Cuerpos de asesinados en Guatemala.
Foto: AP
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MÉXICO, D.F., (apro).- El avance de Los Zetas y del cártel de Sinaloa hacia Centroamérica ha disparado la violencia en el llamado “Triángulo del Norte”, sobre todo en Guatemala, donde la organización criminal liderada por Heriberto Lazcano, El Lazca, está dispuesta a aplicar la misma violencia que en México para ganar terreno en ese país, reveló Stratfor
En su último informe sobre los cárteles de las drogas, titulado “La amenaza de los cárteles mexicanos en América Central”, la consultora de seguridad con sede en Texas refiere que el incremento en los niveles de delincuencia y el aumento de la competencia entre los cárteles mexicanos hace suponer que Centroamérica necesitará ayuda de Estados Unidos.
“La debilidad institucional y las vulnerabilidades de seguridad de Guatemala y otros países de América Central, significa que la lucha contra estas tendencias (de violencia) requiere una ayuda importante, lo más probable de Estados Unidos”, apunta Stratfor.
De acuerdo con el estudio, América Central, y en específico Guatemala, Honduras y El Salvador, que conforman el “Triángulo del Norte”, se ha convertido en un intermediario “cada vez más importante” para los proveedores estadunidenses y los compradores mexicanos de contrabando.
Honduras, por ejemplo, es ahora un “un importante destino” para los aviones de Venezuela cargados de cocaína. Una vez descargadas esas aeronaves, los narcotraficantes transportan libremente la droga a través de de Honduras y Guatemala y de ahí a México, casi siempre a través del despoblado municipio de Petén.
Debido que el tráfico de drogas ha aumentado, la violencia ha seguido el mismo curso. Según Stratfor, la tasa de homicidios en Honduras se ha incrementado 6% entre 2005 y 2010, de manera que hay 66 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En Guatemala, el aumento es de 13%, esto es 50 homicidios por cada 100 mil habitantes, mientras que en Honduras la tasa creció 108% al registrarse 77 homicidios por cada 100 mil habitantes entre 2005 y 2010.
En el caso de México, señala Stratfor, “cifras conservadoras” ubican en 50 mil el número de muertos, derivados de la lucha contra el narco, con un aumento de 64%, lo que quiere decir que hubo entre 11 y 18 asesinatos por cada 100 mil habitantes entre 2005 y 2010.
Stratfor señala que son bien conocidas las relaciones de los cárteles de Sinaloa y Los Zetas con Guatemala, aunque las líneas de comunicación y sus acuerdos exactos “no están claros”.
Lo que sí está claro, señala la consultora, es que Los Zetas, cuyo líder es El Lazca, “están dispuestos a utilizar los mismos niveles de violencia en Guatemala para obligar a la lealtad, como lo ha hecho en México.
Aunque ambos, el cártel de Sinaloa y Los Zetas, siguen necesitando grupos guatemaltecos para acceder a conexiones de alto nivel político de Guatemala, los segundos han tomado un rumbo muy agresivo en la búsqueda de un control directo sobre más territorio en el país centroamericano, afirma la consultora.
Fue Mario Waltehr Overdick, ligado al crimen organizado en Guatemala, quien facilitó la entrada a ese país a Los Zetas, en el año 2007, y su primera incursión violenta fue en 2008, cuando el cártel mexicano se enfrentó con el de la Familia León, de Guatemala, y acribilló al jefe de la banda, Juan León Ardón, El Juancho, un hermano de éste y nueve socios.
Esa lucha debilitó a la Familia León y benefició a la organización Overdick y, por ende, a Los Zetas que protagonizaron su ataque más violento en Guatemala en mayo de este año, cuando masacraron a 27 campesinos en el norte del país, como “mensaje” para un narcotraficante local ligado con la Familia León.
Otro dato preocupante en el avance de los cárteles de Sinaloa y Los Zetas, además de sus relaciones con “los poderosos actores políticos, criminales y económicos”, son las que han establecido ahora con pandillas callejeras, en particular la Mara Salvatrucha (MS-13) y Calle 18.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, hay 36 mil miembros de pandillas en Honduras, 14 mil en Guatemala y 10 mil 500 en El Salvador, mientras que en Estados Unidos ambas pandillas tienen presencia en 42 estados.
Stratfor afirma que la competencia dentro y entre estas pandillas es responsable de gran parte de la violencia en el “Triángulo del Norte”.
No obstante, la consultora señala que a nivel estratégico, América Central está “lo suficientemente lejos de Estados Unidos (gracias a que es amortiguado por México) e integrada por pequeños países como para no representar una amenaza directa” al país del norte.
