07 diciembre, 2011

Las dudas sobre Newt Gingrich

DIEGO SANCHEZ DE LA CRUZ
Las inconsistencias del ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney han convertido las primarias del Partido Republicano en una competición de lo más interesante. Cierto es que Romney es uno de los candidatos que mejor resultado podría obtener en 2012 frente a Barack Obama, pero las bases más exigentes de su partido no están dispuestas a entregarle fácilmente la ansiada nominación. Si bien Romney sigue a la cabeza, las encuestas muestran que muchos votantes están incómodos con su liderazgo. Esta situación ha beneficiado temporalmente a otros aspirantes como Rick Perry, Herman Cain y Michelle Bachmann, que vivieron un crecimiento esporádico en sus expectativas de triunfo, para después acabar perdiendo apoyos por diferentes causas. Así las cosas, salvo sorpresa, Romney va a tener que medirse con Newt Gingrich y Ron Paul para llevarse las primarias de Iowa y New Hampshire, y asegurarse el nombramiento como candidato republicano a la Casa Blanca.


Muchos de los lectores de Libertad Digital y Libre Mercado ya conocen a Ron Paul, por lo que quiero dedicar los siguientes párrafos a analizar brevemente la candidatura de Newt Gingrich, antiguo portavoz de la mayoría republicana en el Congreso de los Estados Unidos durante la segunda mitad de los años 90. Gingrich, que dedicó veinte años de su vida a servir en la Cámara de Representantes, ha sido bien acogido por muchos votantes republicanos, pero el aumento de su popularidad también ha expuesto algunas de sus principales debilidades. En palabras del brillante columnista George F. Will, una hipotética victoria de Gingrich podría enterrar las aspiraciones de promover un Estado limitado desde la plataforma del Partido Republicano. Will ha subrayado que Gingrich y Romney representan un conservadurismo estatista y paternalista, por lo que no ha dudado en pedir a las bases republicanas que reflexionen sobre la posibilidad de nombrarle candidato.
¿Son razonables estas dudas? Sin duda, algunas posiciones que ha asumido Newt Gingrich en los últimos años parecen darle la razón a sus críticos:
- Durante el año 2003 defendió una costosa modificación del programa de sanidad pública Medicare. Las medidas fueron aprobadas y acabaron generando un déficit millonario en las cuentas públicas estadounidenses.
- En febrero de 2007 dijo que estaría a favor de introducir leyes de “compra de emisiones contaminantes”. Un año después, participó en diferentes eventos contra el cambio climático organizados por Al Gore. Luego cambió de opinión, y relacionó las leyes promovidas desde estas organizaciones con la crisis económica, la corrupción y el favoritismo político.
- En junio de 2007 se mostró a favor del seguro médico obligatorio, defendiendo así una postura que también han apoyado Barack Obama y Mitt Romney. En mayo de 2011, Gingrich anunció que ya no estaba a favor de este tipo de medidas.
- Durante el año 2008, afirmó lo siguiente sobre los “rescates financieros” aprobados por la Administración Bush: “si hubiese estado en el Congreso habría estado muy enfadado, pero habría votado a favor“.
- En marzo de 2011, preguntado sobre la intervención militar en Libia, Gingrich propuso primero una operación aérea que garantizase una “zona de exclusión”. Solamente dos semanas después, declaró que, si fuese Presidente, no habría intervenido en el conflicto.
- Un mes después, cuando en abril de 2011 el congresista Paul Ryan propuso un plan presupuestario razonablemente decente para reducir el déficit y racionalizar el Estado, Gingrich no le apoyó, y calificó la propuesta como “ingeniería social de derechas“.
- Durante un debate de las primarias republicanas, defendió apasionadamente la extensión de la “Patriot Act”, una ley rabiosamente intervencionista y de dudosa constitucionalidad que fue creada al calor de la guerra contra el terrorismo. Esta legislación que tanto apoya Gingrich legitima todo tipo de invasiones federales en el ámbito de las libertades personales. Del mismo modo, Gingrich ha defendido en varias ocasiones que puede ser apropiado y conveniente utilizar la tortura como método de interrogación.
- Además, a lo largo de la década pasada, Gingrich fue consultor de Freddie Mac, la corporación semi-pública que alentó e infló la burbuja inmobiliaria que ha acabado hundiendo la economía estadounidense. Su trabajo para esta polémica entidad le supuso grandes beneficios económicos: algunas informaciones hablan de $300,000 dólares, aunque Bloomberg ha situado esta cifra por encima del millón y medio.
Su trayectoria personal tampoco le ayudará con muchos votantes: en los años 90, mientras lideraba la causa republicana contra las infidelidades amorosas del Presidente Clinton, el propio Newt mantuvo una relación extra-matrimonial que acabo saliendo a la luz años después.
Ante este panorama, es evidente que Gingrich no es una opción del todo recomendable para el “partido del elefante”. Puestos a elegir a un aspirante con un historial lleno de luces y sombras, parece más lógico apoyar la candidatura de Mitt Romney. Sin embargo, si los votantes republicanos quieren una alternativa seria, sólida y consistente a ambos, entonces están de enhorabuena: solamente tienen que abrazar la candidatura de Ron Paul, quien acumula décadas de coherencia a la hora de defender los principios de la libertad.

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