17 septiembre, 2011

Rafael Correa: un presidente del narcotráfico

Sería opor­tuno suge­rir a la Orga­ni­za­ción de Esta­dos Ame­ri­ca­nos que eva­lúe los docu­men­tos de la gue­rri­lla colom­biana, que reve­lan la entrega a la cam­paña pre­si­den­cial de Rafael Correa en Ecua­dor, de cien­tos de miles de dóla­res pro­ve­nien­tes de la narco-guerrilla de las FARC, pues de con­fir­marse este con­tu­ber­nio des­es­ta­bi­li­za­dor, esta­ría­mos ante una fla­grante vio­la­ción de la Carta Demo­crá­tica del orga­nismo regio­nal.

Como era de espe­rar, el pre­si­dente de Ecua­dor ha negado con evi­dente ner­vio­sismo, los car­gos reve­la­dos por los máxi­mos diri­gen­tes de la gue­rri­lla colombiana.

Pero ante esta nega­tiva pla­ñi­dera del pre­si­dente ecua­to­riano, los archi­vos y las compu­tado­ras de las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia (FARC) han hablado para poner en evi­den­cia una de las accio­nes más com­pro­me­te­do­ras y sucias del nar­co­trá­fico para sub­ver­tir el orden demo­crá­tico en el con­ti­nente americano.

El pri­mero en des­ta­par la ami­ga­ble rela­ción entre Correa y la gue­rri­lla fue­ron los compu­tado­ras de Raúl Reyes, segundo al mando de las FARC.

Tam­bién los orde­na­do­res dan cuenta de una gene­rosa dona­ción de ‘Tiro­fijo’, máximo diri­gente de las FARC, antes de morir, a la cam­paña de Rafael Correa.

Pos­te­rior­mente un video del ‘Mono Jojoy’, el jefe mili­tar de las FARC, con­firmó la dona­ción espon­tá­nea de 400 mil dóla­res para cola­bo­rar en el triunfo elec­to­ral del enton­ces can­di­dato Correa.

Final­mente el dia­rio per­so­nal del pro­pio Raúl Reyes reveló sin tapu­jos las rela­cio­nes clan­des­ti­nas de la gue­rri­lla con el equipo polí­tico de Correa.

Las compu­tado­ras y los correos elec­tró­ni­cos de Raúl Reyes, suma­dos al video del Mono Jojoy, son una prueba con­tun­dente que vin­cu­lan al pre­si­dente Rafael Correa con las gue­rri­llas de las FARC.

Las dos pro­me­sas de Correa a las FARC, según las compu­tado­ras de Reyes, fue­ron, pri­mero, el cie­rre de la Base nor­te­ame­ri­cana de Manta, que ser­vía para loca­li­zar y moni­to­rear los movi­mien­tos del nar­co­trá­fico, y segundo, la dis­mi­nu­ción de las tro­pas ecua­to­ria­nas en la fron­tera con Colom­bia, para per­mi­tir que la gue­rri­lla colom­biana pudiera hacer uso del terri­to­rio ecuatoriano.

Estas dos pro­me­sas, cum­pli­das al pie de la letra una vez que Rafael Correa tomó pose­sión de la pre­si­den­cia de Ecua­dor, repre­sen­tan la mayor evi­den­cia de que la vin­cu­la­ción con las FARC es una vio­la­ción de la sobe­ra­nía nacio­nal ecua­to­riana y un peli­gro a la esta­bi­li­dad demo­crá­tica del país y de la región.

Según un informe demo­le­dor de las auto­ri­da­des elec­to­ra­les ecua­to­ria­nas, la cuenta ban­ca­ria del par­tido de Rafael Correa en el Banco Machala regis­tró depó­si­tos en efec­tivo por casi medio millón de dóla­res, cuya pro­ce­den­cia no se ha podido esta­ble­cer, aun­que la fecha coin­cide con la regis­trada en los docu­men­tos de las FARC.

El escán­dalo de la finan­cia­ción de la narco-guerrilla tuvo un giro sor­pre­sivo cuando la Fis­ca­lía anti­nar­có­ti­cos de Ecua­dor acusó al car­tel de los her­ma­nos Ostaiza de ser los que comer­cia­li­za­ban la droga de las FARC colom­bia­nas en terri­to­rio ecuatoriano.

Tanto la DEA esta­dou­ni­dense, como la inte­li­gen­cia colom­biana, creen que los tres her­ma­nos: Jef­fer­son, Edi­son y Miguel Ostaiza, que que­rían con­tri­buir con muchos dóla­res a la cam­paña elec­to­ral ecua­to­riana de Correa, fue­ron la fuente recep­tiva de las dona­cio­nes que se men­cio­nan en el dia­rio de Raúl Reyes.

La evi­den­cia pro­ba­to­ria de esta rela­ción se conoce por la amis­tad de los her­ma­nos Ostaiza con los cer­ca­nos cola­bo­ra­do­res del pre­si­dente ecua­to­riano, José Igna­cio Chau­vín, Gus­tavo Larrea, ex minis­tro de Segu­ri­dad, el gene­ral René Var­gas, actual emba­ja­dor en Cara­cas y el coro­nel Jorge Brito, todos tam­bién muy cer­ca­nos a Hugo Chávez.

El escán­dalo de la compu­tadora motivó la salida de Gus­tavo Larrea del Gobierno de Correa, justo des­pués de que Colom­bia con­fir­mara su reunión con Raúl Reyes en enero de 2008.

Y aun­que es cierto que Correa pos­te­rior­mente quiso des­ha­cer su rela­ción amis­tosa con José Igna­cio Chau­vín, por pro­ble­mas noto­rios de éste con la jus­ti­cia ecua­to­riana, las evi­den­cias de la intro­mi­sión de las FARC colom­bia­nas en la polí­tica de Ecua­dor, son ver­da­de­ra­mente estremecedoras.

Si a todo este embro­llo, suma­mos la estre­cha rela­ción del pre­si­dente vene­zo­lano Hugo Chá­vez con el nar­co­trá­fico, que según el Informe del Con­greso de los Esta­dos Uni­dos, con­firma que Vene­zuela se ha con­ver­tido en un narco estado en el Mar Caribe.

De acuerdo a los resul­ta­dos de esta inves­ti­ga­ción con­gre­sio­nal esta­dou­ni­dense, se com­prueba la com­pli­ci­dad de altos fun­cio­na­rios civi­les y mili­ta­res del régi­men cha­vista con las orga­ni­za­cio­nes cri­mi­na­les colombianas.

Lo que explica que la expor­ta­ción de cocaína en Vene­zuela se haya cua­dru­pli­cado en el último quinquenio.

Buena tarea de inves­ti­ga­ción para la Orga­ni­za­ción de Esta­dos Ame­ri­ca­nos, como orga­nismo regio­nal, si ver­da­de­ra­mente quiere pre­ser­var los valo­res de la demo­cra­cia en la región.

Autor: Aberto Müller

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