14 noviembre, 2011

El Congreso de EEUU, acusado de operar en bolsa con información privilegiada

El nivel de aprobación del Congreso entre los ciudadanos de Estados Unidos registra mínimos históricos. Además, las inversiones en renta variable de algunos legisladores podrían poner en evidencia la integridad del sistema político nortamericano. Según adelanta el prestigioso programa 60 minutes de la cadena CBS, los legisladores y sus asistentes podrían estar beneficiándose de su acceso a información privilegiada.
Al fin y al cabo, los propios congresistas y senadores conocen de antemano si una regulación pasará, o no, el visto bueno del Capitolio, algo que puede influenciar sus decisiones a la hora de invertir en determinadas compañías o industrias. Según Peter Schweizer, miembro de la Hoover Institution, un think tank conservador en de la Universidad de Stanford, "hay todo tipo de operaciones en las que los congresistas participan y que les permitan llegar enriquecerse. No es ilegal, pero es muy poco ético y muy ofensivo para los contribuyentes", explicó al programa 60 minutes.
Schweizer matizó durante una entrevista que, en lo que respecta a las leyes sobre el uso de información privilegiada, los miembros del Congreso están exentos de cualquier tipo de represalia legal.


Este experto pone como ejemplo el hecho de que si un legislador es miembro de un comité de salud del Congreso y sabe que el Medicare está considerando no financiar o respaldar un medicamento determinado, esa información hará mella en la cotización de la farmacéutica o el laboratorio que fabrique el medicamento en cuestión y, por lo tanto, es privilegiada. Sin embargo, muchos congresistas y senadores operan en renta variable sobre dicho conocimiento y obtienen un gran beneficio de dichas operaciones.
En EEUU, la compra y venta de acciones con el acceso a información puede ser un delito penal, como bien puede demostrarse con el caso de Raj Rajaratnam, que fue condenado recientemente a 11 años de cárcel por varios cargos de insider trading.
Sin embargo, los legisladores del Congreso no tienen responsabilidades con las empresas y, por ello, están exentos de las leyes de información privilegiada, a pesar de que tienen acceso diario a información no pública y un montón de oportunidades para operar sobre dicha información.

Casos concretos

Durante la emisión del programa se mencionaron varios casos concretos de legisladores que podrían haber echado mano de estas tácticas, como el republicano Spencer Bachus, miembro del Comité de Servicios Financieros, quien durante la crisis subprime acudió a reuniones de alto rango con el secretario del Tesoro o el presidente de la Reserva Federal para estudiar el posible colapso del sector financiero.
Bien, parece que Bachus, que públicamente trataba de mantener la economía a flote, en privado realizó inversiones en fondos que apreciarían su valor si la economía no remontaba, algo que le embolsó gran cantidad de dinero.
Otro ejemplo que utilizó el reportaje vino de la mano de la reforma del sistema sanitario. Durante el debate allá por 2009, los miembros del Congreso echaron mano de su conocimiento para operar en acciones relacionadas tanto con aseguradoras como con otras áreas de la industria sanitaria.
Entre ellos estaba el por aquel entonces líder de la minoría republicana John Boehner y actual speaker de la Cámara de Representantes, quien encabezó la oposición contra la llamada opción pública llamada, es decir un seguro médico financiado por el gobierno que compita con empresas privadas. Apenas unos días antes de que esta medida fuera finalmente retirada del plan, Boehner compró acciones de varias aseguradoras consciente de que su precio subiría tras eliminarse dicha provisión.
El programa 60 minutes también hizo mención a la ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Al parecer, la demócrata y su marido podrían haberse beneficiado de hasta ocho salidas públicas a bolsa.
Entre estas OPV, la más importante fue la de la compañía de tarjetas de crédito Visa en 2008. Por aquel entonces una propuesta de ley que afectaba a las compañías de tarjetas de crédito, comenzó a debatirse en la trastienda de la Cámara Representantes. Aún así, Pelosi compró 5.000 acciones de Visa a un precio inicial de 44 dólares, su precio de estreno en bolsa. Sorprendentemente, dos días después las acciones de Visa se cambiaban a 64 dólares y dicha legislación sobre las tarjetas de crédito nunca llegó al pleno de la Cámara

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