KATHLEEN MADIGAN
NUEVA YORK (Dow Jones)--Hemos visto esta película antes y la banda sonora se parece más a la de "Tiburón" que a la de "Mary Poppins".
Una vez más, el informe mensual de empleo de Estados Unidos decepcionó enormemente, pese a que la vara estaba puesta bastante baja. Los economistas esperaban que las nóminas de empleo no agrícola aumentaran sólo en 80.000 en agosto. En lugar de eso, el Departamento de Trabajo informó que no hubo absolutamente ningún cambio en el número de empleos, y los aumentos registrados en junio y julio fueron revisados a la baja.
La mala noticia no estuvo circunscrita sólo a las contrataciones. Los salarios y las horas trabajadas también cayeron el mes pasado. El salario semanal promedio registró una fuerte contracción del 0,4%, lo que sugiere que los sueldos y salarios posiblemente fueron un lastre para el ingreso personal el mes pasado.
En momentos en que el acceso al crédito es escaso y las familias quieren ahorrar más, la caída en las remuneraciones pone en duda el futuro del gasto de los consumidores. Una disminución en el número de compradores debería preocupar a las firmas minoristas que ya han puesto en marcha sus planes de comercialización para las fiestas de fin de año.
Philip Montgomery for The Wall Street Journal Una caída en el gasto de los consumidores también genera temores de que el producto interno bruto real no crezca en el tercer trimestre, o que registre una ligera contracción, tras experimentar una pequeña expansión en el primer semestre del año.
Las horas de trabajo agregadas -una estimación del PIB dentro del informe de empleo- en los primeros dos meses de este trimestre, se ubican levemente por debajo de su promedio del segundo trimestre.
Parte de la debilidad refleja las horas perdidas por los trabajadores en huelga de Verizon Communications (VZ), las que serán revertidas en septiembre. Sin embargo, el tono general de las cifras de empleo -que se suman a deslucidos informes manufactureros regionales- es preocupante.
"Las recientes tendencias están peligrosamente cerca de 'velocidad de pérdida' para la economía", afirma Nigel Gault, economista jefe en Estados Unidos de IHS Global Insight. "Aún no han dicho que entramos en recesión, pero ese riesgo sigue siendo alto (40% de probabilidades, en nuestra opinión)".
Los inversionistas adoptaron una postura decididamente pesimista y de aversión al riesgo luego del informe. Lo único positivo de las cifras para los mercados financieros es que el infortunio del mercado laboral aumenta las probabilidades de que la Reserva Federal inicie otro programa de flexibilización.
Más medidas acomodaticias -ya sea comprar valores con vencimientos a más largo plazo o reducir la tasa de interés que se paga por los depósitos bancarios en el banco central- no contribuirán mucho a resolver el principal problema de esta economía: la baja demanda.
Es por eso que todas las miradas están puestas en el plan de empleo que presentará la próxima semana el presidente Barack Obama. Los inversionistas, los que buscan empleo y los votantes desean una política fiscal innovadora que finalmente haga que esta recuperación se sienta como una recuperación.
Puede que la vara haya estado baja para el informe de empleo, pero está cada vez más alta para el discurso del jueves.
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