BBC Mundo
Como era de esperarse, la reunión de los BRICS -conformado por las potencias emergentes Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- no concluyó con una oferta explícita de ayuda para paliar la crisis económica europea.
"Si fuera necesario, daríamos nuestro apoyo al Fondo Monetario Internacional o alguna otra institución para hacer frente a los actuales desafíos a la estabilidad financiera global, dependiendo de las circunstancias de países individuales", señalaron en un comunicado.La resistencia de las economías emergentes a prestar abiertamente ayuda o asistencia es lógica.
El economista peruano Martín Reaño explicó a BBC Mundo que "los BRICS no quieren comprarse el pleito, porque cualquier ayuda que pueda recibir Europa en estos momentos va a terminar en buena parte como recursos que van a seguir invirtiéndose en una economía de bienestar que esos países ya no pueden seguir sosteniendo".
Según Reaño, el problema es que los países europeos todavía no están en condiciones de decirles a sus ciudadanos que se acabó la fiesta y que tendrán que ajustarse el cinturón. Mientras eso no ocurra, tiene sentido que los BRICS les digan que primero pongan su casa en orden.
Reformas estructurales
Las nubes negras de Lagarde
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, hizo un llamado a "actuar ahora y juntos" para seguir en la ruta de la recuperación económica.
"No somos extraños y estamos unidos por un destino común", aseveró en la reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington.
"Estos momentos turbulentos deben unirnos incluso más".
Lagarde hizo sus comentarios tras otra semana de volatilidad en los mercados financieros.
"Hay un camino hacia la recuperación. Es más estrecho que hace tres años, pero hay una ruta y tenemos opciones".
Y agregó: "Hay nubes negras sobre Europa y hay una gran incertidumbre en Estados Unidos. Con eso podríamos estar en riesgo de un colapso en la demanda global".
"No somos extraños y estamos unidos por un destino común", aseveró en la reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington.
"Estos momentos turbulentos deben unirnos incluso más".
Lagarde hizo sus comentarios tras otra semana de volatilidad en los mercados financieros.
"Hay un camino hacia la recuperación. Es más estrecho que hace tres años, pero hay una ruta y tenemos opciones".
Y agregó: "Hay nubes negras sobre Europa y hay una gran incertidumbre en Estados Unidos. Con eso podríamos estar en riesgo de un colapso en la demanda global".
Ya se están percibiendo en Grecia los traumáticos efectos de las medidas de austeridad ejecutadas por su gobierno para cumplir con sus obligaciones y la reacción de su ciudadanía, por ejemplo.
"Cuando Europa plantea el apoyo de los países emergentes, está diciendo que siempre ha recibido la ayuda de la economía estadounidense, pero que ahora no está en condiciones de hacerlo. ¿Qué queda entonces? Asia y Latinoamérica", afirma Reaño.
Los representantes de los BRICS fueron elocuentes en sus evasivas: "No queremos usar palabras como ayuda o asistencia", dijo el viceministro de Finanzas ruso, Sergei Storchak.
"Representamos a un grupo de países con una enorme demanda de recursos para la reducción de la pobreza", puntualizó el gobernador del Banco Central de la India, Duvvuri Subbarao.
"Los países europeos tienen que ser rápidos en sus decisiones, tienen que ser osados y cooperativos entre sí", dijo por su parte el ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega.
Sin embargo, no se descarta que estos países aporten más fondos al FMI para fomentar la estabilidad económica global. Obviamente, un estancamiento o un colapso de las economías desarrolladas salpicaría al resto del mundo. De ahí que el G20 prometiera evitar que la crisis europea afecte a los bancos y mercados financieros.
Cambio de paradigma
Ya el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, había expresado un día antes su confianza en que Europa dedicaría más de sus propios recursos a respaldar a los gobiernos en problemas dentro de la zona del euro."Los BRICS no quieren comprarse el pleito, porque cualquier ayuda que pueda recibir Europa en estos momentos va a terminar en buena parte como recursos que van a seguir invirtiéndose en una economía de bienestar que esos países ya no pueden seguir sosteniendo"
Martín Reaño, economista.
"Bueno, una parte de Estados Unidos está reclamando una reforma al estado de bienestar y la otra parte se mantiene firme en eso, al no querer hacer reducciones dramáticas", argumentó Reaño.
Pero sin duda una de las consecuencias de esta crisis es que "tendrán que producirse cambios importantes en las economías y también cambios en los paradigmas de la ciencia económica como la conocemos hoy día, porque actualmente sólo se sale de las crisis con gran recesión o con gran inflación, a no ser que se patee el tablero".
Los observadores indican que no se puede descartar una paridad del euro y el dólar, o que algunos países europeos decidan abandonar la zona euro y volver a sus antiguas divisas.
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