25 diciembre, 2011

Tijeretazo a la previsión de resultados de la gran banca de EEUU para 2012. Virginia Martínez / José Luis de Haro

  • Los resultados se reducen hasta 81.344 millones por miedo a los test de la Fed
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Cada vez está más claro que 2012 puede ser el año de una nueva recesión mundial. EEUU ayer revisó a la baja el crecimiento trimestral de su economía -del 2 al 1,8%- y está a la espera de que sus grandes bancos presenten a mediados de enero los resultados de los test de estrés a los que la Reserva Federal (Fed) les ha sometido para analizar la capacidad del sistema bancario para enfrentarse a un colapso de la economía durante el próximo año.


Un temor, junto con que se puedan adelantar las exigencias de Basilea, que ha llevado a los expertos a reducir un 14,6% desde septiembre las previsiones de beneficio de la gran banca estadounidense -aquella con una capitalización de más de 5.000 millones de dólares- para 2012.
La inestabilidad económica de la Eurozona y la posibilidad de que la crisis de deuda soberana sobrepase el Atlántico se ha dejado notar en la gran banca estadounidense, donde los resultados pronosticados para 2012 han pasado en apenas tres meses y medio de los 95.250 millones a los 81.344 millones de dólares. Bank of America, JP Morgan, Citigroup y Goldman Sachs son las entidades que más han sufrido el tijeretazo de las casas de análisis al recortarse sus estimaciones de beneficios en más de 2.000 millones de dólares.

Los males de Bank of America

La entidad capitaneada por Brian Moynihan está a punto de cerrar un año nefasto. Sus títulos son los más bajistas del Dow Jones al acumular caídas en 2011 de alrededor del 60% y, además, las perspectivas de resultados para el próximo año se han reducido en más de 4.200 millones en este periodo. Sin embargo, éstos pueden ser los males menores de la entidad.

La delicada situación financiera de Bank of America, considerado por muchos un banco "demasiado grande para caer", llevó a Warren Buffett a inyectar unos 5.000 millones de dólares en la entidad. Sin embargo, las autoridades han seguido en los últimos meses presionando al banco para que mejore sus niveles de capital y garantizar su supervivencia sin necesidad de intervención. ¿Cuáles han sido algunos de los errores de la entidad?
Por un lado, la compra de la hipotecaria Countrywide en plena explosión de la burbuja de las hipotecas basura le hizo heredar la mala prensa que pesaba sobre la entidad. Por otro, la presión de los reguladores para que deshaga posiciones en China Construction Bank sin haber aprovechado, según muchos analistas, sus activos. Y finalmente, la gran exposición que tiene la americana en periféricos europeos. Bank of America contaba en junio con cerca de 16.700 millones de dólares en activos de países como España, Italia, Portugal, Grecia e Irlanda y con una protección contra el impago de éstos por valor de unos 1.700 millones.

'Tijeretazos' a lo 'grande'

Los recortes de beneficio de la banca norteamericana se concentran, sobre todo, en los gigantes del sector. Cerca de 3.100 millones han desaparecido de los beneficios previstos en JP Morgan para el próximo ejercicio -hasta los 18.800 millones de dólares- y hasta 2.600 millones se fugaron de Citigroup.
Sin embargo, pese a los recortes previstos en sus resultados, las casas de análisis esperan que incremente en más de un 4% los beneficios estimados para el presente ejercicio y recomiendan comprar sus títulos. Un consejo que sólo comparten (entre los grandes) con Wells Fargo, Fifth Third Bancorp, U.S. Bancorp y PNC Financial Services Group. La tijera también ha estado afilada en Goldman, donde las previsiones de beneficio han pasado de los 9.000 millones a los 6.800 millones desde principios de septiembre. Y es que entre los bancos estadounidenses de mayor capitalización sólo se salva de los recortes Key Corp.
No obstante, todavía hay quien se mantiene optimista con el sector y asegura que no es momento de salir de la banca estadounidense pese a la volatilidad. "El 80% de los bancos estadounidenses ya han provisionado todas sus pérdidas y el 20% restante se espera que lo absorban mediante ganancias", argumenta Ryan Brist, responsable de análisis de deuda norteamericana con grado de inversión de Western Asset (filial de Legg Mason).

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