Hugo Salinas Price
(Conferencia que iba a ser dictada en el ‘Foro Análisis del Sistema Monetario en México y el mundo’, organizado por la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, el 26 de septiembre de 2011. Las palabras que efectivamente fueron dirigidas ante ese foro, se presentan en un artículo posterior).
El mundo atraviesa por una crisis. Los mercados accionarios se derrumban. En EU, los bancos no prestan porque no tienen buenos clientes a quien prestar; aparte de eso, los bancos americanos mantienen en libros enormes cantidades de activos que no valen lo que dicen sus balances. Los bancos de Europa desconfían entre ellos: los préstamos interbancarios se han congelado. El banco más importante de Francia, Banque Nationale de Paris, está sufriendo una corrida depositantes y otros acreedores. En realidad, está quebrado, y muchos otros bancos también. El desempleo cunde. Los ingresos de los más pobres o desaparecen o se estancan, mientras suben los precios de los artículos de primera necesidad. Los valores de las monedas nacionales se tambalean. Parece cada día más probable que los “bonos soberanos” de algunos países de Europa -Grecia, seguida por Irlanda, Portugal, España, Italia, Bélgica y eventualmente hasta Francia y Gran Bretaña - caigan en una moratoria que llevará a la quiebra a los bancos que compraron estos bonos, que son los bancos más importantes de los países “fuertes” de la Unión Monetaria Europea. Se teme por la defunción próxima del euro. La debacle europea repercutirá fuertemente sobre el sistema financiero de EU que también ha invertido fuertemente en “bonos soberanos” de países europeos.
El desorden monetario y financiero en el mundo es total.
Algunos economistas importantes insisten en que la solución a los problemas de Europa es una “Unión Fiscal”, o sea, la creación de una autoridad tributaria única para toda la Unión Monetaria Europea, misma que distribuirá los fondos recabados a su arbitrio entre todos los diversos países. Algo así como Hacienda, que recaba impuestos en todo México, y el Gobierno decide qué Estados han de recibir fondos Federales.
Los políticos y los banqueros, en alianza, quieren de esa forma hacer del presente problema enorme e insoluble, un problema aún más grande e insoluble que causará al final, muchísimo más daño y dolor para los europeos.
Los políticos y banqueros se portan como aquellos individuos que, metidos en un mal negocio, se niegan a reconocer su error e insisten en seguir echándole dinero bueno al malo. Es difícil, tanto para instituciones corno para los seres humanos, reconocer un error, especialmente cuando es muy grande y el responsable ocupa un lugar prominente en la sociedad.
¿Por qué son insolubles los problemas de Europa? Porque Europa -y de hecho el mundo entero- representa un castillo de naipes financiero y monetario.
La Introducción a un breve libro que publicó el gran economista francés Jacques Rueff en 1963, “L‘Age de L‘Inflation”, abre con estas palabras:
“La suerte del hombre se juega sobre el oro”.
Rueff abogaba por el regreso al talón oro.
No se le hizo caso a Rueff; se eliminó el oro del sistema monetario internacional. Ahora Europa paga las consecuencias. La Unión Monetaria Europea se la jugó sobre el euro, una moneda ficticia, y ha perdido.
Rueff terminó el capítulo quinto de su libro con estas palabras proféticas:
“Europa se construirá sobre el oro, o no se construirá”.
Este drama europeo actual es la versión larga, con alcances mundiales -de 1971 al presente- de un cortometraje anterior: la experiencia francesa con dinero fiat de la época Revolucionaria de 1790 a 1797. Así que ya vimos esta película y sabemos cómo termina.
(Para leer el libro completo sobre este tema, ‘La inflación del dinero fiat en Francia’, consultar: http://www.plata.com.mx/mplata/articulos/articulosFilt.asp?fiidarticulo=437)
Durante el experimento monetario de la revolución francesa, los pensadores más ilustres de Francia se convencieron que crear una moneda ficticia, de la nada, estimularía la economía apagada de Francia, y que el éxito de tal experimento estaba plenamente garantizado, porque se había examinado la propuesta con todo cuidado y todos los razonamientos apuntaban al éxito. Sin embargo, llevó al desastre total en siete años.
Conviene recordar las palabras del Eduardo Suárez, Secretario de Hacienda de México, redactor de los Estatutos del Banco de México y representante de México en las conferencias de Bretton Woods, en 1944:
“Contradiciendo a quienes les gusta decir la última palabra en un tema complicado como lo es el de la plata, la humanidad insiste en no apegar su comportamiento a lo que indica el razonamiento puro teórico. Requiere de una emergencia o de una catástrofe como la que vivimos hoy, para que nos demos cuenta de la importancia de la plata como metal monetario“.
Desde un principio el experimento revolucionario francés, basado en el “razonamiento puro teórico” que mencionó Eduardo Suárez, produjo efectos adversos. Sin embargo se prosiguió con la creación de cantidades adicionales de dinero fiat hasta llegar al desastre.
Lo que ocurre en EU y en Europa exhibe paralelos precisos y notables con el experimento revolucionario del Siglo XVIII.
