16 octubre, 2011

La fortuna de Pinochet proviene de la cocaína según un ex subordinado

El ex dictador chileno Augusto Pinochet se hizo multimillonario a través de la fabricación y tráfico de cocaína, según el general retirado Manuel Contreras, que fuera el jefe de la policía secreta de su régimen y uno de los más fieles subordinados del gobernante de facto.

Según revela hoy el diario La Nación, de Santiago de Chile, Contreras, ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), hizo llegar sus acusaciones por escrito al juez Claudio Pavez, el cual investiga el asesinato, en 1992, del coronel Gerardo Huber.

Contreras afirma que la cocaína era fabricada en un complejo químico que el Ejército posee en la localidad de Talagante, a unos 40 kilómetros al suroeste de Santiago, por el químico Eugenio Berríos, que también pertenecía a la DINA y que fue asesinado en Uruguay en los años noventa.

El hijo menor de Pinochet, Marco Antonio, y el empresario Edgardo Bathich también participaban en este plan, según el general retirado, quien cumple condena por asesinato.

El encargado de distribuir la droga en EEUU y otros países y de depositar posteriormente las ganancias en las cuentas que Pinochet poseía en diversos bancos internacionales era, siempre de acuerdo con Contreras, el sirio Monser Al Kassar, al que también se le ha vinculado con el terrorismo.

Contreras también señala que Pinochet también utilizó para enriquecerse los fondos reservados del Ejército, que eran depositados en sus cuentas personales y él se quedaba con los intereses.

La cocaína que fabricaba Berríos, según Contreras, era de la variedad denominada 'negra' o 'rusa', indetectable con los métodos tradicionalmente utilizados por la policía.

Afirma además al juez que decidió colaborar a causa del aprecio que sentía por el coronel Gerardo Huber, cuyo asesinato ha sido vinculado a un contrabando de armas a Croacia descubierto a principios de los años 90, durante la guerra en los Balcanes.

En el proceso por su muerte están procesados por el delito de asociación ilícita cinco ex oficiales del Ejército, entre ellos tres generales retirados.

Eugenio Berríos, en tanto, fue asesinado en Uruguay, adonde fue llevado clandestinamente en 1991, cuando debía declarar en el proceso por el homicidio del ex canciller Orlando Letelier.

En el juicio respectivo, a cargo del juez Alejandro Madrid, están procesados dos mayores retirados del Ejército y tres militares uruguayos extraditados a Chile el pasado abril.

Pinochet, en tanto, está procesado junto a algunos parientes y antiguos colaboradores por el juez Carlos Cerda, que investiga el origen de la fortuna que amasó a través de cuentas secretas en el exterior, calculadas hasta el momento en algo más de 26 millones de dólares.

Contreras, que ha tenido públicas desavenencias con su antiguo superior, cumple una condena de doce años de prisión por la desaparición del sastre Miguel Angel Sandoval y no es la primera vez que vincula a Pinochet con el narcotráfico, según recuerda el mismo diario La Nación.

En 1988, el ex jefe de la DINA, que cumplió una pena de siete años de prisión por el asesinato de Orlando Letelier, trató de negociar su situación judicial con la embajada de EEUU en Santiago.

A cambio de que Washington lo desvinculara del asesinato del ex canciller, ofreció entregar información sobre las actividades de narcotráfico de un hijo de Pinochet y del ex mayor Armando Fernández Larios.

Este último desertó del Ejército en la década de los años 80 y se entregó a la justicia estadounidense, que a cambio de su colaboración le dio una sentencia reducida y trato de testigo protegido.

Este intento de Contreras, señala La Nación, consta en un informe del Departamento de Estado del 10 de febrero de 1989, desclasificado en 1991.

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