09 diciembre, 2011

La UE camina hacia el 'superestado' europeo sin el Reino Unido

ALEMANIA REFUERZA SU CONTROL

Veintiséis países ofrecen su respaldo al acuerdo propuesto por Merkel y Sarkozy. Cameron se mantiene firme en su oposición a las nuevas condiciones.

D. SORIANO 
El primer ministro británico, David Cameron, se ha quedado aislado este viernes en su rechazo al nuevo Tratado que prepara la eurozona para endurecer la disciplina fiscal. El resto de Estados miembros de la UE, incluidos Hungría, República Checa y Suecia, ha expresado en las últimas horas su disposición a sumarse al pacto tras consultar a sus parlamentos.
"Los jefes de Estado o de Gobierno de Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Suecia han indicado la posibilidad de formar parte de este proceso tras consultar con sus parlamentos cuando sea apropiado", asegura la declaración final adoptada al término del Consejo Europeo. Cameron ha vetado una reforma de los Tratados a Veintisiete tras la negativa del resto de líderes europeos a otorgarle las garantías que reclamaba para eximir a la City de Londres de la regulación financiera de la UE.


Además, el primer ministro británico, lejos de sentirse solo ha asegurado este viernes que no le da miedo quedarse aislado en Europa y ha reiterado a la cadena pública BBC que "no estamos en el euro porque no queremos estar, tampoco hemos aceptado la eliminación de fronteras porque queremos controlar la inmigración ilegal y el narcotráfico".
¿Cómo será la UE del futuro?
Es muy difícil hacer predicciones acerca de cómo evolucionará lo acordado en una cumbre europea. Siempre hay muchos flecos por cerrar y futuras citas en las que se firmará lo pactado. De hecho, lo aprobado en Bruselas en los últimos dos días será ratificado en marzo. Y en los tres meses que quedan, pueden pasar muchas cosas.
Sin embargo, se vislumbra una solución marcada por una UE de dos o, incluso, tres velocidades, en la que el núcleo duro del euro converge económica y fiscalmente, mientras que los países que no comparten la moneda única quedan como socios de segunda. Incluso, se habla de la posibilidad de una ruptura de la UE por causas políticas. Por primera vez en su historia, podría haber socios del gran proyecto europeo que se bajasen del tren en marcha por su propia voluntad.
  • Más unión: sin duda, los estados de la Eurozona estarán desde ahora más unidos que nunca. Las normas fiscales y financieras serán comunes. Además, los presupuestos de los países estarán controlados por todos los países (aunque Alemania llevará la voz cantante, eso parece evidente) y por las instituciones comunitarias.
  • Fuera y dentro: ahora mismo, hay 17 países en la Eurozona (Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal). Luego están los países que están fuera de la moneda única pero quieren entrar (Lituania, Letonia, Polonia, República Checa, Bulgaria, Rumania y Hungría). Por último, están Dinamarca, Suecia y Reino Unido, que ni están en el euro ni se les espera.
  • ¿UE-26?: el problema para Cameron es que incluso los países más reticentes a adoptar a la moneda única están dispuestos a firmar el pacto acordado ayer en Bruselas. Suecia, Hungría y República Checa, que en la madrugada del jueves se desmarcaron ligeramente del consenso, han amanecido este viernes uniéndose al núcleo duro de la UE. Ahora, el Reino Unido se queda solo; los tories euroescépticos piden incluso un referéndum sobre su permanencia en el club europeo. Y los diarios británicos ya hablan abiertamente de una UE-26 en el medio plazo.
  • Varias velocidades: lo que parece claro es que en el futuro, la construcción europea se desarrollará a diferentes ritmos. Siempre se ha hablado de "dos velocidades", pero ahora parece posible que haya incluso más opciones. Por un lado, estarán los países del núcleo duro del euro, que sigan al pie de la letra las exigencias de Bruselas. Por otro lado, estarían los países que aspiran a entrar en la moneda única o aquellos que tengan que prescindir de la misma (esto no se dice oficialmente, pero la caída de Grecia sigue siendo una opción). Y, por último, quedarán los estados que quieran quedarse al margen del euro y de las normas fiscales y financieras impuestas en las últimas semanas por Alemania.
