El ex agente de la CIA que reveló la presencia de Fuerzas Especiales de EE.UU. en México dice que escuadrones de la muerte están siendo dirigidos hacia nuevos cárteles disidentes.
Por Bill Conroy
Una guerra por el poder, pequeña pero creciente, se está llevando a cabo en México, con la ayuda de equipos estadounidenses de asesinato compuestos de soldados de élite de operaciones especiales de México, en contra del liderazgo de un cuadro emergente de las organizaciones de narcotraficantes independientes que son mucho más despiadadas que los “cárteles” mexicanos de la vieja guardia que los dieron a luz.
Estos equipos asesinos mexicanos han estado en el campo durante al menos medio año, según informaron las fuentes a Narco News, y son apoyados por una sofisticada red de inteligencia de EE.UU. compuesta por agentes de la CIA y operativos de militares civiles de EE.UU., así como fuerzas militares especiales encubiertas bajo el mando del Pentágono – que están ayudando a identificar objetivos para los equipos de choque en México.
Los Caballeros Templarios, un nuevo cartel mexicano |
Pero Narco News ya desde junio de 2010 informó que uno de los grupos de trabajo de fuerzas especiales de EE.UU. había puesto las “botas sobre el terreno” en México, para ayudar a los militares mexicanos en la búsqueda de los grandes capos de los “cárteles” más importantes de México – organizaciones como la de Juárez, Beltrán Leyva, Los Zetas y La Familia. (Los altos mandos de la organización de Sinaloa, sin embargo, no han sido tocados, y por ende, si usted cree que la reciente declaración en el Tribunal de EE.UU., de Vicente Zambada Niebla, un líder de Sinaloa ahora encarcelado en Chicago y que reclama que un trato entre la sindicato de Sinaloa y el gobierno de los EE.UU ha sido pactado.). [Ver enlace].
Narco News también reportó en abril de este año que una unidad de un importante contratista de defensa de EE.UU. estaba anunciando en la comunidad de mercenarios sobre “centros de comando” que pueden ayudar a supervisar al personal de la compañía en México y también coordinar “con los funcionarios del Ejército Mexicano”, en una docena de sitios de entrenamiento, llamados “VMTCs [Centros Virtuales de Formación Militar],” que se encuentran en México.
La información contenida en la oferta de trabajo describe a la red de la contratista militar estadounidense de entrenamiento en México como parte de un esfuerzo llamado “Proyecto Sparta”, que está diseñado “para entrenar a soldados del Ejército Mexicano en las operaciones de guerra urbana básicas y avanzadas “, con el objetivo final de crear una ” Fuerza de Elite para la guerra urbana “.
La “nueva fuerza de reacción especializada “apoyará” a agencias gubernamentales federales, estatales y locales en la guerra contra el crimen organizado y los cárteles de la droga,” establece el anuncio de empleo.
De todos modos, el hecho de que el anuncio fue publicado en el sitio Web de L-3 IIPM parece indicar que alguien en México estuvo buscando servicios de capacitación para la “guerra urbana”, aunque L-3 IIPM no haya obtenido el contrato.
Una fuente policial familiarizada con la situación en México dice que la formación en la guerra urbana sería fundamental para cualquier unidad creada para emprender una campaña de asalto a nuevos grupos disidentes del narco.
Lo que resulta clave de todos estos vistazos sobre las operaciones de EE.UU. en México, es que todas ellas parecen estar centradas en las estrategias militares, no en la aplicación de la ley. Y el objetivo de los militares, a diferencia de la ley, es neutralizar al enemigo en el campo de batalla – no traer a ese enemigo a la justicia a través del sistema judicial.
Por lo tanto, no es sorprendente que comienza a surgir información de fuentes confiables que indican que el gobierno de EE.UU., una vez más está empleando una gran estrategia de contrainsurgencia que ha sido sacada de su estuche y desplegada en los conflictos de Vietnam en la década de 1960, en América Latina en los años 1980 y 1990, y más allá, y en conflictos más recientes, como en Irak.
