En la encuesta, Uruguay y Costa Rica están encima de la calificación promedio de toda Latinoamérica, con 7.7 y 7.5, respectivamente
Martín EspinosaDesalentadores han sido los resultados de la encuesta Latinobarómetro 2011, dados a conocer la semana pasada por esta organización no gubernamental, cuya sede está en Chile, y que incluye 19 mil entrevistas en 18 países de América Latina. Me platica Marta Lagos, su directora ejecutiva, que una primera gran conclusión revela que los resultados obtenidos en materia de democracia en el continente no fueron tan brillantes como los del año pasado y que el año que viene “pinta” más desalentador que el que terminaremos dentro de 54 días.
México es uno de los países evaluados por el Latinobarómetro desde hace 17 años y en esta ocasión aparece reprobado con una calificación de 5.9 donde 1 quiere decir no democrático y 10 totalmente democrático.
Y una de las razones que ha sido fundamental para ello, según indica el estudio, es la violencia que sacude al país. Argumenta Lagos que “en México la violencia se está comiendo a la democracia”. Nuestro país ha ido disminuyendo la calidad de su democracia al demostrar el Estado que no ha sido capaz de poner orden en la vida pública. Y cuando eso ocurre “se profundiza la debilidad institucional de un país”.
Las cifras mexicanas reflejan que el Estado es impotente y no ha podido garantizar gobernabilidad. Es un problema de legalidad donde las diferencias sociales entre las clases más necesitadas y los grupos privilegiados se van profundizando y la mayoría no tiene acceso a un Estado de derecho que asegure la convivencia pacífica entre los diversos estratos de la sociedad.
Otro fenómeno que observan los analistas de la encuesta se refiere a la insatisfacción de la sociedad mexicana frente a la democracia. Mientras 23% de los encuestados dice estar satisfecho con esta forma de gobierno, 73% manifiesta su descontento y desesperanza. Ello, afirma Marta Lagos, apuntaría a que cuando —por experiencias anteriores— se registran cifras altas de insatisfacción entre la población, necesariamente a la hora de ir a las urnas se busca un cambio de régimen, aunque no siempre se obtenga una mejoría en el futuro inmediato.
La encuesta coloca a Uruguay y Costa Rica por encima de la calificación promedio de toda Latinoamérica, con 7.7 y 7.5, respectivamente. La media es 6.4, misma que obtiene Brasil tras el gobierno exitoso del entonces presidente Lula da Silva. México aparece con 5.9, ligeramente por encima de Paraguay, Guatemala y Honduras.
Chile forma parte del fenómeno de deterioro político que viven varios países latinoamericanos y Argentina se mantiene en 6.8 de calificación, lo que la coloca por encima de la media regional, en parte por el “encantamiento” de la sociedad argentina ante la personalidad de Cristina Fernández.
Llama la atención un dato que preocupa a los analistas: a nivel regional, 39% de los latinoamericanos está satisfecho con la democracia, mientras que la insatisfacción con el sistema democrático alcanza ya a 60% de los habitantes del continente, situación que —ya se vislumbra desde ahora— seguramente empeorará el año próximo.
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