  • Disciplina: lo más importante de todo lo pactado en Bruselas es que los gobiernos se han comprometido a mantener unas normas comunes de disciplina presupuestaria. Nadie podrá mantener un déficit estructural superior al 0,5% y al que no cumpla se le sancionará automáticamente. Además, habrá normas comunes desde el punto de vista fiscal y financiero, al menos para los estados de la Eurozona. Las constituciones de los países tendrán que recoger algún tipo de norma que garantice la estabilidad presupuestaria; y la Comisión (la UE) y el Consejo (los gobiernos) controlarán las cuentas de todo aquel que se salga del camino marcado por la señora Merkel.
  • ¿Cuál es la situación de España?: tanto José Luis Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy han asegurado que se mantendrán dentro del núcleo duro de la UE. Tampoco tienen mucho margen. En la situación financiera del sector público español, es imprescindible el apoyo germano y no lo conseguirán si no cumplen con los requisitos de Berlín. En realidad, esto puede aplicarse a casi todos los estados de la UE (incluido Francia, por eso Sarkozy quería que Reino Unido también se uniera, para diluir el control de Alemania): sólo podrán formar parte del club aquellos que sigan de forma estricta las normas.
  • ¿Qué pasará cuando no esté Angela?: ésta es la pregunta que muchos euroescépticos se hacen en toda la UE. La actual situación es muy delicada. Seguramente, hacen falta medidas extremas para salir de la crisis. Pero el marco institucional que se ha creado esta semana seguramente permanecerá durante décadas. Los países están entregando una parte muy importante de su soberanía a Bruselas (o a Berlín, según como se mire). Puede que muchos piensen que Angela Merkel es uno de los políticos más fiables de Europa. Pero no estará siempre en el Gobierno germano. Cuando la tormenta amaine, quizás ya sea tarde para cambiar de rumbo. Y entonces el capitán de la nave puede tener otro nombre y otras prioridades.
Cameron: "No me da miedo quedarme aislado en Europa"
El primer ministro británico, David Cameron, ha dicho este viernes que no le da miedo quedarse aislado en Europa aunque reconoció que su rechazo al futuro tratado de la UE supone "un cambio" en las relaciones de su país con Bruselas.
En una entrevista con la cadena pública BBC desde Bruselas, el primer ministro insistió en que, al descolgarse esta madrugada del tratado, ha defendido el interés del Reino Unido aunque negó que esta postura signifique que su país pierda influencia en Europa.
"No estamos en el euro porque no queremos estar, tampoco hemos aceptado la eliminación de fronteras porque queremos controlar la inmigración ilegal y el narcotráfico", dijo Cameron, que explicó que sin embargo el Reino Unido defiende políticas europeas como el mercado único.
El líder conservador, que aseguró que la decisión de desmarcarse del resto de Europa ha sido tomada en total acuerdo con sus socios de Gobierno, los liberaldemócratas, señaló que "hay que aceptar el hecho de que algunas veces hay que quedarse fuera y no estar incluido" y reconoció que esto no le da "miedo" cuando es lo mejor para el Reino Unido, según informa Efe.
Posturas contrarias en Reino Unido
Mientras, desde el Reino Unido se suceden las reacciones. De hecho, algunos medios británicos insinúan que este acuerdo puede provocar una nueva UE-26 de la que sólo se quede fuera su país.
Pese a estos temores, Cameron ha recibido el apoyo de Nick Clegg, líder de los liberales y socio de su Gobierno, que ha asegurado que las posturas defendidas por su primer ministro han "modestas y razonables" y ha asegurado que existe unidad en el coalición gubernamental en esta cuestión. "Las demandas que Reino Unido ha hecho de salvaguardas, en las que el Gobierno de coalición está unido, fueron modestas y razonables. Se trató de salvaguardas para el mercado único, no para Reino Unido".
Por su parte, el líder de la oposición laborista, David Miliband ha considerado este viernes que la actuación del primer ministro británico en Bruselas ha demostrado "debilidad, no fuerza". En su cuenta en twitter, Miliband ha opinado que "Reino Unido ha saltado a un barco de remos con Hungría frente a un supertanque de 25 países. Eso es debilidad, no fuerza".

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