LA GUERRA ENCUBIERTA DE U.S.A. CONTRA IRAN.

Precisamente para evitar que los nacionalsionistas de los EE.UU. a través de Israel incendien el mundo antes de febrero/marzo del año 2.013 por atacar a Irán, el Gobierno de Barack Obama utiliza la guerra encubierta contra el pais persa conteniéndolos. Ya el expresidente de U.S.A. George W. Bush durante el año 2008 tranquilizó a Ehud Olmert decidiendo una campaña de operaciones encubiertas contra Irán consistentes en sabotajes técnicos -vía suministro de materiales defectuosos y dañinos en el mercado negro- e informáticos -vía virus Stuxnet- y asesinatos de científicos atómicos relevantes; campaña que ha seguido su sucesor de la Casa Blanca con más empeño, al fracasar por completo todas las presiones vía sanciones contra dicho pais para que negocie el inaceptable plan antinuclear que le quiere imponer U.S.A.



Las acciones de guerra encubierta de U.S.A. se incrementan cada vez más desde hace unos meses, sobre todo por el veto de Rusia y China a sanción alguna más estadounidense vía O.N.U.: en julio asesinó a tiros en Teherán al físico nuclear Darioush Rezaie; en noviembre produjo vía sabotaje la explosión de un acuartelamiento de la Guardia Revolucionaria Iraní que mató a quince personas y al General Hassan Moqaddam, una autoridad militar importante del desarrollo nuclear actual de Irán; la semana pasada, ocasionó también mediante sabotaje otra explosión en la planta de conversión de uranio de Isfahán y espió una zona oriental persa remota con su avión no tripulado tipo drone abatido electrónicamente.

Este último hecho preocupa mucho al Gobierno estaounidense de dos maneras importantes: una, el descubrimiento y neutralización de su actividad militar en Irán que este pais va a utilizar en su contra como denuncia internacional por atacar secretamente a su soberanía; dos, el apoderamiento por parte de Irán de toda la altísima tecnología de este tipo de aparatos para su copia y luego entrega a Rusia para que también se haga con ella y los produzca en masa.

Esta forma de actuar de U.S.A. es la única que le queda a su Presidente actual para evitar en toda regla la implicación de su Gobierno en una anticipada guerra abierta no querida para nada.