El Consejo Nacional de Transición asegura que el dictador ha muerto por las heridas sufridas al huir
Hasta ahora ninguna fuente independiente ni tampoco la OTAN o el Departamento de Estado de EE UU han confirmado la noticia. La cadena de televisión Al Yazira ha emitido algunas imágenes que presuntamente muestran su cadáver, y se han difundido fotografías del lugar donde fue encontrado con un hilo de vida. Si se confirma su muerte, la revolución libia será la primera que concluye con el fallecimiento del máximo líder del país.
Gadafi, de 69 años, no habría sido herido en la cabeza y en una pierna por los antiguos rebeldes libios, hoy en día en el poder, sino por aviones franceses o británicos durante un ataque aéreo de la OTAN contra un convoy con el que iba a desplazarse. Es posible que quisiera huir de la ciudad mezclándose con los civiles.
El primero en anunciar su muerte fue Mohamed Leith miembro del CNT. Antes, otros antiguos responsables delos rebeldes indicaron que estaba gravemente herido, pero respiraba. De hecho pidió con un soplo de voz que no abriesen fuego a los milicianos que le descubrieron en la cuneta.
Más tarde el portavoz del CNT, Abdel Hafez Ghoga, declaró: “Anunciamos al mundo que Gadafi ha muerto entre las manos de los revolucionarios”. “Es un momento histórico, es el fin dela tiranía y de la dictadura”, añadió.
La muerte de Gadafi ha coincidido con la caída de Sirte, su ciudad natal y el último bastión de la resistencia a las fuerzas del CNT. Durante la toma de esa ciudad de 75.000 habitantes, situada a 373 kilómetros al este de Trípoli, habrían sido además detenidos Moatasim, un hijo de Gadafi, así como el jefe de la seguridad interior, Mansour Daou, y algunos jerarcas más del antiguo régimen.
El asalto a los últimos barrios occidentales de Sirte duró, esta madrugada, apenas 90 minutos, según fuentes periodísticas. Cuando acabó Mahmud Jibril, el jefe ejecutivo del CNT, dio por prácticamente seguro que Gadafi no se encontraba en la ciudad que le vió nacer. Se preguntó públicamente si iba a intentar “seguir desestabilizando a Libia desde dentro o si proclamaría un Estado separatista en el sur” con la ayuda de sus amigos los tuaregs.
El cerco de Sirte ha durado más de un mes, ha provocado cientos de muertos y ha arrasado una ciudad en cuyo centro no queda un edificio en pie. Corrió a cargo de unos 9.000 milicianos que disponían de unos 1.500 vehículos equipados con ametralladoras y cañones sin retroceso.
Enfrente tenían a los más leales a Gadafi como los restos de la brigada de élite Khamis, algunos exresponsables del aparato de seguridad y un puñado de mercenarios. Todos estaban convencidos de que si caían en manos de sus enemigos serían degollados.De ahí su feroz resistencia.
Aunque estaban desplegadas por toda la ciudad las fuerzas fieles a Gadafi estaban más bien concentradas en los barrios del Oeste porque su población, en parte procedente de Beni Walid, les era más favorable. Las milicias del CNT empezaron su asalto en septiembre por el oeste y no pudieron avanzar un ápice hasta que optaron por otro ángulo de ataque.
Estas dos razones explican, en buena medida, la tardanza en tomar Sirte. Con su conquista los que se sublevaron en Bengasi hace ocho meses, controlan ahora toda la Libia útil aunque es probable que se les escape aún alguna pequeña porción de desierto
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