De un informe de 2005 en el Sunday Times en el Reino Unido, que revela detalles sobre los planes de EE.UU. para emplear escuadrones de la muerte en Irak:
Bajo la llamada “opción El Salvador”, fuerzas iraquíes y estadounidenses eran enviadas a matar o secuestrar a los líderes de la insurgencia, incluso en Siria, donde se piensa que algunos se refugiaron.Los planes se reportan en la revista Newsweek de esta semana como parte de los esfuerzos del Pentágono para poner las fuerzas de EE.UU. en Irak en la primera línea contra un enemigo que parece conseguir lo mejor de ellos.
Los escuadrones de la muerte pueden ser controversiales y probablemente se mantendrán en secreto.
La experiencia de los llamados “escuadrones de la muerte”, en América Central permanece oscura para muchos, incluso ahora, y ayudó a mancillar la imagen de Estados Unidos en la región.
Y el reconocimiento por parte de los gobiernos de México y EE.UU., aunque no admitido públicamente, que el negocio del narcotráfico está “consiguiendo lo mejor de ellos” es probable que esto provoque una vez más, la introducción de la estrategia de escuadrones de la muerte en México, aunque ajustados a las condiciones únicas que existen en ésta nación en este momento, según fuentes que hablaron con Narco News.
“Justicia” militar encubierta
La estrategia del gobierno de EE.UU. y de México de atacar a los llamados “grandes capos” de la industria del narcotráfico no ha logrado detener la ola de drogas que fluyen en los EE.UU. ni se ha reducido el número de jugadores en el negocio del narcotráfico.
Por el contrario, ha dado lugar al brote de una lista de grupos disidentes del narcotráfico que han aprovechado los vacíos de poder creados cuando los funcionarios mexicanos o de EE.UU. y los militares tienen éxitos ocasionales y sacan a un gran líder narco de la jugada. Algunos ejemplos de los éxitos en los últimos años incluyen el asesinato de Arturo Beltrán Leyva de la organización de los Beltrán Leyva, la captura de José de Jesús Méndez Vargas de La Familia, y, más recientemente, de José Antonio Acosta Hernández de La Línea – el brazo derecho de la organización juarense de tráfico de drogas.
Entre los llamados grupos disidentes que han aparecido en la escena, muchos en el último año, son organizaciones cuyos nombres aún no están bajo los reflectores de los principales medios de comunicación: Mano con ojos, Mata Zetas, Caballeros Templarios, Cartel de Pacífico Sur, Cartel de Jalisco Nueva Generación, y Cartel del Centro, por mencionar sólo algunos.
Estos grupos disidentes tienden a ser extremadamente violentos en su enfoque, ya que están compitiendo con más intensidad en contra de varias organizaciones por un trozo de césped en el tráfico de drogas, el contrabando de armas, el asesinato por contrato, el secuestro y extorsión de negocios, actuando como organizaciones criminales en su propio derecho. Este “efecto Hydra” (en el que la eliminación de un “gran capo” da lugar a tres o cuatro grupo disidentes aspirantes a capos) se ha convertido en un gran problema para los EE.UU. y los gobiernos de México y para la veracidad de su campaña en la guerra contra las drogas, que insiste en que los narcotraficantes están ahora arrinconados y el surgimiento de estos grupos disidentes es una nota al margen sin importancia que puede ser minimizado públicamente.
El aumento de la violencia desatada por estos grupos disidentes, sin embargo, se ha traducido en una tasa general de homicidios en aumento en México, donde desde finales de 2006 cerca de 50.000 personas, muchos civiles inocentes, e incluso niños, han sido eliminados por la barbarie y el derramamiento indiscriminado de sangre de esta guerra contra la droga. Cerca de la mitad de esos asesinatos han tenido lugar tan solo en los últimos 18 meses, marcados por el ascenso de los grupos disidentes Hydra – que a menudo son las células de la aplicación, a veces las bandas callejeras, que anteriormente tenían contrato de trabajo con los “narco-capos” capturados o muertos.
