Marco Rubio ofrece enérgico discurso sobre la inmigración
Melissa Sanchez
A pocos días de la elección primaria de la Florida, algunos de los
más reconocidos líderes republicanos se reunieron en una conferencia en
Doral a fin de promover una agenda capaz de atraer a más votantes
hispanos.
Aunque los dos candidatos principales a la nominación republicana se presentaron en el evento de Hispanic Leadership Network, una organización conservadora, las palabras más apasionadas salieron del senador Marco Rubio, considerado una estrella en ascenso en el Partido Republicano.
Rubio, hijo de padres cubanos, se enfocó en la inmigración ilegal, tema que reconoció como uno de los más importantes para el electorado hispano a nivel nacional. Pidió que los candidatos a la nominación republicana consideren la cara humana cuando debaten cómo lidiar con los casi 11 millones de indocumentados en el país.
“Es imposible caminar una sola cuadra en Miami, Los Angeles, San Antonio y no encontrarte con alguien que está o que conoce a alguien que está en un limbo legal debido a nuestro fracasado sistema de inmigración”, declaró Rubio.
Citó la desesperación que observa en las caras de los obreros que buscan trabajo frente a las tiendas de Home Depot y el sudor de las empleadas domésticas que luchan para sacar a sus familias adelante. Según Rubio, ambos partidos han permitido que el tema se utilice para dividir a la gente en lugar de buscar soluciones.
“No hay el apoyo político para otorgarle la ciudadanía o un camino hacia la ciudadanía a estos 11 millones. Tampoco es realista pensar que los podemos deportar”, aseguró Rubio, quien ha dicho que no está interesado en el cargo de vicepresidente. “¿Cuál es la solución mágica? No hay solución mágica. Por eso es tan complejo el problema”.
Las palabras de Rubio fueron brevemente interrumpidas por los gritos de dos estudiantes universitarios que le preguntaron por qué no apoyaba el Dream Act, un proyecto de ley que legalizaría a jóvenes indocumentados que se gradúan de secundaria en este país. Guardias de seguridad del Doral Golf Resort & Spa, donde se realizó el evento, expulsaron a los jóvenes de la audiencia aunque Rubio pidió que les permitieran quedarse.
Rubio evitó estar en el lugar cuando llegaron los candidatos a la nominación republicana, Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes, y Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts, para levantar su perfil entre los votantes hispanos de la Florida. El candidato Rick Santorum, quien recibió el viernes el respaldo de Latin Builders Association, no estuvo presente.
Como habían hecho previamente esta semana, tanto Gingrich como Romney expresaron solidaridad con las comunidades de exiliados cubanos y venezolanos. Gingrich aseguró que está a favor de buscar una estrategia no militar para sacar del poder al presidente venezolano Hugo Chávez y dijo que le gustaría inundar a Cuba con teléfonos celulares para promover la democracia.
“Me gustaría ver una Primavera Cubana en el 2013 para ayudar al pueblo cubano”, comentó Gingrich, quien llegó acompañado por el ex representante Dan Burton, copatrocinador de la ley Helms-Burton.
Romney trajo a su hijo, Craig, quien vivió por algunos años en Chile y pudo hablar favorablemente sobre su padre en español. Sobre la política exterior hacia América Latina, Romney indicó que nombraría a un enviado presidencial a cargo de temas de democracia y libertad en esa región. Según él, Estados Unidos está perdiendo una batalla de marketing.
“Miren lo que Fidel logra con su Operación Milagro. Con tan poco dinero, genera tanta buena voluntad en la región”, comentó. “Mientras tanto, nosotros gastamos billones y billones de dólares y sólo cosechamos resentimiento”.
Ambos candidatos afirmaron que el sistema de visas necesita ser modificado para poder promover la industria del turismo en Estados Unidos y responder a las necesidades laborales en otras áreas, como la agricultura. Sin embargo, ofrecieron distintas soluciones para remediar el sistema migratorio.
Romney enfatizó la necesidad de construir un muro en la frontera para prevenir la inmigración ilegal. Para los indocumentados que ya están en el país ofreció un programa de legalización temporal que los obligaría a la autodeportación.
