Durante más de medio siglo y hasta su abolición en 1991, el Comité para la Seguridad del Estado, la KGB, conocidos también en el mundo del espionaje como ” El Centro “, dirigió una auténtica guerra de espías desde la Segunda Guerra Mundial hasta el fin de la Guerra Fría.
Oeri bi sñiki ek KGB significaba el enemigo para la CIA o el MI6, sino también el terror para miles de ciudadanos de la antigua Unión Soviética.
Historia
El primero de los antecesores del KGB, la Cheka,
fue establecida en Diciembre de 1917, encabezada por Felix Dzerzhinsky y
personalmente alabada por Vladímir Lenin como una “devastadora arma
contra las incontables conspiraciones y golpes al poder Soviético por
gente infinitamente más poderosa que nosotros” (La espada y el escudo,
29-30). Reemplazó a la Okhranka zarista. La Cheka sufrió varios cambios
de nombres y cambios organizacionales, transformándose en el Directorado
Estatal Político (OGPU), en 1923, el Comisariado Popular para la
Seguridad Estatal (NKGB), en 1941, y el Ministerio para la Seguridad
Estatal (MGB) en 1946, entre otros. En marzo de 1953, Lavrenty Beria
consolidó el Ministerio Ruso de Asuntos Internos (MVD) y el MGB en una
sola organización, el MVD; no obstante, en menos de un año Beria fue
ejecutado y el MVD fue nuevamente dividido. El reformulado MVD retuvo el
poder policíaco y legislativo, mientras que el segundo, la nueva
agencia KGB, asumió funciones de seguridad interna y externa, y estaba
subordinada al Consejo de Ministros. El 5 de junio de 1978 el KGB fue
rebautizada como el “KGB de la Unión Soviética”, tomando su máximo
responsable un asiento en el Consejo Ministerial.
El KGB se disolvió cuando su jefe, el
Coronel General Vladímir Kryuchkov,1 utilizó recursos de este organismo
para apoyar el intento de golpe contra el Presidente Soviético Mijaíl
Gorbachov, en agosto de 1991. El 23 de agosto de 1991 Kryuchkov fue
arrestado, y el General Vadim Bakatin fue oficialmente nombrado Jefe del
KGB, y mandado expresamente para disolverla. El 6 de noviembre de 1991,
el KGB dejó formalmente de existir.
Desde su perspectiva, el KGB fue pensado
como “la espada y el escudo” del Partido Revolucionario Bolchevique y
del Partido Comunista de la Unión Soviética. El KGB desarrolló un nivel
notable de éxito en los primeros años de su funcionamiento. La
comparativamente baja o displicente política de seguridad extranjera de
naciones como los Estados Unidos de Norteamérica y del Reino Unido le
permitió al KGB aprovechar oportunidades enormes para penetrar sus
agencias de inteligencia y el mismo gobierno con sus propios agentes,
ideológicamente motivados, como los Cinco de Cambridge. Identificada
como la cúpula de inteligencia más importante de la Unión Soviética,
obtuvo información detallada sobre la construcción de la bomba atómica
(el Proyecto Manhattan), gracias a las habilidades y buen
posicionamiento de agentes como Klaus Fuchs y Theodore Hall. La KGB
también persiguió enemigos de la Unión Soviética y de Stalin, como los
contra-revolucionarios Guardias Blancos y del Bolchevique
anti-estalinista León Trotsky, consiguiendo incluso el asesinato de
Trotsky luego de un elaborado plan para penetrar su círculo más cercano
en el exilio.
Algunos secretos del KGB
La KGB inventó un pasado antisemita y nazi para desacreditar al Papa Pío XII,
la agencia de inteligencia rusa orquestó una campaña para hacer creer
que Pio XII era un simpatizante del régimen nacionalsocialista. Tras
años de persecución a la Iglesia en Europa del Este, ahora Moscú quería
desacreditar al Vaticano en su propio terreno, convirtiéndolo en un
defensor del nazismo. Pío XII, se convirtió en el objetivo más
importante. Su Pontificado había coincidido con la Guerra, y aún más,
antes había sido nuncio en Munich y Berlín hasta 1929. Además, tras su
fallecimiento en 1958 hacía buena la máxima de la KGB: «Los muertos no
pueden defenderse».
Apoyándose en testimonios como el del coronel Ivan Dziuba, héroe de la Segunda Guerra Mundial, Murasov asegura que Gagarin,
el primer hombre que estuvo en el espacio, fue víctima de un complot
del KGB. “Yo entrevisté al hombre que puso la bomba en el avión de
Gagarin. Para ocultar el homicidio fueron asesinadas más de diez
personas”, dice con la naturalidad de quien asegura haber hablado con su
novia. Pero, ¿por qué habían de matarlo? “Gagarin fue un oficial
profesional y libre, y cuando empezó a influir en la política de
ascensos, los viejos comprendieron que su fulgurante carrera era una
amenaza para ellos. Querían poner a Gagarin al frente del centro de
preparación de vuelos, pero un grupo quería que fuera el veterano
Birigavoi. Finalmente, consiguieron lo que querían.
Otro de los grandes misterios que
envuelven al KGB fue el intento de asesinato de Juan Pablo II. Una serie
de documentos inéditos apenas publicados por el autor John Kohler
demuestran que los ex servicios de inteligencia rusos (KGB) ordenaron a
sus agentes en 1979 actuar “con todos los medios” contra Juan Pablo II.
Dos años después de esa orden, en mayo
de 1981, Karol Wojtyla sufrió el atentado en la Plaza de San Pedro a
manos del gatillero turco Mehmet Ali Agca; los autores intelectuales del
ataque nunca fueron apresados. La instrucción fue dada en noviembre de
1979 a los operadores de la KGB por una serie de miembros de la
Secretaría del Comité Central del Partido Comunista de la ex Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
La lista de los líderes comunistas que
firmaron la sentencia contra Juan Pablo II se compone de nueve nombres:
Mikhail Suslov, jefe de propaganda de ideólogo del Partido Comunista; y
Kostantin Chernenko, secretario del Comité Central.
Estas y muchísimas más historias revelan
los secretos que todavía se ocultan del KGB y que seguramente podremos
ir conociendo con el paso de los años, al igual que otras se perderán en
el mas absoluto secretismo.
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