27 noviembre, 2011

Los secuestrados muertos y los que quedan en Colombia

Los cuatro secuestrados de las FARC muertos
Los cuatro fallecidos llevaban más de 12 años secuestrados por las FARC.
El drama de los soldados y policías colombianos secuestrados por las guerrillas de las FARC sumó este sábado un nuevo y doloroso capítulo, cuando una operación de rescate acabó con la muerte de al menos cuatro de ellos.
Según las autoridades, el sargento del ejército José Libio Martínez, secuestrado en diciembre de 1997, y el coronel de la Policía Édgar Yesid Duarte, secuestrado en octubre de 1998, fueron ejecutados por rebeldes en el sureño departamento de Caquetá al sentirse rodeados por los militares.
La lista de rehenes muertos la completa el mayor de la policía, Elkin Hernández -quien había sido capturado junto con Duarte hace más de trece años- y el intendente Álvaro Moreno, secuestrado en diciembre de 1999.
El sargento Luis Alberto Erazo, quien también se encontraba en poder de los insurgentes, aprovechó sin embargo el enfrentamiento con el ejército para escapar con vida y después de varias horas de angustia fue localizado por las autoridades.
En conferencia de prensa el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dijo que tres de los secuestrados habían sido ejecutados con disparos en la cabeza y uno con un disparo en la espalada.
"Fueron vilmente asesinados con tiros de gracia. Había cadenas en el sitio", dijo el ministro.
"Nos duele profundamente en el alma, nos duele por sus familias", dijo Pinzón, quien admitió que la operación militar se había emprendido a sabiendas de que existía la posibilidad de que los guerrilleros tuvieran en su poder a secuestrados.
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Los muertos

Imagen de archivo del hijo de Libio Martínez
El hijo de Libio Martínez, Johan Steven, nunca conoció a su padre.
Esta no es la primera vez que las FARC optan por acabar con la vida de los rehenes capturados con el propósito de forzar un "acuerdo humanitario" de intercambio de prisioneros, antes que permitir su liberación por parte de la fuerza pública.
Y es por eso que en el pasado varias organizaciones de Derechos Humanos y los familiares de los secuestrados se han declarado en contra de soluciones militares y a favor de una salida negociada.
Los policías y el soldado muertos este sábado, sin embargo, ya llevaban más de una década esperando una liberación que nunca se produjo.
De hecho, al sargento Libio Martínez -secuestrado por las FARC el 21 de diciembre de 1997 durante la toma a la base militar de Patascoy- le faltaban apenas unas semanas para cumplir 14 años secuestrado.
Esto había convertido a Martínez en el "canjeable" que más tiempo había sido sido retenido por las FARC y probablemente en el secuestrado más antiguo del mundo.
Y el soldado, que al momento de ser capturado tenía apenas 21 años y el rango de cabo, murió sin conocer a su único hijo, Johan Steven, nacido durante su cautiverio.
El coronel Édgar Yesid Duarte, por su parte, era el prisionero de mayor graduación de los retenidos por la FARC, aunque en el momento de su captura, el 14 de octubre de 1998, nada más tenía el rango de capitán.
Para ese entonces, Duarte se desempeñaba como comandante de la estación de policía de El Doncello, departamento de Caquetá.
Y en la misma operación también fue capturado el mayor Elkin Hernández, en esa época un teniente de tan sólo 22 años de edad, quien terminó compartiendo la suerte de Duarte por más de trece años y hasta el dramático final.
El intendente Álvaro Moreno, por su parte, era el "canjeable" que menos tiempo había pasado en poder de las FARC, aunque al momento de su muerte le faltaban tan sólo 13 días para cumplir 12 años en cautiverio.