“Estas personas deben recibir un estatus temporal, pero cuando termina ese estatus ellos tendrían que regresar a sus países y esperar como todos los demás”, comentó.
Gingrich señaló que no cree que se pueda aprobar un proyecto de ley de inmigración integral porque “tendría demasiados enemigos”. Sin embargo, expresó su apoyo a un proyecto de ley recién presentado por el representante republicano David Rivera, de Miami, que otorgaría un camino a la ciudadanía para los indocumentados que sirven en el ejército estadounidense.
También propuso el establecimiento de paneles locales de ciudadanos que podrían revisar los casos de indocumentados a fin de legalizar aquellas personas que tienen el respaldo de familiares que ya sean ciudadanos.
“La idea de que abuelita se va autodeportar es una fantasía”, comentó. “Hay que buscar un sistema práctico y local”.
Un sondeo de la Universidad Quinnipiac publicado el viernes muestra a Romney con una ventaja de nueve puntos sobre Gingrich entre posibles votantes republicanos.
La conferencia empezó la noche del jueves con un breve discurso del ex gobernador de la Florida Jeb Bush, antes de que se transmitiera el debate en Jacksonville a través de una pantalla enorme. Bush declaró que los candidatos republicanos en general necesitan cambiar su tono para ser más atractivos a los votantes hispanos.
“Si nosotros ignoramos las aspiraciones de las comunidades hispanas en todo el país, creo que los candidatos conservadores perderán, no porque tienen un mensaje equivocado, sino porque su tono es equivocado”, subrayó.
Bush, quien ha rehusado respaldar a ningún candidato, dijo que quizás lo hará después del martes, cuando se realizarán las primarias republicanas en la Florida.
“Creo que es importante que los candidatos obtengan la victoria por sus propios esfuerzos”, comentó Bush, quien aseguró a El Nuevo Herald que no se postulará a último minuto para la nominación presidencial republicana.
Sin embargo, declaró que no sabe cómo respondería si se le pide ser el candidato a la vicepresidencia.
“Yo no sé”, afirmó el jueves en la noche. “No creo que es probable, considerando mi situación, pero uno nunca puede decir nunca”.
Aunque los dos candidatos principales a la nominación republicana se presentaron en el evento de Hispanic Leadership Network, una organización conservadora, las palabras más apasionadas salieron del senador Marco Rubio, considerado una estrella en ascenso en el Partido Republicano.
Rubio, hijo de padres cubanos, se enfocó en la inmigración ilegal, tema que reconoció como uno de los más importantes para el electorado hispano a nivel nacional. Pidió que los candidatos a la nominación republicana consideren la cara humana cuando debaten cómo lidiar con los casi 11 millones de indocumentados en el país.
“Es imposible caminar una sola cuadra en Miami, Los Angeles, San Antonio y no encontrarte con alguien que está o que conoce a alguien que está en un limbo legal debido a nuestro fracasado sistema de inmigración”, declaró Rubio.
Citó la desesperación que observa en las caras de los obreros que buscan trabajo frente a las tiendas de Home Depot y el sudor de las empleadas domésticas que luchan para sacar a sus familias adelante. Según Rubio, ambos partidos han permitido que el tema se utilice para dividir a la gente en lugar de buscar soluciones.
“No hay el apoyo político para otorgarle la ciudadanía o un camino hacia la ciudadanía a estos 11 millones. Tampoco es realista pensar que los podemos deportar”, aseguró Rubio, quien ha dicho que no está interesado en el cargo de vicepresidente. “¿Cuál es la solución mágica? No hay solución mágica. Por eso es tan complejo el problema”.
Las palabras de Rubio fueron brevemente interrumpidas por los gritos de dos estudiantes universitarios que le preguntaron por qué no apoyaba el Dream Act, un proyecto de ley que legalizaría a jóvenes indocumentados que se gradúan de secundaria en este país. Guardias de seguridad del Doral Golf Resort & Spa, donde se realizó el evento, expulsaron a los jóvenes de la audiencia aunque Rubio pidió que les permitieran quedarse.
