04 diciembre, 2011

La derrota de Chávez y del chavismo Juan Páez Ávila

La incapacidad de Chávez y su equipo gobernante para administrar la hacienda pública y el hampa desbordada, son indicadores de que el país requiere de  un nuevo Jefe de Estado en 2012


Y aunque por acontecimientos extraordinarios en el mundo de la política, la opinión de los electores puede variar días antes y hasta en el momento de votar, la crisis económica y social que atraviesa el país, como consecuencia de políticas equivocadas aprobadas y puestas en ejecución por el gobierno, ha  desengañado a millones de venezolanos, que en principio apoyaron a Hugo Chávez, y ya no creen en sus nuevas promesas, ni que decidiera cambiar esas políticas, como para que  reconsideren su decisión de sufragar por la oposición. Incluso la defensa del voto, garantía ineludible para coronar la victoria, ha pasado a formar parte de la conciencia del ciudadano, dispuesto a vivir en libertad y no en la cárcel y en la miseria del comunismo cubano, hacia donde se orienta la política del Comandante Presidente.

            Todo indica que estamos frente a un cambio importante del pensamiento y voluntad del electorado ante los resultados de la administración pública de Hugo Chávez y de su equipo, señalado como el más corrupto e incapaz, salvo excepciones, que se conozca en la historia desde siglo XX venezolano, al establecer la más elemental comparación con las obras públicas realizadas y con la cantidad de millones de dólares que han ingresado al Tesoro Nacional por la renta petrolera.
            De allí que después de la derrota del chavismo en los estados: Táchira, Miranda, Zulia, Nueva Esparta, Distrito Capital, Carabobo, Mérida, Lara y Anzoátegui, que representa más del 50% del electorado nacional, esa correlación es factible que se preserve hasta el 2012. Y si bien no es recomendable  cantar victoria antes de la fecha que fije el Consejo Nacional Elctoral, lo cierto es que la oposición al gobierno de Hugo Chávez se encuentra unida, como en ningún otro momento de las múltiples veces en las que participó en elecciones, durante este ya moribundo período chavista, y mejor preparada para derrotar el ventajismo y el abuso gubernamental, y el miedo que trata de meterle a la población con sus amenazas y bravatas el Comandante Presidente y 3 ó 4 altos oficiales militantes del comunismo Castro chavista,  como último recurso para que la mayoría no vaya a votar.
            La incapacidad de Chávez y su equipo gobernante para administrar la hacienda pública y el hampa desbordada, son indicadores de que el país requiere de  un nuevo Jefe de Estado en 2012.
                        En estas circunstancias la derrota del chavismo, aunque no esté decretada, puede ser una realidad si la oposición acierta a la hora de escoger los candidatos a la Presidencia de la República, a las gobernaciones, alcaldías y cuerpos deliberantes, que no sólo representen a los partidos políticos  y otros integrantes de la Mesa de la Unidad (MUD), sino también a importantes sectores independientes que constituyen una evidente mayoría y que aspiran verse representados tanto en los candidatos como en sus programas de gobierno, para lo cual deben privar la sensatez, el verdadero interés por un cambio y no los deseos o proyectos personales, por muy legítimos que estos sean.

            Y aunque  Hugo Chávez regresó amenazando a la oposición de investigarla por una supuesta conspiración, que desde que  el General Muller Rojas lo alertó sobre el nido de alacranes que lo rodea, en el mundo político se sabe, y sobre todo lo conoce Fidel Castro por las informaciones del G-2 que actúa en nuestro país, que los conspiradores están en las entrañas del chavismo, en posiciones que el propio Chávez les ha asignado, pero que temen por la muerte del Presidente y les aterra quedar fuera del poder, llamados por la justicia nacional e internacional a rendir cuentas sobre reales o supuestos delitos de lesa humanidad de los que se les señalan. Prueba de ello es que la Alternativa Democrática está comprometida y participando activamente en unas elecciones primarias para escoger sus candidatos, mientras el gobierno le prohíbe al CNE que fije el cronograma electoral, no sólo porque saben que están derrotados en el 2012, sino también porque tratan de crear condiciones para que no se realicen las elecciones, y si no las pueden evitar, intentar desconocer el resultado mediante un pronunciamiento o golpe militar , tal como lo han afirmado 4 altos oficiales del Ejército, para que Chávez siga en el poder.

 Cualquier analista político nacional o internacional puede observar con clara objetividad que la oposición está inmersa en un proceso electoral interno, de cara al país y al mundo, y que el chavismo no sólo no habla de elecciones, sino que como lo afirmara Adán Chávez se preparan para la lucha armada, que evidentemente debe ser entre ellos, entre quienes pretenden heredar el poder si el Presidente desaparece del escenario político, por muerte o incapacidad física para enfrentar unos comicios electorales, que puede ganar la Alternativa Democrática.
El clima de tensión política  que ha creado Hugo Chávez y algunos de sus voceros civiles y militares incondicionales del Castro chavismo, es un indicador del nerviosismo y del terror que crea en sus herederos, la posible falta del jefe único, que no tiene sustituto porque como todo autócrata no creyó necesario prepararlo.

De allí que la Mesa de la Unidad (MUD) confía que tanto Chávez, si puede participar en las elecciones, como el chavismo,  si intenta desconocer los resultados electorales, serán derrotados, el primero por el voto mayoritario de los venezolanos, y en el segundo caso por la mayoría de la oficialidad institucionalista de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que hará respetar la Constitución Nacional vigente.

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