Y la respuesta a esta amenaza por parte de los intereses políticos y económicos del Estado, de acuerdo con una de las fuentes, el ex agente de la CIA Tosh Plumlee , ha sido la de tomar una página de “La solución de El Salvador,” modificarla para el época actual, y dirigirse a estos grupos disidentes directamente pero encubiertamente- utilizando unidades de asesinato altamente entrenadas, cuya misión es “neutralizar” a los líderes de los grupos disidentes antes de que puedan consolidar su poder.
La asertividad de Plumlee en el seguimiento de la pista sobre las operaciones negras en la guerra contra las drogas ha sido establecida y está siendo ahora reconocida por los medios tradicionales, como el servicio de noticias UPI y The Washington Times, dos de los cuales le han citado recientemente como una fuente en relación con la guerra contra la droga.
Narco News reportó en junio de 2010 que un grupo de fuerzas especiales del Pentágono en tareas de comando estaba operando en México. Ese informe se basó en información proporcionada por Plumlee, que trabajó en el pasado como piloto de contrato de la CIA en América Latina y aún tiene profundas conexiones en el mundo de la inteligencia.
De la historia de junio de 2010 en Narco News:
Una fuerza de operaciones especiales de trabajo, bajo el mando del Pentágono se encuentra en el sur de la frontera con la prestación de asesoramiento y formación para el Ejército Mexicano en la recolección de inteligencia, infiltración y, en caso necesario, de tomar medidas directas contra las organizaciones del narcotráfico, afirma un ex activo de la CIA que tiene una larga historia en el teatro de operaciones encubiertas.La unidad de EE.UU., conocida como Grupo de Trabajo 7, desde principios de 2009, de acuerdo con el agente de la CIA, ha ayudado a descubrir un almacén en Ciudad Juárez lleno de munición de EE.UU. y bajo el control de los traficantes de drogas, a ayudado a proporcionar inteligencia crítica que condujo a la redada de la maquila de explotación de Juárez que fabricaba uniformes militares mexicanos falsos, trabajó con el ejército mexicano en el descubrimiento de una fosa común cerca de Palomas, México, justo al sur de Columbus, Nuevo México, y, detrás de las escenas, colaboró con la Armada de México en la caza de un importante narco- traficante , Arturo Beltrán Leyva - que fue asesinado por las fuerzas especiales de la Marina mexicana el pasado mes de diciembre [de 2009] durante una redada en un complejo de apartamentos de lujo en Cuernavaca, México.
Dicho informe fue apoyado más tarde tanto por un documento filtrado del Pentágono que verificó que las tropas de operaciones especiales de EE.UU. estaban activas en México, así como un cable del Departamento de Estado publicado por la organización denunciante WikiLeaks. [Ver enlace para más detalles.]
El cable publicado por WikiLeaks también verificó que la unidad de la Armada de México que llevó a cabo la operación contra el narco-capo Arturo Beltrán Leyva (que resulta en su muerte) “ha registrado una amplia formación de EE.UU.” – que sirve como una prueba más de respaldo a la información original de Narco News sobre la participación de las fuerzas especiales de EE.UU. en esa operación.
El mismo cable también predijo que la muerte de Beltrán Leyva, en el corto plazo (un período que no define con precisión) se traducen en un “pico” en la narco-violencia “porque las batallas entre y dentro de los carteles [por grupos disidentes] se intensifican con el vacío repentino de liderazgo en uno de los cárteles más poderosos del país. ”
De acuerdo con Plumlee, los miembros de las mismas fuerzas especiales de EE.UU que participaron en el derribo de Beltrán Leyva están proporcionando apoyo a la inteligencia y la capacitación permanente a los equipos de asesinato mexicano que se crearon para apuntar a los líderes de los nuevos grupos escindidos del narcotráfico que se proliferan.
