No es un secreto que Estados Unidos ha perdido parte de su
influencia política y económica en Latinoamérica en la última década,
pero las proyecciones económicas de las Naciones Unidas para el 2020
deberían hacer sonar alarmas en Washington D.C.
Según la Comisión
Económica para America Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL),
las exportaciones de Estados Unidos a Latinoamerica han caído desde el
60 por ciento de las exportaciones totales estadounidenses en el 2000
hasta el 39 por ciento en la actualidad, y de continuar las tendencias
actuales seguirán cayendo hasta llegar al 28 por ciento de las
exportaciones totales del país en el 2020.
En lo que hace a las
importaciones estadounidenses de Latinoamérica y el Caribe, han
disminuido del 51 por ciento del total de las importaciones de Estados
Unidos en el 2000 al 33 por ciento en la actualidad, y según la
tendencia caerán hasta el 26 por ciento de las importaciones totales de
Estados Unidos en el 2020. China se ha convertido ya en el principal
comprador de productos de varios países sudamericanos, dice la CEPAL.
"Es muy importante que Estados Unidos vea a América Latina con
mayor interés, porque está desalentándose la relación económica”, me
dijo en una entrevista la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia
Bárcena.
"Hay una percepción en Latinoamérica de que Estados
Unidos no incluye a la región entre sus prioridades”, agregó. “Más
importante aún, existe la percepción de que Estados Unidos no tiene una
visión estratégica de la región”.
En décadas pasadas, Washington
tenía ambiciosas iniciativas regionales de comercio y cooperación, como
la Alianza para el Progreso, la Iniciativa de las Américas o el Área de
Libre Comercio de las Américas. En la actualidad, no existe ningún
proyecto de ese tipo, senalo Bárcena.
El presidente Obama tendrá
una gran oportunidad para proponer nuevas iniciativas económicas
regionales en la Cumbre de las Américas, de 34 países, a realizarse el
14 y el 15 de abril en Cartagena, Colombia, me señaló Bárcena. Entre
otras cosas, Obama debería proponer nuevas maneras de flexibilizar
barreras aduaneras y crear cadenas de abastecimiento más eficientes
dentro de las empresas de todo el continente, agregó.
Los
funcionarios de Estados Unidos, por otra parte, dicen que la declinación
relativa del comercio de Estados Unidos con Latinoamérica se debe al
extraordinario crecimiento económico de Asia en las dos últimas décadas,
que ha diversificado los flujos comerciales de Estados Unidos.
Sin
embargo, subrayan que Estados Unidos sigue siendo por lejos el mayor
socio comercial, y el mayor inversionista extranjero en Latinoamérica.
Las inversiones estadounidenses representan el 38 por ciento de todas
las inversiones extranjeras en la región, comparado con el 29 por ciento
los 27 países de la Unión Europea juntos, y menos del 5 por ciento de
China, dicen, citando las propias cifras de la CEPAL.
Y en materia
de comercio, Estados Unidos es un socio mucho más ventajoso para
Latinoamérica, porque compra muchos más productos manufacturados a la
región que los países asiáticos, afirman.
No obstante, la
percepción de que Washington no le presta demasiada atención a
Latinoamérica ha aumentado desde que el presidente Obama declaró en
noviembre que “Estados Unidos es un país del Pacífico”.
En una
gira por los países asiáticos, Obama anunció un plan para ampliar
drásticamente la Asociacion de Países del Trans-Pacífico (TPP), un grupo
de nueve países que actualmente incluye a Estados Unidos, Australia,
Nueva Zelanda, Singapur, Chile y Perú, y al que están considerando
entrar México, Canadá y Japón. Si esa expansión ocurre, se convertiría
en el bloque comercial más grande y ambicioso del mundo.
Los
funcionarios del gobierno de Obama dicen que la TPP estará abierta a
otros países latinoamericanos. “Nuestra opinión es que la TPP es la
mejor alternativa de impulsar una nueva oleada de liberalización del
comercio en el Hemisferio Occidental, y de reforzar la competitividad
global de cada uno de nuestros países”, me dijo un alto funcionario de
Washington. Traducción: No se está trabajando en ningún plan parecido
para las Américas.
Mi opinión: Sería injusto culpar al gobierno de
Obama de la relativa disminución del comercio con Latinoamérica, ya que
esa tendencia se inició una década antes de que Obama asumiera la
presidencia. Y la afirmación, tanto de la derecha norteamericana como de
la izquierda latinoamericana, de que Washington se ha vuelto casi
irrelevante en la región es muy exagerada: por el mero tamaño de su
economía, Estados Unidos sigue siendo el actor más importante en esta
parte del mundo.
Pero no hay duda de que por primera vez en
décadas, no hay ningún plan económico de Estados Unidos para aumentar
sus lazos comerciales con Latinoamérica. Es lógico que Obama esté
mirando hacia el Oriente, pero también debería mirar al sur. Si no lo
hace, las sombrías proyecciones de la CEPAL para el 2020 se harán
realidad.
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