Los que quedan

Manifestación por la liberación de rehenes
La confirmación de la muerte de Moreno hizo temer por la suerte del sargento de policía Luis Erazo Maya, ya que ambos hombres fueron capturados en Turillo, Caquetá, el nueve de diciembre de 1999 y en un primer momento las autoridades no habían podido determinar su suerte.
Pero Erazo fue encontrado con vida varias horas después del operativo, para felicidad y tranquilidad de sus familiares.
La incertidumbre, sin embargo, ahora embarga a los parientes de los secuestrados que aún están en poder de la guerrila, quienes pueden esperar un endurecimiento de las condiciones en que estos son mantenidos por los rebeldes.

Cuando la fuerza no funciona

Los familiares del soldado y los policías muertos este sábado cuando estaban en poder de las FARC insistieron en el diálogo como el mejor mecanismo para intentar la liberación de los secuestrados.
"Llevamos cinco años pidiendo por la liberación a través del diálogo y nos salen con la entrega de una bandera en la que nos manifiestan que nuestros familiares son héroes de la patria. De nada sirve", dijo Margarita Hernández, la hermana de una de ellos, según declaraciones recogidas por el diario El Tiempo.
"Los rescates a sangre y fuego no sirven", dijo por su parte Marleny Orjuela, de la Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz).
Y los eventos de este sábado trajeron a la memoria de los colombianos el recuerdo del fallido intento de rescate, en junio de 2007, de un grupo de diputados secuestrados por las FARC en el Valle del Cauca cinco año atrás.
La acción se saldó con la muerte de 11 de los 12 legisladores.
Ya antes de eso, en mayo de 2003, el gobernador del departamento de Antioquia Guillermo Gaviria, el ex ministro Gilverto Echeverri y ocho soldados también fueron ultimados por las FARC durante otro fallido intento de liberación.
Por lo pronto, la lista de canjeables que ya llevan más de una década en poder de las FARC la completan los ahora sargentos Luis Arro Arcia y Luis Alfonso Beltrán Franco, capturados el El Billar, Caquetá, el 3 de marzo de 1998.
El presidente de Colombia para ese entonces era Ernetso Samper y el ataque se produjo apenas un par de meses para la primera vuelta de las elecciones presidenciales en las que eventualmente resultaría ganador Andrés Pastrana.
Arcia, el más joven de los dos, acababa de cumplir 27 años de edad en el momento de la captura y ahora tiene 40. Beltrán, por su parte, celebró no hace mucho su cumpleaños número 43.
También siguen secuestrados Luis Alfredo Moreno Chagüezá y Robin Salcedo Guarín, en poder de las FARC desde el 3 de agosto de 1998.
Ese día la guerrilla se tomó la base antinarcóticos que la policía colombiana tenía en Miraflores, en el sureño departamento de Guaviare, en una operación en la que también fueron capturados otros veinte uniformados.
Curiosamente, Salcedo, orginario de Armero (Tolima), sobrevivió de niño a la erupción del Nevado del Ruiz que sepultó a su pueblo natal y dejó 25.000 muertos en 1985.
Tiene un hijo de 15 años, al que vio por última vez cuando tenía dos, mientras que Moreno Chagüezá, de 42 años, tampoco ha visto crecer a su hijo.
El sargento de policía César Augusto Lasso, por su parte, fue secuestrado el 1 de noviembre de 1998, y durante los primeros seis años de su cautiverio su familia no sabía si estaba muerto o vivo.
Este padre de tres hijos que acaba de cumplir 13 años en cautiverio es el único de los capturados durante la toma de Mitú, capital del departamento del Vaupés, en el Amazonas colombiano, que permanece en poder de las FARC.
Y la lista la completan los secuestrados durante la toma de la estación de policía de Puerto Rico, en el departamento de Meta.
El ahora sargento José Libardo Forero fue capturado el 12 de julio de 1999. Los intendentes Jorge Trujillo Solate, Wilson Rojas Medina, Carlos José Duarte y Jorge Humberto Romero, dos días antes.
De Forero se dice que estaba en Puerto Rico de forma temporal y sólo le faltaba un mes para regresar a su base.
Trujillo y Duarte, por su parte, engrosan la lista de padres secuestrados que no han podido conocer a sus hijos. Junto a Rojas y Romero ya todos suman más de 12 años en cautiverio.

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