09 diciembre, 2011

LA 'NUEVA EUROPA' SE DESENAMORA DEL EURO

china
KAY NIETFELD/AFP/Getty Images

Pese a todo lo que se dice de que griegos e italianos puedan estar planeando seriamente abandonar la moneda común europea y regresar a los viejos dramas y la lira, el indicador más inquietante para el euro a sus 10 años de existencia, es quizá que los países del Este de Europa, que durante años han intentado formar parte de la unión monetaria, ahora se lo están pensando mejor.



El 1 de enero, Estonia se convirtió en el país número 17 que adoptó el euro, pero es posible que pase algún tiempo antes de que se añada otro. Estaba previsto que Polonia se incorporase a la eurozona en 2012, pero la fecha se ha aplazado de forma indefinida. (“Si basan una unión monetaria en las aspiraciones y en ser proeuropeos, puede que al cabo de diez años tenga problemas”, explicó un analista polaco, Jan Filip Stanilko, en cnbc.com.) En abril, el Gobierno de centro derecha de Bulgaria retiró un plan para adherirse en 2013, alegando la necesidad de más preparación. El presidente rumano también ha insinuado que quizá postergue su fecha prevista, 2015, “uno o dos años”. Letonia y Lituania estaban deseosas de entrar en la zona euro detrás de Estonia, pero ahora dicen que las fechas que habían previsto no son realistas, y el jefe del banco central de Lituania, Vitas Vasiliauskas, ha advertido que la pertenencia “no es una cosa imprescindible”.

Hace solo dos años, se decía que entrar en la eurozona era una solución para los problemas de deuda de Europa del Este. Incluso llegó a filtrarse un informe del FMI que recomendaba que se acelerase el proceso, con el argumento de que la europeización no solo ayudaría a resolver el problema de la deuda, sino que significaría “eliminar la incertidumbre y restablecer la confianza”.
A esos mismos países, ahora, les preocupa ver que el hecho de estar en una unión monetaria ha empeorado a unas economías europeas en dificultades que intentan recobrarse.
El cambio de opinión en lo que el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, llamó una vez la "nueva Europa", donde los países sueñan desde hace mucho tiempo con la integración europea, ha sido tan rápido como sorprendente. Pertenecer al club de la UE ya no es lo que era.

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