Por ejemplo:
Ninguno de los proponentes del experimento con dinero fiat jamás quiso reconocer que los problemas que se presentaban eran a consecuencia de que el dinero impuesto a los franceses era dinero ficticio. Las alzas de precios en “Assignats” -así se llamó la moneda ficticia revolucionaria- se atribuyeron a la maldad de los comerciantes, o a la falta de patriotismo, o a cualquier otra causa menos la correcta. Hoy, todas las discusiones respecto a la crisis actual giran sobre todo, menos sobre el punto fundamental: el dinero fiat que ha causado el desastre.
El dinero de papel revolucionario en Francia sufrió una progresiva devaluación contra el oro, hasta el día en que el Assignat francés llegó a valor cero. Para explicar el curso implacable de esta devaluación, los revolucionarios ofrecieron toda clase de razones, menos la correcta. Hoy, las monedas del mundo se devalúan contra el oro; ante el silencio oficial respecto a este fenómeno, se ofrece la única explicación que “el oro está en una burbuja especulativa”.
Los legisladores franceses pensaron que los problemas que se habían presentado, cederían si se imprimían más Assignats. Hoy, los políticos y banqueros de Europa, de Gran Bretaña y de EU piensan que si la cantidad destinada al rescate del euro -400 mil millones de euros- se aumenta a 2 millones de millones de euros, o mejor todavía, a 4 millones de millones de euros, todo se habrá solucionado. Es la política que sigue Bernanke en EU, que ya ha creado millones de millones de dólares nuevos y aún así no hay recuperación.
En su desesperación ante el colapso del valor del Assignat frente al oro, los legisladores franceses recurrieron a criminalizar la posesión de oro. Fue penado con cárcel, el preguntar al comprador con qué moneda pensaba pagar su compra. Los acaparadores de oro fueron a dar a la guillotina. Hoy, no hemos llegado a la criminalización de la posesión de oro y plata, pero denle tiempo al tiempo. La primer señal de cómo sopla el viento es que ya es difícil comprar oro en Europa. Cada vez hay mayores trabas. Francia acaba de establecer más trabas: más allá de una pequeña cantidad, será necesario pagar con cheque o tarjeta de crédito. Sólo Alemania y Suiza lo entregan sin problema, al comprador. Las trabas a la compra del oro, son un intento de “control de cambios”: se quiere frenar la incómoda alza en el precio del oro recurriendo a trabas para su adquisición. Más adelante, cuando intensifique la desesperación de gobernantes y banqueros, es posible que se vuelva delito la compra de oro. (Ya fue así, en EU, en 1933 y hasta 1974.)
Ya vimos cómo termina esta película. No necesitamos leer en los periódicos y revistas las necedades de los economistas oficiales y de expertos afamados. ¿Para qué? Ya vimos la película. Sabemos que cuando llegue el desastre total inevitable, ni uno solo de ellos va a declarar que estaba equivocado. Para ejemplo ahí está Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal americana y uno de los que más contribuyó a la aceleración de la crisis financiera en EU. Fresco y campante, recibe cuantiosos emolumentos por sus discursos vacíos.
El sistema monetario internacional de dinero fiat y toda la estructura colosal de deuda que se ha construido sobre ese dinero ficticio se está derrumbando. El mundo no se acabará, pero cuando pase este Tsunami financiero y monetario, se verá que la destrucción ha cambiado la faz del mundo. La evaporación de riqueza ficticia dejará en la calle a muchos que se creían ricos.
Desde hace años hemos advertido el peligro. No se nos ha hecho caso. El Banco de México sigue sordo a los reclamos que piden una moneda alternativa de plata, que circule en paralelo con nuestros pesos mexicanos, para ofrecer un refugio confiable para los ahorros de la población.
La tormenta monetaria y financiera ya llegó. Los que escucharon y comprendieron nuestros pronósticos, ya tomaron las medidas posibles para protegerse.
La consecuencia económica más impactante de la Depresión Mundial que se avecina, será que el Estado Beneficencia, el “Welfare State” que está hermanado con el Estado Democrático, tendrá que desaparecer, porque no habrá con qué financiarlo. Los gobiernos del mundo están quebrados.
Cientos de millones de personas han confiado en el Estado Beneficencia que les ha dado Seguro contra Desempleo, Seguro contra Enfermedad, Pensiones para su Retiro y otros mil derechos intocables que garantizan una vida libre de preocupaciones. De pronto, estos cientos de millones hallarán de la noche a la mañana todos sus supuestos derechos se han evaporado, porque los gobiernos ya no pueden costearlos de sus ingresos y no hay quien preste. ¿Qué harán estos millones, cuando se derrumben las ilusiones en las que vivieron? ¿Cuál será su reacción ante la desilusión?
Las consecuencias políticas serán enormes.
Algún día, el mundo recuperará la cordura y la estabilidad. Habrá un nuevo amanecer de moneda de oro y plata. Cuando la tempestad monetaria y financiera nos pegue con fuerza brutal, quizás –quizás- el Banco de México cambie de opinión, así como ha cambiado de opinión al adquirir oro para sus reservas, y le conceda a los mexicanos la dicha de poder refugiar sus ahorros en la moneda de plata, convertida en dinero. Para los que quieran conocer qué va a suceder y cómo y por qué sucederá lo que viene, ofrezco a ustedes ejemplares de una obra maestra, “La inflación del dinero fiat en Francia: 1790-1797”. (Esta obra, disponible en esta misma página: http://www.plata.com.mx/mplata/articulos/articulosFilt.asp?fiidarticulo=437).
Comprender el presente, es la mejor preparación para el futuro.
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