27 diciembre, 2011

Combustibles Por: SERGIO SARMIENTO

JAQUE MATE
"Los países no pueden seguir importando combustibles fósiles y, además, subsidiándolos.
Éste es el mayor ejemplo de falta de visión de largo plazo".
Christiana Figueres
Davos, Suiza.- El presidente Felipe Calderón no ha tenido que tratar temas de violencia o combate contra el narcotráfico en el Foro Económico Mundial, por lo menos no en sus presentaciones públicas. La ecología y el calentamiento global han sido los asuntos de sus ponencias en esta máxima cumbre empresarial-política.
Ayer, en su primera aparición pública, el presidente participó en un debate televisado por la agencia de noticias AP sobre los acuerdos de la COP 16 en Cancún. Tomaron parte también el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y la secretaria general del Acuerdo Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, Christiana Figueres.


La representante de las Naciones Unidas describió el acuerdo de Cancún como algo "casi milagroso". Pero más tarde cuestionó a los países que dedican enormes subsidios a los combustibles fósiles y más aún a aquellos que los importan y además los subsidian. Es absurdo, dijo, que en el mundo se gaste 12 veces más en subsidiar los combustibles fósiles que las energías renovables.
México ha hecho un gran esfuerzo por presentar ante el Foro Económico Mundial la imagen de un país responsable en materia ecológica. El acuerdo de Cancún es una fuerte carta de presentación. En los autobuses públicos que circulan por el pueblo de Davos se han colocado anuncios que recuerdan que el 25 por ciento de la energía que se emplea en México proviene de fuentes renovables. Ésta es una cifra que incluye la significativa producción hidroeléctrica de nuestro país, pero que no considera el uso de la gasolina para vehículos de motor. Mucho menos orgullosos habríamos estado de reconocer en esos anuncios que México es uno de esos países que importa combustibles fósiles, principalmente gasolina, y que además los subsidia a los consumidores.
México ha estado elevando los precios de los combustibles fósiles en los últimos tiempos, especialmente el de la gasolina, con el afán de reducir esta dependencia. Pero debido al aumento en los precios internacionales del petróleo, un incremento que los políticos nos presentan como si fuera un beneficio enorme para el país, el subsidio a la gasolina se ha disparado. Al final este uso de dinero público para promover el consumo de un combustible fósil nulifica buena parte de los esfuerzos en el combate al cambio climático.
Incluso ese pequeño aumento en el precio de los combustibles ha generado protestas políticas que pueden volverse explosivas. Una gran pregunta es si, ante los procesos electorales del 2011 y el 2012, el presidente preferirá tomar la medida popular -o populista-- de suspender los ajustes al precio de las gasolinas o si tendrá el valor tomar la decisión correcta y dejar de subsidiar definitivamente los combustibles fósiles.
Además del debate sobre el cambio climático, el presidente tuvo ayer una reunión privada con la empresa española Iberdrola en la que concluyó un acuerdo de generación de energía sustentable. Hoy estará en una mesa con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, y el fundador de Microsoft, Bill Gates, sobre desarrollo sustentable.
Me parece positivo que México se esté posicionando como un país que está haciendo algo por combatir el calentamiento global y no como simple escenario de una guerra violenta contra el narcotráfico. Pero de nada servirán los mejores argumentos si México sigue importando combustibles fósiles y subsidiando su consumo.
Un pequeño explosivo, no mayor que una paloma, estalló ayer en el Morosani Posthotel de Davos. Un desconocido grupo de izquierda afirmó ser responsable del ataque. Si bien ni siquiera los huéspedes del hotel se percataron de lo ocurrido, el mensaje era importante. Hay grupos que no aceptan que alguien más pueda siquiera discutir ideas con las que ellos no están de acuerdo.

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