El gobierno federal ha aprehendido a secuestradoras, administradoras del narco y lideresas de sicarias; usan su belleza e inteligencia
Aurora Vega
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Esa lista forma parte de las nueve mil 300 que en total han sido capturadas por hechos relacionados con delitos contra la salud, delincuencia organizada, tráfico de armas, homicidios, lavado de dinero y trata de personas, entre otros cargos.
Las presuntas delincuentes más peligrosas dentro del narcotráfico y el crimen organizado han fungido como líderes de cárteles, como las principales administradoras o contadoras de organizaciones, como cabezas de grupos de sicarios y como jefas de grupos de vigías o de halcones.
De acuerdo con las indagatorias de la PGR, muchas de esas mujeres han servido por su belleza para cooptar a políticos, policías, funcionarios públicos, empresarios, comerciantes, entre otros, pero otras han sido designadas en puestos clave por su inteligencia, su talento para administrar, y por su sagacidad para convencer, mentir y reclutar a personas como miembros de una organización criminal, pero también por su frialdad y excesiva violencia para realizar decapitaciones, ejecuciones y actos de tortura.
Las mujeres consideradas “peligrosas” pertenecen a las organizaciones criminales de Los Zetas, cártel del Golfo, cártel de Sinaloa o Pacífico, Beltrán Leyva, La Familia Michoacana entre otras bandas de secuestradores y de trata de mujeres y de menores de edad.
Entre las detenidas se encuentran Jualiana López Aguirre, perteneciente a la organización delictiva de los hermanos Beltrán Leyva.
Ella está acusada de contactar a líderes de organizaciones del narcotráfico de Colombia para realizar la compra–venta de cocaína. La presunta narcotraficante esta acusada de introducir a México más de 150 mil toneladas del alcaloide; ha sido detenida dos veces.
Primero en una narcofiesta en el Desierto de los Leones, cuando acompañaba a Mauricio Harold Poveda Ortega El Conejo. Tras quedar absuelta y deportada a su país, nuevamente fue aprehendida en noviembre del año pasado, tras ser señalada como una de las principales operadoras de los Beltrán Leyva.
Secuestradora
Ana María Morales Arreola, de 50 años, es señalada líder y fundadora de una banda de secuestradores. Se le acusa de ser la encargada de elegir a las víctimas y custodiar la casa de seguridad.
También se le investiga por ser quien enviaba videos de los plagiados a sus familiares, donde se observaba el momento en que eran agredidos físicamente y, en algunos casos, mutilados, para depositar las extremidades en calles de Ciudad Nezahualcóyotl.
Además, los presuntos delincuentes exigían fuertes cantidades de dinero en dólares, las cuales debían entregarse en el municipio de La Huacana, en el estado de Michoacán, para liberar a las víctimas, aunque en algunos casos los plagiados ya habían asesinados.
Jefa de zetas
Paulette Monserrat Barragán Sevilla es identificada como una líder operativa de la organización delictiva de Los Zetas que operaba en Ciudad del Carmen, Campeche, y cuya función consistía en apoyar a Heriberto Lazcano Lazcano El Lazca, líder de dicho grupo delictivo.
Ella se dedicaba al arrendamiento de inmuebles con el fin de utilizarlos como casas de seguridad, a la adquisición de equipos de comunicación y al reclutamiento de personas para la venta de estupefacientes al narcomenudeo.
María Marisela Canales Aguilar, es presunta jefa de una de las más grandes bandas de robacoches que opera en el Distrito Federal, Estado de México y Puebla. Además, pertenecía a la organización delictiva de La Familia Michoacana y se encargaba también de pagar a elementos policiacos municipales y estatales para recibir protección.
Era dueña de varios inmuebles donde presuntamente llevaba a cabo el desmantelamiento de los autos robados, de los cuales se obtenían fondos para la organización criminal.
Líder de asesinas
Dora Luz Enrique Sanchez Dorita, jefa de sicarias de la organización delictiva de Los Zetas y cártel del Golfo, cuando estos grupos eran aliados, dentro de sus funciones consistía en pagar los servicios de vigilancia a los halcones, así como el pago nominal de agentes policiacos que prestaban protección a la organización criminal.
Alejandra Gallardo Román La Morra, jefa de plaza del estado de Aguascalientes para la organización delictiva de Los Zetas.
Está acusada de presuntamente haber ejecutado al empresario Rosario Díaz en 2009 en esa entidad.
Lani Anahí Cortéz Vargas La Coneja o La China, perteneciente a la organización delictiva de Los Zetas, se desempeñaba como sicaria y estaca del jefe de plaza.
La señalaban como la encargada de limpiar la plaza de Hidalgo en compañía de otros integrantes de la organización. Esta mujer es acusada de realizar levantones y homicidios, además de que se le relaciona sentimentalmente con El Comandante armadillo, quien se encargaba de la distribución de venta de cocaína en Tulancingo, Hidalgo.
Cristina Hernández Suárez La Alondra o La Güera, líder de una organización de trata de mujeres que enviaban desde México hasta Atlanta, Georgia, en Estados Unidos, para prostituirlas.
Investigaciones señalan que las mujeres eran embarazadas para después quitarles a sus hijos, y también obligarlas a prostituirse. Se encargaban de localizar, seleccionar y convencer a mujeres jóvenes en varios puntos del país, principalmente en zonas rurales de escasos recursos de Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Morelos y Tabasco.
Otras detenidas, consideradas peligrosas por la PGR, son: Rosaura Montemayor Muñoz La Güera, Anel Violeta Noriega Ríos La bonita, Dulce Victoria Montes de Oca Carbajal La China, Gabriela Magaña Osorio La comandante Gaby, Ledyna Mejía Benítez, Cristina Alcalá Márquez La Sofía, Diana Espinoza Aguilar, Rebeca Joanne Roth, Denisse Alejandra Balderas Murillo, María Teresa Villanueva Aguirre y Jaqueline Patricia Nava Valencia La Jakqui, entre otras.
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