El anuncio del recorte de subsidios formulado por los ministros de Vido y Boudou suena raro y algo incompleto. O, si se prefiere, lo anunciado puede ser solo la punta del iceberg que viene. Si no fuera así, habrá sido solo un anuncio de fuegos artificiales.
En efecto, de acuerdo a los dichos del ministro, la eliminación de una serie de subsidios para empresas como bancos, aeropuertos, casinos, etc. le permitirá al Estado ahorrarse $ 600 millones. En los primeros 9 meses de este año los subsidios sumaron $ 51.691 millones. De esa cifra, el 88,5% corresponde a energía y transporte. Es fácil advertir que hacer una conferencia de prensa para anunciar que el Gobierno se ahorrará el 1% de lo destinado a subsidios (en realidad es mucho menos si se toma el proyectado anual de subsidios) con las medidas adoptadas no constituye una corrección de precios que permita arreglar el déficit fiscal ni la distorsionada estructura de precios relativos.
Obviamente, el dato llamativo es que recién ahora, luego de las elecciones y cuando la caja agoniza, se acuerden de transferirle los subterráneos a la Ciudad de Buenos Aires para tratar de ahorrar en ese rubro otros pesos más
Pero el dato llamativo de la conferencia de prensa es que se dijo que se va a conformar una comisión para revisar el resto de los subsidios y que este es un primer paso. Y ahí sí que puede haber novedades importantes.
El punto es que el ministro dijo que no se iban a modificar las tarifas de los servicios públicos, lo cual puede ser cierto, pero eso no significa que en un futuro no muy lejano no haya que pagar más por, por ejemplo, la factura de luz.
Revisando mi factura de luz que justo venció el 2 de noviembre, veo que tiene el gran sello de CONSUMO CON SUBSIDIO DEL ESTADO NACIONAL. Ahora bien, en la factura figura el monto que pago y el monto del subsidio que me otorga el Estado. El subsidio representa casi el 80% del monto que efectivamente pagué. Puesto de otra manera, si no me hubiesen subsidiado tendría que haber pagado un 80% más en mi factura. Por eso posiblemente De Vido dijo que las tarifas no iban a aumentar. Solo dejarían las tarifas quietas, quitarían los subsidios y la gente tendría que pagar mucho más por la luz y el gas. Eso sí, como las tarifas no se moverán, el INDEC no relevará el aumento por más que la gente tenga que desembolsar más plata del bolsillo. Una especie de tarifazo sin que estadísticamente lo registre el INDEC. Como la tarifa no se movería, el INDEC no registraría aumentos de precios.
Abajo a la izquierda de la factura hay un cuadro informativo que dice que si yo viviera en Córdoba o Santa Fe, hubiese tenido que pagar el doble que lo que pagué. Si viviera en San Pablo tendría que haber pagado 6 veces más, en Uruguay 7 veces más y si hubiese vivido en Chile 6,5 veces más. Estos datos, más el anterior, confirman la enorme distorsión de precios relativos y permiten prever que los anuncios para ahorrarse 600 millones son solo el aperitivo de lo que puede venir, salvo que intenten convencerme que los cordobeses, santafesinos, chilenos, brasileros y uruguayos son tontos que pagan mucho más de lo que deberían pagar.
El rubro subsidios se ha convertido en uno de los más importantes dentro del presupuesto y los recursos fiscales ya no alcanzan.
Mi impresión es que el anuncio de los $ 600 millones de ahorro fiscal fue para sacar el tema del dólar de la tapa de los diarios, o bien que estamos en vísperas de otro rodrigazo, porque no se entiende muy bien cómo van a hacer para determinar quiénes son pobres, para subsidiarlos, y quiénes no. Excepto que haya que sacar un certificado de pobreza, no queda muy claro cómo harán para quitar los subsidios de acuerdo al nivel de ingreso de cada uno. Si la AFIP no puede controlar con eficiencia a quiénes autoriza para comprar dólares y a quiénes no, es de imaginar el lío que se armaría si se establecieran recortes de subsidio por nivel de ingreso.
El Gobierno ha barrido debajo de la alfombra una serie de problemas apostando a que el mundo seguiría ayudando, pero el mundo cambió. Es bueno que ahora, luego de las elecciones, advierta que la alfombra ya se levantó tanto que no hay persona que no advierta que hay muchos problemas escondidos. Posiblemente la corrida cambiaria haya sido una señal categórica de que la gente ya se dio cuenta de lo que viene.
Se verá en el futuro si el anuncio de un ahorro fiscal de $600 millones fueron solo fuegos artificiales para tapar el tema del dólar o si se viene algo más pesado. En este segundo escenario, la gran duda es si podrán hacerlo sin un desborde en las otras variables y cuánto colchón social hay para corregir todo lo que se escondió durante años.
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