El ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, está muy cerca de presentarse en una gira de comedia al mejor estilo de Emilio Lovera y Laureano Márquez. Son tantas las barbaridades que dice nuestro ministro que francamente lo que produce es pena ajena.
El tema de uno de sus últimos chistes fue el decir que Venezuela continuará apoyando “desde el punto de vista humano” al terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias “Carlos” y mejor conocido como “El Chacal”, quien cumple cadena perpetua en Francia.
“Carlos” fue protagonista el 21 de diciembre de 1975 junto a otros cinco hombres armados ya que entraron en las oficinas centrales de la OPEP y en mitad de los disparos, que causaron múltiples víctimas entre civiles y policías, tomaron como rehenes a 42 personas.
De la misma manera como también se le atribuyó a “Carlos”, entre otros tantos atentados, la bomba que explotó en el Centro Cultural Francés en Beirut el 15 de marzo y otra más en un tren francés que cobró un saldo de 5 pasajeros fallecidos y otros 30 heridos.
Entonces estimado ilustre, ¿cómo es posible que una persona que haya cometido estos crímenes, ahora su gobierno lo mire con ojos de bondad y solidaridad? La única razón lógica para que un gobierno le estreche la mano a este individuo es que comparta su causa, especialmente cuando en diversas oportunidades Ilich Ramírez ha afirmado que “no se arrepiente de nada de lo que hizo”.
Lejos de ser un reivindicador o un luchador social como muchos de la izquierda lo han llamado, dado su extenso repertorio de crímenes este individuo se le debe juzgar y catalogar como lo que es: un terrorista.
Pero no se preocupe, usted ya nos tiene acostumbrados a ahogarnos de la risa por sus disparates. ¡Así que siga adelante!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario