14 octubre, 2011

Crece la tensión entre Irán y EEUU por el supuesto plan de ataque iraní

La Casa Blanca endureció tajantemente el tono hacia el gobierno iraní
Irán dice que se trata de 'un show ridí*** hecho junto con los sionistas'
El presunto plan incluía atacar embajadas de Arabia Saudí e Israel en EEUU
Los supuestos conspiradores son Manssor Arbabsiar y Gholam Shakuri

dpa | Washington

La cúpula política de Estados Unidos endureció este martes tajantemente el tono hacia el gobierno de Irán tras dar a conocer informaciones según las que Irán planeaba ejecutar un atentado contra el embajador saudí en Estados Unidos con la colaboración de un cártel de drogas mexicano.

En horas previas del día, el secretario de Justicia estadounidense, Eric Holder, acusó a Irán al decir que el plan de atentar contra el embajador Adel al Jubeir, actualmente en funciones en Washington, habría sido diagramado por "elementos del gobierno iraní".

Los iraníes habrían involucrado a un cártel mexicano para que llevara a cabo el atentado contra Al Jubeir a cambio de 1,5 millones de dólares. Según la CNN, se trataría del grupo Los Zetas. Al Jubeir se encuentra en Washington desde 2007.

Al parecer, la idea era matar al embajador en un restaurante que frecuentan incluso senadores estadounidenses.

Además, el representante estadounidense Dick Durbin, de la Cámara Alta, hizo referencia a un presunto plan de atentar contra la embajada de Israel en Washington.

El anuncio se vio acompañado de un fuerte endurecimiento del tono político: el presidente Barack Obama acusó al gobierno de Irán de violar las leyes del derecho internacional, mientras que la secretaria de Estado Hillary Clinton instó a la comunidad internacional a tomar fuertes medidas contra el país persa.

Clinton agregó que Estados Unidos hablará con sus socios en todo el mundo para encontrar la forma de enviar "un fuerte mensaje" a Irán, país al que instó se aislara aún más.
Presuntos terroristas

Hasta ahora se presentaron cargos contra Manssor Arbabsiar, de 56 años, un ciudadano naturalizado estadounidense que también tiene pasaporte iraní, y Gholam Shakuri, que fue identificado como un miembro de las fuerzas especiales iraníes Al Quds de las Guardias Revolucionarias que opera desde Irán, indicaron funcionarios estadounidenses.

Al parecer, Shakuri es conocido por apoyar el terrorismo internacional. Estados Unidos acusa a estos dos hombres de varios delitos, entre ellos planes de "usar un arma de destrucción masiva".

Arbabsiar fue arrestado el 29 de septiembre en el aeropuerto Kennedy de Nueva York y se presentó ante los tribunales de Nueva York esta misma tarde. Según trascendió, permanecerá detenido y el 25 de octubre se iniciará un proceso en su contra. Por su parte, Shakuri sigue en libertad.

Además, dentro de las primeras medidas adoptadas, el Departamento de Finanzas estadounidense impuso sanciones a cinco presuntos instigadores iraníes pertenecientes a la organización Al Quds.
Respuesta de Irán

La primera reacción oficial de Irán fue pronunciada por el portavoz del Ministerio del Exterior, Ramin Mehmanparast, que rechazó categóricamente las acusaciones. "Estas acusaciones sin fundamento por parte de Estados Unidos no son más que un show ridí*** hecho junto con los sionistas", dijo citado por la agencia de noticias ISNA.

"Esto está nuevamente en línea con su (por Estados Unidos e Israel) escenario conjunto para sembrar la discordia en la región (Cercano Oriente) y ayudar al régimen sionista para que salga de su aislamiento internacional", aseguró.

En cambio Holder aseguró que "la demanda afirma que esta conspiración fue concebida, financiada y dirigida desde Irán, en flagrante violación de la ley estadounidense e internacional".

"Estados Unidos está comprometido con el fin de que Irán se responsabilice por estas acciones", aseguró.

Al parecer el presidente Obama estaba al tanto de las investigaciones desde junio, indicó la Casa Blanca. Los planes fueron descubiertos por el FBI y la agencia antidrogas estadounidense, la DEA.

La trama fue al parecer revelada por un "informante confidencial" de la DEA, que se reunió con Arbabsiar en México en mayo. El informante se hizo pasar por un "socio de un violento cártel de tráfico de drogas internacional", dijo Holder.

Arbabsiar transfirió entonces unos 100.000 dólares a una cuenta en un banco estadounidense como adelanto por el asesinato, según Holder, quien agregó que las autoridades mexicanas cooperaron en la investigación.

La cooperación fue ratificada por el gobierno mexicano. "Desde el primer momento, México y Estados Unidos intercambiaron información y actuaron de forma coordinada", dijo el subsecretario para América del Norte de la SRE, Julián Ventura, en conferencia de prensa.
Tensión entre EEUU e Irán

Estados Unidos acusa desde hace tiempo a Irán de fomentar el terrorismo, y en 2007 emitió sanciones contra las Guardias Revolucionarias y sus miembros por actividades terroristas. Entre otras cosas, Estados Unidos ha acusado a las Guardias de estar detrás de varios de los atentados terroristas en Irak y contra fuerzas estadounidenses allí.

Las acusaciones fueron calificadas como "ridículas" por la agencia de noticias iraní Mehr. "Estados Unidos inició una nueva ronda de guerra psicológica contra Irán para distraer a la opinión pública, pero las acusaciones son ridículas", indicó Mehr, cercana al gobierno.

Estas acusaciones probablemente aumenten las tensiones entre Estados Unidos e Irán, menos de un mes después de que Teherán liberara a dos montañistas estadounidenses que estuvieron encarcelados en el país persa más de dos años acusados de espionaje. Arbabsiar fue arrestado ocho días después de la liberación por parte iraní.

Sin embargo, ante la pregunta de si el Departamento de Justicia retrasó el anuncio en coordinación con el Departamento de Estado hasta que los montañistas fueron liberados, Holder dijo: "El caso fue revelado según lo fueron dictando los hechos".

Funcionarios estadounidenses indicaron que se podrían haber causado hasta 150 muertes en el atentado contra el embajador. Pero Preet Bharara, fiscal del distrito sur de Nueva York, donde se presentaron los cargos, dijo que los planes no estaban tan avanzados como para haber llegado al punto de comprar explosivos o fijar un lugar determinado donde atentar.

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