Rubio evitó estar en el lugar cuando llegaron los candidatos a la nominación republicana, Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes, y Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts, para levantar su perfil entre los votantes hispanos de la Florida. El candidato Rick Santorum, quien recibió el viernes el respaldo de Latin Builders Association, no estuvo presente.
Como habían hecho previamente esta semana, tanto Gingrich como Romney expresaron solidaridad con las comunidades de exiliados cubanos y venezolanos. Gingrich aseguró que está a favor de buscar una estrategia no militar para sacar del poder al presidente venezolano Hugo Chávez y dijo que le gustaría inundar a Cuba con teléfonos celulares para promover la democracia.
“Me gustaría ver una Primavera Cubana en el 2013 para ayudar al pueblo cubano”, comentó Gingrich, quien llegó acompañado por el ex representante Dan Burton, copatrocinador de la ley Helms-Burton.
Romney trajo a su hijo, Craig, quien vivió por algunos años en Chile y pudo hablar favorablemente sobre su padre en español. Sobre la política exterior hacia América Latina, Romney indicó que nombraría a un enviado presidencial a cargo de temas de democracia y libertad en esa región. Según él, Estados Unidos está perdiendo una batalla de marketing.
“Miren lo que Fidel logra con su Operación Milagro. Con tan poco dinero, genera tanta buena voluntad en la región”, comentó. “Mientras tanto, nosotros gastamos billones y billones de dólares y sólo cosechamos resentimiento”.
Ambos candidatos afirmaron que el sistema de visas necesita ser modificado para poder promover la industria del turismo en Estados Unidos y responder a las necesidades laborales en otras áreas, como la agricultura. Sin embargo, ofrecieron distintas soluciones para remediar el sistema migratorio.
Romney enfatizó la necesidad de construir un muro en la frontera para prevenir la inmigración ilegal. Para los indocumentados que ya están en el país ofreció un programa de legalización temporal que los obligaría a la autodeportación.
“Estas personas deben recibir un estatus temporal, pero cuando termina ese estatus ellos tendrían que regresar a sus países y esperar como todos los demás”, comentó.
Gingrich señaló que no cree que se pueda aprobar un proyecto de ley de inmigración integral porque “tendría demasiados enemigos”. Sin embargo, expresó su apoyo a un proyecto de ley recién presentado por el representante republicano David Rivera, de Miami, que otorgaría un camino a la ciudadanía para los indocumentados que sirven en el ejército estadounidense.
También propuso el establecimiento de paneles locales de ciudadanos que podrían revisar los casos de indocumentados a fin de legalizar aquellas personas que tienen el respaldo de familiares que ya sean ciudadanos.
“La idea de que abuelita se va autodeportar es una fantasía”, comentó. “Hay que buscar un sistema práctico y local”.
Un sondeo de la Universidad Quinnipiac publicado el viernes muestra a Romney con una ventaja de nueve puntos sobre Gingrich entre posibles votantes republicanos.
La conferencia empezó la noche del jueves con un breve discurso del ex gobernador de la Florida Jeb Bush, antes de que se transmitiera el debate en Jacksonville a través de una pantalla enorme. Bush declaró que los candidatos republicanos en general necesitan cambiar su tono para ser más atractivos a los votantes hispanos.
“Si nosotros ignoramos las aspiraciones de las comunidades hispanas en todo el país, creo que los candidatos conservadores perderán, no porque tienen un mensaje equivocado, sino porque su tono es equivocado”, subrayó.
Bush, quien ha rehusado respaldar a ningún candidato, dijo que quizás lo hará después del martes, cuando se realizarán las primarias republicanas en la Florida.
“Creo que es importante que los candidatos obtengan la victoria por sus propios esfuerzos”, comentó Bush, quien aseguró a El Nuevo Herald que no se postulará a último minuto para la nominación presidencial republicana.
Sin embargo, declaró que no sabe cómo respondería si se le pide ser el candidato a la vicepresidencia.
“Yo no sé”, afirmó el jueves en la noche. “No creo que es probable, considerando mi situación, pero uno nunca puede decir nunca”.
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