EFE
LIMA -- Honduras y El Salvador son los países con las más altas tasas de muertes por armas de fuego en el mundo con 77 y 62 por cada 100,000 habitantes, respectivamente, según advirtió el jueves un experto de las Naciones Unidas en Lima.
Colombia y Venezuela tienen la misma tasa de 37 por cada 100,000 habitantes, México tiene 25 por cada 100,000 y Perú tiene 11 por cada 100,000, según el oficial para proyectos de la región andina del Centro Regional de la ONU para la Paz, el Desarme y el Desarrollo de América Latina y el Caribe (Unlirec), Camilo Duplat.
En tanto, Argentina y Chile poseen los promedios más bajos de muertes violentas de la región con 5.3 y 1.9 por cada 100,000 personas, respectivamente.
Duplat presentó estas cifras en la Reunión de Alto Nivel sobre Políticas de Control de Armas de Fuego realizada en la Cancillería peruana con presencia de autoridades de los Gobiernos regionales y el Ejecutivo peruano.
Según el experto, “los índices de violencia alcanzan niveles epidémicos debido a la disponibilidad y uso indebido de armas de fuego y sus municiones”, especialmente en los países que superan la tasa de homicidios de 20 por cada 100,000 habitantes.
Agregó que en el mundo hay 875 millones de armas, 650 millones de los cuales están en manos privadas, 200 millones en poder de las fuerzas armadas, 20 millones bajo control de la policía y 5 millones en movimientos insurgentes.
En Latinoamérica y el Caribe existen entre 45 y 80 millones de armas, señaló citando informes nacionales del 2008 y el 2010.
Duplat indicó que medio millón de muertes producidas al año por uso de armas de fuego suceden fuera de las zonas de guerra y que las 1,000 compañías dedicadas legalmente a la producción de armamento en el mundo producen 8 millones de nuevas armas anualmente y 16,000 millones de municiones.
El experto señaló que el costo total del impacto del uso de armas en países que no mantienen un conflicto bélico supera los $160,000 millones, una cifra “mayor a toda la ayuda internacional dedicada al desarrollo”, comentó.
El vicecanciller de Perú, José Antonio Meier, dijo en la inauguración de la cita que el comercio ilegal de armas no sólo abastece a las mafias del crimen organizado, sino que activa un flujo de exportación hacia el norte, en referencia a las rutas del tráfico ilícito de armas hacia Colombia y Ecuador.
Los crímenes con armas en Perú tienen entre sus principales víctimas a las mujeres, por violencia doméstica, y es un reflejo de las conductas violentas, pero además “el sicariato ha aumentado y utiliza a menores de edad” por la inmunidad que tienen ante la Justicia, indicó el viceministro de Relaciones Exteriores.
Meier subrayó el apoyo de su país al plan andino de prevención, combate y erradicación del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras, así como a los instrumentos aprobados en el marco de las Naciones Unidas, el Mercosur y otros organismos multilaterales.
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