Enlaces relacionados
Protestas por todo el país
La oleada de indignación que ha colapsado esta madrugada Nueva York y ha provocado la detención de más de 700 personas esconde algo más que el malestar de un grupo nutrido de estudiantes contra el sistema capitalista. 'The New York Times' (NYT) analiza, a partir de estas actuaciones, la irregular actuación de una policía que ha transformado unas simples protestas en un acontecimiento nacional con eco internacional.
El rotativo analiza, pocas horas después del estallido de los altercados, cómo la policía de la urbe ha sido, en cierta medida, la gasolina que ha prendido y extendido esta oleada de enfado a la americana.
Todo arrancó cuando el pasado fin de semana la organización "Ocupar Wall Street" lanzó su primera acción de protestas por el distrito financiero de la ciudad. "La manera cómo actuaron las fuerzas de seguridad contra lo que era una simple demostración pacífica de los ciudadanos provocó una tremenda simpatía hacia este grupo", comenta el diario.
El vídeo (mostrado en esta noticia) de varios agentes atacando con spray de pimienta a un grupo de dóciles indignadas feministas se propagó por la red y actuó como propagador de las consignas de este grupo. Incidente aislado que tuvo continuidad en los siguientes movimientos de la Policía neoyorquina.
Al día siguiente 'Ocupar Wall Street' promovió una nueva manifestación como protesta por lo acontecido durante este fin de semana.
El lunes, el barrio apareció blindado, con presencia incluso de helicópteros. "La marcha del grupo estaba todavía a un día de distancia", ironiza NYT sobre el exceso de celo de la seguridad americana. "El puesto de Hermes en la calle Broad no corría de peligro inminente. La sobreprotección fue exagerada", prosigue el rotativo.
Policías que son niños pequeños
"Al igual que un niño pequeño tira la comida al suelo, se mete en problemas y luego, simplemente, repite su actuación, el Departamento de Policía reaccionó simplemente de forma exagerada a protestas pacíficas y provocó de nuevo la ira de los indignados, que sumaron más y más adeptos", concluye NYT.
El diario carga con virulencia contra los agentes por detener a personas "simplemente por holgazanear con unas máscaras puestas" y recuerda a los policías una norma básica de las protestas callejeras. "Si detienes a alguien con una cámara y se la confiscas, lo más probables es que al día siguiente tengas muchas más cámaras delante de ti dispuestas a hacer lo que aquella no pudo", recuerda.
Tras las siguientes detenciones por nuevas manifestaciones (el miércoles fueron arrestados tres jóvenes), personajes de la izquierda estadounidense se unieron a las quejas. Michael Moore, Susan Sarandon o Cornel West dejaron ver sus simpatías por estos manifestantes. Noam Chomsky y Naomi Klein han sido los últimos 'fichajes' de estos 'indignados'.
NYT recuerda que, probablemente, las detenciones de este fin de semana provoquen más efecto altavoz entre este grupo de contrarios a las prácticas de la banca americana. Actuaciones policiales que, lejos de enfadar al movimiento, deberían causarle satisfacción, ironiza el diario. "Quizá deberían mandarle una nota de agradecimiento a los agentes que causaron todo esto", concluye el texto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario