06 diciembre, 2011

Acordeón para los candidatos

Yuriria Sierra
Ya le había pasado a Vicente Fox, cuando hablo de un tal José Luis Borgues que jamás existió. Lo propio le sucedió a su esposa, Martha Sahagún, cuando hizo referencia a Rabina Gran Tagora, que quién sabe quién es. Ya después supimos que, en realidad, querían hablar de Jorge Luis Borges y Rabindranath Tagore. Caray con sus deslices. Pero no han sido los únicos, ese mismo tipo de autogoles, se han metido varios personajes de la vida pública nacional.

Bueno, hasta Cristian Castro se resbaló, y bien, cuando se refirió a "la chica ésa, de la Cruz". Perdónalo, sor Juana. Josefina Vázquez Mota alguna vez cambió el nombre de La región más transparente de Carlos Fuentes por La ciudad más transparente. Y cómo olvidar a Elba Esther Gordillo, cuando no pudo ni pronunciar ni leer ni hacer un mero ejercicio de memoria dada la coyuntura, cuando su episodio "HLNL".

Y, pues, el de Enrique Peña Nieto el fin de semana pasado, quien seguramente les dio un respiro a todos aquellos que han metido la pata. Hubo nuevo blanco en las redes sociales para hacer leña de un árbol que solito cayó. Y sí, nos resultó extraño porque el candidato priista tiene un equipo de asesores que lo cuidan. Ellos, incluso, le dirán cuál es el momento perfecto para sonreír, cuál es el ademán perfecto para cierto párrafo en su discurso, cuál debe ser la pose perfecta para la foto al cerrar los encuentros con sus militantes. En ellos recae la responsabilidad de que el hoy candidato sume adeptos. Que no en balde han dedicado tanto tiempo a preparar en cuanta escena Peña Nieto hace una aparición. Por eso resulta absurdo que ninguno, absolutamente ninguno de aquellos asesores, lo haya instruido para responder la que se veía como una de las preguntas obligadas a su llegada a la Feria Internacional de Libro.

Sin olvidar el tiro que le salió por la culata a Ernesto Cordero, que habló de otra de esas escritoras fantasmas: Isabel Restrepo, queriendo decir Laura Restrepo; y justo cuando en entrevista con Sergio Sarmiento, ufano, se expresaba del tropezón de Peña Nieto. Caray, y luego por qué dicen "piensa mal y acertarás". Ya aquí habíamos hablado del poco motivador nivel de debate que esperábamos en esta campaña. Y, pues, todo esto es, sin duda, signo inequívoco de un país con un promedio de lectura de 1.5 libros por año. ¡Auch!

Por eso aquí, y en especial para los servidores públicos, que son quienes están más expuestos a estos resbalones, les traemos un acordeón.

Señor candidato, señora candidata, secretario de Estado, actor, actriz: que nadie vuelva a poner en evidencia su falta de cultura y conocimiento literario. Apantalle usted a propios y extraños con referencias a libros que, estamos seguros, dejarán a todos con la boca abierta. O a ver quién se atreve a revirar sus cometarios:

Digamos, Enrique Peña Nieto pudo decir en la conferencia que dio en la FIL que la idea de su libro salió después de terminar la saga de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, "porque el priismo ya no está para derrotas y por eso mismo se fue Moreira...", pudo haber agregado al final. Y, bueno, hasta minutos de aplausos se habría llevado de haber citado alguna de las largas frases incluidas en los siete libros de la serie. Nadie hubiera intentado siquiera cuestionarlo.

Pero qué tal, Jean-Paul Sartre. López Obrador pudo haber ganado muchos adeptos dentro de la comunidad intelectual de haber citando aquella frase de La náusea: "Yo me saco de la nada a la que aspiro; el odio, el asco de existir son otras tantas maneras de hacerme existir, de ahí la ironía y tragedia de ese paródico: existo porque pienso...", en lugar de hablar de la República Amorosa. Y a Santiago Creel le podía resultar ésta otra línea hasta como frase de campaña: "Siempre es demasiado tarde o demasiado temprano para lo que uno quiere hacer." Nada como la sensatez, ¡caramba!, aunque sea escrita por sus asesores en tarjetitas informativas.

Y es que, escribe Michel Houellebecq: "Vivir sin leer es un peligro, se corre el riesgo de conformarse con la vida..." Lejos de la ironía y la intensidad, no podemos decir que esto sea mentira. ¡Que les hagan un acordeón, siquiera! Yo para nada me ofendo si los asesores de todos los políticos toman esta iniciativa y la hacen suya, en serio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Primero Peña Nieto, luego Cordero va muy bonito a corregirlo y también la riega jajaja se nota que son políticos bien preparados. Por eso mejor elegir a una persona madura como Santiago Creel para presidente.