La misión de estas unidades de ataque mexicana especializada, sostiene Plumlee, es “neutralizar” (matar) a los objetivos. Este es un nuevo enfoque, ya que antes, el ejército mexicano estaba apuntando a la captura, en la medida de lo posible, de los líderes de las principales organizaciones de la droga. Pero en este caso, la captura no es la meta, y los objetivos son los líderes de estos grupos disidentes hiper-violentos que han brotado a raíz de la reorganización, a través de la captura o muerte, del liderazgo de los principales cárteles – con la aparente protección de la organización de Sinaloa, de un ataque fatal en su liderazgo.
Plumlee sostiene que los “cárteles” de la vieja guardia también ven a estos grupos disidentes como sus enemigos, ya que son rivales que ponen en peligro la estabilidad del modelo de negocio ya existente, por lo que, en esencia, los equipos de asesinato mexicano también están sirviendo los intereses de los grupos que dominan el narco, mismos contra los que se supone que la guerra contra las drogas está luchando.
“Una parte de la información sobre los grupos disidentes en realidad está siendo proporcionada por los miembros de los Zetas”, afirma Plumlee.
Hay supuestamente por lo menos tres de estos equipos de choque mexicanos que operan actualmente en México (en las regiones norte, centro y sur del país).
Estos escuadrones de la muerte de militares mexicanos fueron entrenados supuestamente por los EE.UU., aunque Plumlee no sabe dónde. Además, Plumlee dice que el personal de la fuerza de trabajo EE.UU. ahora está trabajando dentro de México, como parte de su misión de apoyo de inteligencia a los equipos mexicanos de choque, están ayudando a identificar y verificar los objetivos.
La verdad de la narrativa
Crean en lo que quieran, queridos lectores, pero recuerden que Plumlee ha tenido la razón en el pasado sobre estas cuestiones, a pesar de que sus afirmaciones fueron ignorados por los medios de comunicación y negadas por EE.UU. y los burócratas mexicanos. Y ahora la presentación de informes por fin a aparecen en los medios de comunicación “oficiales”, gracias a la perseverancia de algunos periodistas honestos restantes, y parece demostrar que la comunidad de inteligencia de los EE.UU. y su papel militar en la guerra contra las drogas en México está eclipsando la pretensión de un enfoque puramente de justicia penal a la vigente política de la prohibición.
Y habrá que pagar un precio grande si esta ciega estrategia encubierta de contrainsurgencia – que emplea uno de los más antiguos regímenes en el libro de jugadas militares de EE.UU., los escuadrones de la muerte – sigue tomando los controles en ausencia del público y de rendición de cuentas.
El ex director de casos de la CIA, Leutrell Osbourne, advirtió sobre éste precio alto en una entrevista que hizo con Narco News en 2009.
Osborn, quien supervisó a los espías y los activos de la CIA en más de 30 países de tres continentes durante sus 27 años con la agencia, dice que si él pudiera decirle al presidente Barack Obama algo, sería enfocar a la CIA y otras agencias de EE.UU. Intel en la contrainteligencia y de terminar por completo con las acciones encubiertas, que se definen como cualquier cosa que implica trucos sucios – asesinatos, terrorismo de Estado, el tráfico de drogas, el tráfico de armas, golpes de Estado, la propaganda de operaciones psicológicas, etc.
“Me gustaría llegar a Obama y ayudarle, hacerle saber lo que tiene que cortar”, dijo Osborne.
La razón por la que las tácticas operacionales encubiertas deben ser eliminadas, Osborne explica que es porque no son efectivas y han sido la fuente de la mayoría de los problemas de la CIA en los últimos años. Él dice que las consecuencias en contra de los Estados Unidos de las operaciones encubiertas han sido siempre más perjudiciales que cualquier beneficio obtenido.
Y para México, las consecuencias pueden llegar, como llegaron en América Central y Colombia, décadas antes, en la forma de una institucionalización de estos escuadrones de la muerte y la ampliación de sus objetivos para apaciguar la paranoia y las aspiraciones al poder del liderazgo corrupto y los intereses económicos. El alma de México está en juego.
Manténgase informado.
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