Añade que América Central “no tiene escapatoria” a corto plazo de ser el centro geográfico del tráfico de drogas y la violencia asociada, a menos que las tecnologías cambien y permitan que las drogas fluyan directamente del productor al consumidor por vía marítima o aérea.
En su último informe sobre los cárteles de las drogas, titulado “La amenaza de los cárteles mexicanos en América Central”, la consultora de seguridad con sede en Texas refiere que el incremento en los niveles de delincuencia y el aumento de la competencia entre los cárteles mexicanos hace suponer que Centroamérica necesitará ayuda de Estados Unidos.
“La debilidad institucional y las vulnerabilidades de seguridad de Guatemala y otros países de América Central, significa que la lucha contra estas tendencias (de violencia) requiere una ayuda importante, lo más probable de Estados Unidos”, apunta Stratfor.
De acuerdo con el estudio, América Central, y en específico Guatemala, Honduras y El Salvador, que conforman el “Triángulo del Norte”, se ha convertido en un intermediario “cada vez más importante” para los proveedores estadunidenses y los compradores mexicanos de contrabando.
Honduras, por ejemplo, es ahora un “un importante destino” para los aviones de Venezuela cargados de cocaína. Una vez descargadas esas aeronaves, los narcotraficantes transportan libremente la droga a través de de Honduras y Guatemala y de ahí a México, casi siempre a través del despoblado municipio de Petén.
Debido que el tráfico de drogas ha aumentado, la violencia ha seguido el mismo curso. Según Stratfor, la tasa de homicidios en Honduras se ha incrementado 6% entre 2005 y 2010, de manera que hay 66 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En Guatemala, el aumento es de 13%, esto es 50 homicidios por cada 100 mil habitantes, mientras que en Honduras la tasa creció 108% al registrarse 77 homicidios por cada 100 mil habitantes entre 2005 y 2010.
En el caso de México, señala Stratfor, “cifras conservadoras” ubican en 50 mil el número de muertos, derivados de la lucha contra el narco, con un aumento de 64%, lo que quiere decir que hubo entre 11 y 18 asesinatos por cada 100 mil habitantes entre 2005 y 2010.
Stratfor señala que son bien conocidas las relaciones de los cárteles de Sinaloa y Los Zetas con Guatemala, aunque las líneas de comunicación y sus acuerdos exactos “no están claros”.
Lo que sí está claro, señala la consultora, es que Los Zetas, cuyo líder es El Lazca, “están dispuestos a utilizar los mismos niveles de violencia en Guatemala para obligar a la lealtad, como lo ha hecho en México.
Aunque ambos, el cártel de Sinaloa y Los Zetas, siguen necesitando grupos guatemaltecos para acceder a conexiones de alto nivel político de Guatemala, los segundos han tomado un rumbo muy agresivo en la búsqueda de un control directo sobre más territorio en el país centroamericano, afirma la consultora.
Fue Mario Waltehr Overdick, ligado al crimen organizado en Guatemala, quien facilitó la entrada a ese país a Los Zetas, en el año 2007, y su primera incursión violenta fue en 2008, cuando el cártel mexicano se enfrentó con el de la Familia León, de Guatemala, y acribilló al jefe de la banda, Juan León Ardón, El Juancho, un hermano de éste y nueve socios.
Esa lucha debilitó a la Familia León y benefició a la organización Overdick y, por ende, a Los Zetas que protagonizaron su ataque más violento en Guatemala en mayo de este año, cuando masacraron a 27 campesinos en el norte del país, como “mensaje” para un narcotraficante local ligado con la Familia León.
Otro dato preocupante en el avance de los cárteles de Sinaloa y Los Zetas, además de sus relaciones con “los poderosos actores políticos, criminales y económicos”, son las que han establecido ahora con pandillas callejeras, en particular la Mara Salvatrucha (MS-13) y Calle 18.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, hay 36 mil miembros de pandillas en Honduras, 14 mil en Guatemala y 10 mil 500 en El Salvador, mientras que en Estados Unidos ambas pandillas tienen presencia en 42 estados.
Stratfor afirma que la competencia dentro y entre estas pandillas es responsable de gran parte de la violencia en el “Triángulo del Norte”.
No obstante, la consultora señala que a nivel estratégico, América Central está “lo suficientemente lejos de Estados Unidos (gracias a que es amortiguado por México) e integrada por pequeños países como para no representar una amenaza directa” al país del norte.
Añade que América Central “no tiene escapatoria” a corto plazo de ser el centro geográfico del tráfico de drogas y la violencia asociada, a menos que las tecnologías cambien y permitan que las drogas fluyan directamente del productor al consumidor por vía marítima o aérea.
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