Enrique Campos Suárez
¿Puede dejar algo bueno el escandaloso caso de corrupción y sobreendeudamiento del estado de Coahuila? La verdad es que depende del punto de vista que se tenga.
Para los coahuilenses -que, ciertamente, tienen la ventaja de contar con algo más de infraestructura-, no es ninguna buena noticia tener que pagar durante muchos años las consecuencias de la irresponsabilidad financiera del gobierno anterior.
Para los políticos opositores al PRI este problema financiero es un manjar que se sirve justo cuando inicia el proceso electoral del 2012.
Es un inigualable bufet de opciones para atacar a los contrincantes políticos que, además, aparecen como los punteros de la carrera presidencial. Ya se acuñaron frases que funcionan muy bien con el electorado, como aquella que dice: “Para el PRI, lo prometido es deuda”.
Todo lo que está pasando no es algo bueno ni para el propio partido tricolor y menos aun para Humberto Moreira, el exgobernador que dejó en tan patética situación a ese estado. El Presidente nacional del partido que salió tan dicharachero y bailador. El que había encontrado cómo mantener a raya a los opositores con ocurrencias discursivas geniales está acabado.
Y eso no es todo, sino que podría no sólo perder su puesto de Presidente del partido que promete regresar al poder presidencial, sino que estaría en la antesala de enfrentar hasta un proceso penal ordenado desde el poder opositor.
¿Dónde podría estar lo bueno del excesivo endeudamiento de esta entidad y, de hecho, de tantos otros estados que hicieron del crédito una caja chica para sus gastos descarados?
Lo bueno estaría en la lección que todos puedan obtener de este episodio.
Primero, la regulación de la forma en que los estados pueden acceder al endeudamiento. O sea, el conocido taponeo del pozo tras el niño coahuilense ahogado.
Pero, más allá de esta posible regulación más estricta, lo que realmente podría destapar el moreirazo como un hecho positivo es obligar a los estados a cumplir con sus potestades fiscales.
En este país sobrediagnosticado queda claro que una de las principales razones que explican el nivel tan bajo de recaudación contra el Producto Interno Bruto es la prácticamente nula participación de las entidades en las labores tributarias.
Es mucho más sencillo presionar a los diputados durante estos tiempos en que se discute el Presupuesto, para después simplemente estirar la manita y tomar carretadas de recursos del presupuesto federal vía las participaciones.
Hoy a Coahuila ya no le alcanza con esos recursos que recibe del gobierno federal porque todos los comprometió el gobierno de Moreira como garantías.
Entonces, lo que sigue es empezar a cobrar mejor a los contribuyentes locales.
El hermano de Humberto tiene ahora que explicar a sus ciudadanos que van a tener que pagar más. Pero ése es el camino correcto para recomponer las tan afectadas finanzas estatales.
El camino es inadecuado porque no existe un marco legal que permita cobrar los mejores impuestos locales como el del consumo.
Así que el heredero, Rubén, quiere empezar a cobrar no 1 sino 3% de Impuesto Sobre Nóminas. Nada mejor para destruir el empleo pero es lo que tiene a la mano. Buscan cobrar una Tenencia local ahora que desaparece la Tenencia federal. Pero no más.
Uno de los primeros requisitos que deberían cumplir los estados para lograr una efectiva recaudación local es actualizar sus padrones de contribuyentes.
Si se coordinaran con los municipios podrían cobrar uno de los más eficientes impuestos que hay, el impuesto Predial.
Si puede darse un cambio en la manera de concebir las obligaciones fiscales por parte de los estados podría haber una lección positiva del moreirazo. Ojalá.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario