por Pedro Fernández Barbadillo
Iberoamérica como unidad sólo existe en tanto en cuanto España está interesada en promoverla. Las relaciones normales entre las potencias ajenas a Iberoamérica y ésta son bilaterales; no entre bloques. A Estados Unidos le interesan México, Brasil, Colombia y Centroamérica. A China le importan Argentina, Perú y Paraguay para comprarles soja y minerales. A Francia, Brasil, con el que tiene frontera, para venderle submarinos nucleares. A Australia, Chile. A Irán, Venezuela como aliado. A su vez, los países iberoamericanos prefieren pactar un tratado de libre comercio con Estados Unidos o con Corea del Sur antes que avanzar en Mercosur, donde se trata de coordinación de economías tan dispares como la brasileña, que ya es la octava del mundo, con otras de carácter tercermundista como la venezolana y agrícola como la paraguaya. Los motivos son varios: el comercio, la geopolítica, la venta de tecnología o armamento, las alianzas en la ONU, el suministro de alimentos y materias primas, la droga, los emigrantes…
El viaje del presidente Barack Obama en marzo de 2011 a Iberoamérica es una prueba de lo que decimos. Obama ya no hace política en las cumbres de las Américas, ni presenta planes ni proyectos para todo el continente, como el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y la Iniciativa Mérida (combate a la delincuencia) de George Bush. El actual presidente se limita a relaciones bilaterales. Su viaje le llevó a tres países: Brasil, como gran potencia emergente que desea hacerse sitio en el escenario mundial; Chile, como ejemplo de éxito político y económico para el continente; y El Salvador, debido al auge de la delincuencia organizada en Centroamérica. Junto a estos tres, unimos las relaciones más íntimas con México, socio comercial y vecino, y las de menor grado de intensidad con Colombia. Los demás países, incluso Argentina y Cuba y Venezuela, que ya no dan miedo ni preocupan, quedan aparcados en las mesas correspondientes del Departamento de Estado.
El informe "Iberoamérica, el continente olvidado", forma parte del proyecto del GEES "España 2012, un país para el siglo XXI". Lea el informe pinchando aquí, o desde nuestro apartado de publicaciones
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