05 diciembre, 2011

Los tres salvavidas que le quedan al euro

BBC Mundo
Merkel y Sarkozy se reunieron este lunes para definir los detalles de la unión fiscal de la euro zona.
Con el acecho de los mercados el euro enfila su futuro en el Consejo Europeo de este 8 y 9 de diciembre. Tres salvavidas se cruzan en su camino: la emisión de eurobonos, la intervención del Banco Central Europeo (BCE) y la unión fiscal de la eurozona. Este último es el que quiere la canciller alemana.

Este lunes la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarzoky se reunieron en el Elíseo para definir los detalles de la unión fiscal de cara al consejo que reúne a los 27 jefes de estado de la Unión Europea. Allí, sus posiciones parecieron acercarse, al menos en el rechazo a los eurobonos y el llamado a una mayor austeridad fiscal.
Merkel, que rechaza los eurobonos y la intervención del BCE, es partidaria de la unidad fiscal con la creación de un supraministro o ente que pueda introducir reglas más rígidas y sanciones a quienes no cumplan los objetivos presupuestarios.
"La crisis no se resuelve de un sólo golpe. Se trata de un proceso de durará años", ha señalado la canciller.
El presidente francés, que apoya un nuevo tratado pero que se siente acosado por los intereses de la deuda francesa, era hasta este lunes más proclive a los eurobonos pero finalmente los ha rechazado como solución. ¿Cuáles son los pros y los contra de las tres posibles salidas del euro?

La emisión de eurobonos

La gran amenaza del euro son los altos intereses que se están pagando por las deudas. Si los países no pueden refinanciar sus deudas se corre el riesgo del impago. En ese sentido la Comisión Europea ha presentado una propuesta de emisiones de bonos europeos que sustituyan la deuda nacional. El respaldo sería la propia unión.
De esta manera los eurobonos garantizarían que todas las naciones de la zona euro puedan pedir prestado a un precio asequible.
Mientras que el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, es partidario de los eurobonos, la canciller alemana, que lleva la voz cantante en la actual crisis, no. Al ser el estado más grande de la zona euro con la mejor posición fiscal, Alemania estaría más expuesta con la aplicación de los bonos.
Este lunes, Nicolas Sarkozy también desechó la idea.

La compra de deuda por parte del BCE

La propuesta es que el BCE tenga libertad para comprar toda la deuda soberana de la zona euro, lo cual desanimaría a los especuladores y rebajaría los tipos de interés.
José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, es partidario de la emisión de eurobonos.
Al respecto se cuestiona el papel del banco cuando se le compara con los bancos centrales de países como Estados Unidos, Reino Unido o Japón, que en situaciones como las que está viviendo Europa, suelen comprar toda la deuda necesaria.
Los líderes de los países más endeudados y el propio presidente francés son partidarios de esta vía. No obstante, el Bundesbank y la propia Merkel se muestran reacios con el argumento de que la financiación de las deudas dispararía la inflación en su país. Alemania es el principal inversor del banco.

La unión fiscal y la creación de un supraministerio

Es la propuesta y la condición que exige Merkel para que en un momento dado el BCE pueda intervenir. La llamada Unión Fiscal significaría un control de los presupuestos nacionales por parte de Bruselas, con poder para modificarlos y un endurecimiento de las sanciones a los países que infringen los límites de deuda.
Una de las principales críticas al espacio común europeo es la ausencia de un ministro de finanzas, un ente que centralice y aplique las políticas monetarias y que pueda demandar ante el Tribunal de la UE a los países infractores.
Países que están dentro de la unión pero fuera de la zona euro, como Reino Unido o República Checa, se oponen a esta medida. Un veto de ambos países echaría por tierra los acuerdos que se puedan alcanzar este jueves y viernes. No obstante, Merkel y Sarkozy contemplan la posibilidad de lograr un acuerdo entre los 17 países del euro que esquivaría a países escépticos de la unión fiscal como Reino Unido.

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