27 noviembre, 2011

¿Se viene otra Cuba?

Por Alejandro A. Tagliavini

Es imposible entender que la dictadura castrista haya sobrevivido, tantos años, si no reconocemos el mérito del gobierno de EEUU. La invasión de Bahía de Cochinos fue una excelente ayuda para que Fidel pudiera profundizar su esquema militarista. Las distintas sanciones, como el embargo, impuestas por Washington, han sido casi necesarias para mantener esta tiranía cubana. Por caso, el desarrollo de la informática que le ha complicado la vida a los dictadores árabes, más allá de la férrea censura cubana, ha tenido un serio obstáculo en la falta de tecnología a raíz del embargo. 

Pero, ¿acaso alguien puede ser tan incoherente como para creer que, atentar contra la libertad de estadounidenses y cubanos, como en el embargo, puede terminar con los liberticidas? Sin invasiones ni amenazas, los Castro hubieran encontrado muy difícil justificar su militarismo. Y sin prohibiciones, los estadounidenses y todo el mundo, hubieran podido interactuar con mayor facilidad con los cubanos promoviendo la libertad.

Incoherentes y fallidos como suelen ser los políticos, Obama aseguró que "Irán eligió el camino del aislamiento", cuando la verdad es que él lo quiere aislar y, así, conseguirá la tiranía como se hizo con Fidel. Al endurecimiento de las sanciones contra el régimen de Mahmoud Ahmadinejad, por su polémico programa nuclear, se suman el Reino Unido, Canadá y Francia. Washington reforzará sanciones contra personas o empresas que ayuden al desarrollo petrolero y del sector petroquímico de Irán, además de medidas en el sector financiero. La ONU ya ha impuesto cuatro tandas de sanciones, la última el año pasado.

Como era de esperarse en este "déjà vu", las autoridades iraníes calificaron de "ineficaces" las sanciones tildándolas de "solo propaganda". Mientras que los rumores de que algunos países -como Israel- podrían atacar sus bases, son excelentes excusas para que la tiranía de Teherán responda con amenazas e intensifique sus ansias militaristas.

Por otro lado, desde que comenzaron las intervenciones militares de la OTAN en el mundo árabe las cosas no han mejorado. Los rebeldes de Zintan negociaban la captura de Saif al Islam, hijo de Muamar Gadafi, ya que las facciones libias están inmersas en una descarnada lucha por el poder. Sintomático es lo que ocurre en Egipto, el país más populoso del mundo árabe, donde han reemplazado a Hosni Mubarak por un equivalente, el jefe de la junta militar que detenta el poder, mientras se corre el riesgo de que los Hermanos Musulmanes (una secta de fanáticos pseudo religiosos) acapare el poder ante el descrédito de Occidente. Stephen McInerney, del Proyecto sobre la Democracia en Medio Oriente, asegura que "La gente de la plaza Tahrir considera que... Barack Obama respalda al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas".

La represión de las personas reunidas en la plaza Tahrir para protestar contra el gobierno militar ya causó numerosos muertos, al punto que Amnistía Internacional ha culpado a la junta de "batir el récord de Mubarak". La Casa Blanca, exige a los militares que disminuyan su poder para continuar la ayuda militar de US$ 1.300 millones, demostrando que, al final, todo es cuestión de dinero, solo que en el mercado se obtiene pacíficamente sirviendo a los clientes y los gobiernos lo obtienen, violentamente, usando su poder de policía para recaudar impuestos.

El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute, de Oakland, California.

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