Lujos del Socialismo del S. XXI. El presidente tiene hábitos caros en una nación que depende del petróleo, importa casi todo y tiene una inflación récord Destina US$ 10,4 millones a celebraciones
CARACAS |
En una mañana de octubre pasado, dos agentes del gabinete de la Presidencia venezolana salieron en misión especial del Palacio de Miraflores. Cruzaron en la primera esquina, atravesaron dos cuadras y entraron en la sede del Banco Central del país.
Allí, recogieron cinco millones de dólares en efectivo. Eran para viáticos (500 mil por día) del viaje que el presidente Hugo Chávez iniciaría aquella noche, con escalas en Moscú, Kiev, Teherán, Damasco y Trípoli.
Lo que aconteció después es puro misterio bolivariano. En aquel par de cuadras entre el Banco Central y Miraflores, desaparecieron agentes y dinero -una cuantía suficiente para sustentar 1.800 familias por un año, considerándose la cesta básica a 279 dólares, como calcula el INE del país.
Chávez se tornó en un gobernante de hábitos caros para una nación de 27 millones de personas que depende de las exportaciones de petróleo, importa casi todo lo que consume (85%), acumula una inflación récord (30% al año) y raciona agua, energía y alimentos.
Después de 12 años en el poder, él intenta vencer un cáncer y conquistar un cuarto mandato, en 2012. Renueva diariamente la promesa de traer el socialismo, pero no consigue garantizar siquiera el suministro de los mercados estatales con alimentos básicos.
En Miraflores, en contraste, predomina la facturación. Chávez quintuplicó el presupuesto del gabinete presidencial en los últimos tres años (794,1 millones de dólares en 2011), calculan Transparencia Venezuela y especialistas en cuentas públicas, como Carlos Berrizbeitia, del Partido Venezuela.
La opulencia de los valores presupuestados para los gastos presidenciales de este año traduce el aprecio de Chávez por las regalías y el clientelismo. De cada US$ 10 del presupuesto del gabinete, 7 se destinan a proyectos sociales, que él conduce personalmente. El dinero restante financia partidas que incluyen 10,4 millones de dólares en gastos de fiestas, alimentos, bebidas y "relaciones sociales"; 329,3 mil dólares en ropas y zapatos; 151 mil dólares en productos de tocador; 408 mil en lavandería y 9,5 millones en manutención de residencias.
"Chávez tiene un discurso socialista y gasta como rico capitalista", dice Berrizbeitia. Las cuentas gubernamentales son opacas, con una rutina de presupuestos paralelos, constata Transparencia Venezuela.
No es común la información oficial sobre el origen de los recursos presupuestarios. Y notablemente escasa la presentación de cuentas sobre consumos -principalmente, los gastos presidenciales.
Todo es secundario, repite Chávez: "No importa que no tengamos para comer, hay que salvar la revolución". Por ella, ya gastó US$ 23 mil millones en la expropiación y creación de empresas. Pero el modelo productivo fracasa, y por ineficiencia, según constatan los economistas Richard Obuchi, Anabela Abadi y Bárbara Liraem en el libro Gestión en rojo sobre 16 empresas "socializadas".
Relatan el caso de Venirauto, creada por Venezuela e Irán en 2006 para montar carros populares. Podría fabricar 10 mil por año, pero solo consigue montar 2.017 vehículos en cinco años.
Los Andes era la mayor procesadora de leche y derivados hasta ser estatizada. Ahora opera a 20% de la capacidad, y el país sufre escasez.
Ese modelo productivo exige subsidios crecientes. El Central Azucarero Sucre trabaja con un costo de 1 dólar por kilo y vende azúcar a los mercados estatales a 0,25 dólares. El Banco del Tesoro le financia la diferencia de 0,75 dólares.
Ironía de la historia: en la crisis, la Venezuela de Chávez está cada vez más dependiente de Estados Unidos. En 2010, le compró a este país 26 mil millones de dólares, gran parte en alimentos. Estas compras deben aumentar en 20%.
46% del presupuesto 2011 es para "Construir la Felicidad Suprema"
Caracas | En Venezuela, el presupuesto público supera la ficción. El presidente Hugo Chávez aprueba, anualmente, un plan de cuentas nacionales con la premisa de que el "socialismo bolivariano" no fracase. Y, renueva -por escrito- la promesa de conducir a 27 millones de venezolanos al "paraíso".
En el papel, los ministerios del Poder Popular solo invierten para "Construir la Felicidad Suprema" (46% del presupuesto de 2011); "Establecer un Nuevo Modelo Productivo y una Nueva Ética Socialista" (26,7%); "Profundizar la Democracia Revolucionaria" (15,5%); y "Construir una Nueva Geopolítica" (10,1%).
Como en la vida real nada se ha cumplido, desde hace 149 meses, Chávez hace prácticamente un discurso diario culpando al capitalismo de toda desgracia.
Mientras los sondeos lo apoyan, Chávez asegura -lo volvió a hacer este fin de semana- que la campaña electoral que se desarrollará para los comicios presidenciales será "dura", pero que ganará "de punta a punta". "No podemos decir que ya ganamos, pero arrancamos ganando".
"Tengo ganas de seguir viviendo y de ser cada día más útil, por eso me preparo más para la batalla de 2012, que va a ser bonita y buena porque ahí se va a decidir esta nueva década", dijo el presidente Chávez este fin de semana a un grupo de jóvenes oficialistas. O Globo/GDA y ANSA
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