaba un enjambre de veinte, treinta personas a las que a gritos pidió sujetarse de las manos y guió en medio del humo. Sabe que llegaron a una puerta de “emergencia” y que por más que intentaron nunca pudieron abrirla. Sabe que sus pies descalzos tropezaban con gente que yacía en el suelo para siempre. Y sabe que muchas de las muertas del Casino Royale son gente que no pudo salir porque eran mayores de edad.

Como otra persona que también conocía el Casino Royale, al que un comando prendió fuego el jueves y provocó la muerte de 52 personas, en la entrevista Isaura trata de matizar que sí conocía esa casa de apuestas pero que no era asidua, al menos no a esa de las muchas que hay en Monterrey. La pena de la víctima ante la tragedia criminal provocada por otros. Como si ir al casino les inculpara en algo. Comida gratis, bebida barata, entretenimiento alucinante, promesas de fortuna instantánea. El coctel está servido y los casinos royales de Monterrey, Guadalajara, Distrito Federal y de tantas otras poblaciones del México de la clase media lucen atestados a toda hora.

La tragedia de Monterrey pesa en todo México. No es por la declaratoria de duelo nacional de tres días decretada por el presidente Felipe Calderón. Esa es una respuesta simbólica que no por excepcional posee un significado claro. Porque no hace falta arriar banderas a media asta para sentir que algo del futuro se hizo cenizas con las llamas de alfombras, tragaperras y carne humana la tarde del jueves en Monterrey. En la calle, en los despachos, en los vehículos, en las casas, el ánimo de todos se impregnó de tizne. Anteayer fueron centro de rehabilitación en Juárez y Chihuahua capital, ayer bares y un estadio en Torreón, hoy una casa de apuestas, ¿y mañana, me tocará a mí ser el que se queda atrapado en un fuego cruzado, el que tomó la carretera equivocada donde los criminales secuestran y desaparecen, el que cometió el peor error de su vida al salir a un local a divertirse sin saber que ahí manda una delincuencia que ha llegado al extremo de que cuando no le pagan su cuota de extorsión calcula que valen más los diez mil dólares semanales que cobran que las vidas que asesinan con la “represalia” al local?

El viernes las casas funerarias de Monterrey son insuficientes para las tres hermanas Miriam, Martha y María González a las que vela un padre; en otra sala está Patricia que se pudo salvar del Casino Royale pero no supo cuándo su marido de nombre Eduardo, que corría junto con ella, se quedó atrás para siempre, sofocado, con un último aliento para decir a su mujer por teléfono ya no puedo respirar. Casas funerarias donde Xavier de 18 años está callado cuando todos lo recuerdan alegre y dicharachero. Casas funerarias que han de preparar los cuerpos de esas 16 personas que no sabían que al entrar a un baño sin suficiente ventilación se acabaron el oxígeno que el fuego reclamaba: las encontraron apretujadas, intactas en su carne, aferradas a teléfonos móviles que aún sonaban.

Mientras se conocen algunas de las historias de algunos de los caídos en la peor matanza de la historia reciente de México, el país ve los rostros en carbón de los presuntos responsables. Al cumplirse 24 horas del ataque al Casino Royale, las autoridades divulgaron retratos hablados de tres de los autores del incendio del Casino Royale. Faltan los de al menos otros tres. Quien proporcione datos para la detención de los criminales podría obtener una recompensa de 30 millones de pesos (más de un millón 600 mil euros).

Horas antes, la policía había reportado que ya tenía en su poder tres de los vehículos que fueron utilizados por los delincuentes para cometer el atentado que mató mayoritariamente a mujeres: de las 43 víctimas identificadas sólo 8 son varones. Faltan por identificar 2 cuerpos y 7 más quedaron irreconocibles por las quemaduras.

Y las autoridades compiten en promesas y otros personajes en disparates. Jorge Domene, vocero de segurida del estado de Nuevo León, anunció la noche del viernes que en las próximas semanas el gobierno federal reforzará la seguridad del estado con el envío de mil 500 policías federales y un número similar de elementos del Ejército Mexicano. Este nuevo desplazamiento de fuerzas federales se suma al denominado Operativo Noreste, que desde diciembre de 2010 vigila tanto Nuevo León como Tamaulipas.

El presidente promete castigo, el vocero de seguridad nacional gesticula un estentóreo “hasta aquí”, el gobernador de Nuevo León suelta lugares comunes, el alcalde grita yo no fui y el ex presidente Vicente Fox exaspera al pedir que un grupo “de expertos en el tema aporte ideas y soluciones y, ¿por qué no?, convoque a los grupos violentos a una tregua, valorar la conveniencia de una ley de amnistía, promover acciones internacionales". Tregua a los asesinos en vez de justicia a las víctimas.

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