15 enero, 2012

Presidenciables cambian imagen rumbo a las urnas

Todos los aspirantes han modi­ficado su look: algunos sólo cambiaron de peinado y otros incluso recurrieron a cirugías

Claudia Solera
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CIUDAD DE MÉXICO, 15 de enero.- El fenómeno Barack Obama dispersó cualquier debate que haya existido sobre el peso que tiene la imagen de un político. Es importante, y eso lo acepta hasta un personaje de centro izquierda como el presidente de Perú, Ollanta Humala.

Para la candidatura, el sudamericano colgó su atuendo militar en el armario y las camisas rojas que lo asociaban con un dictador, y optó por los trajes, corbatas y colores azules para causar un aire empresarial y familiar.
Hoy los cinco precandidatos mexicanos a la Presidencia también están transformado su apariencia con el único objetivo de lograr más votos. Ya son evidentes algunas de las visitas que han hecho al cirujano plástico, al dentista, al sastre o al asesor de imagen.
Josefina Vázquez Mota
Aunque paulatina, la transformación de la precandidata del PAN fue radical. Hace 11 años, cuando rindió protesta en el sexenio de Vicente Fox como secretaria de Desarrollo Social, su aspecto era de una burócrata clásica.
Vestía trajes sastres en tonalidades oscuras, usaba maquillaje recargado, tenía cabello negro y se alzaba un leve crepé en el fleco con fijador, estilo moda de los años 80. La especialista en imagen, Vianey Esquinca calcula, al analizar las fotografías de ese entonces, que la política pesaba unos diez o 15 kilos más que ahora.
La pérdida de peso estuvo entre los primeros cambios que se notaron en Josefina Vázquez Mota. Poco tiempo antes de renunciar a la Secretaría de Educación Pública, en abril de 2009, para convertirse en diputada federal, varios a su alrededor rumoraban si la funcionaria padecía problemas de anorexia.
La precandidata panista en los últimos años también fue aclarándose el cabello y las cejas, hasta terminar con dos o tres tonos menos de color y se puso luces. “Eso palideció su piel y le dio un efecto más claro”, comenta Esquinca.
En agosto pasado, en una nota periodística se escribió sobre la transformación que iba teniendo: “Con motivo de la presentación del Informe 2011 de la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados, la coordinadora de la bancada panista en este recinto legislativo, Josefina Vázquez Mota, cambio su look. Con un nuevo corte y tinte de cabello (…) muestra un cambio de imagen que la hace ver más joven, fresca y amigable”.
“Ha sido impresionante cómo refinó su ropa. Antes era sumamente clásica y aburrida. Iba a la Secretaría de Desarrollo Social con un traje sastre negro de oficinista, con collar de perlas, y ahora es una clásica contemporánea. Ya combina colores y texturas. Como es una mujer muy pequeña y escasas marcas  de ropa fina tienen petits, muy probablemente un sastre le confecciona sus vestidos”, dice la especialista.
Desde hace unos meses, la consultora de imagen política y personal Ximena de la Parra ha escuchado a otros colegas, a especialistas en crisis mediáticas y a cirujanos plásticos platicar sobre la cirugía en los párpados (blefaroplastia) que se hizo la precandidata, “y son fuentes muy confiables”, asegura.
“La blefaroplastia está confirmada; de hecho, se le ve la incisión en la ceja inferior. También es evidente por una cicatriz al contorno de la oreja, un estiramiento en cuello y mejillas”, asegura Porfirio Castillo Campos, cirujano plástico certificado estético y reconstructivo (Premio Nacional de Cirugía, 1987).
La blefaroplastia está entre las cuatro cirugías plásticas que más se practican a escala mundial, sólo por debajo de la liposucción, implantes mamarios y la rinoplastia. Cuesta entre 25 mil y 40 mil pesos y tiene una rápida recuperación, de una a dos semanas.
Ernesto Cordero
De inmediato salieron comentarios en diversos medios y en Twitter sobre los dientes nuevos del precandidato panista, Ernesto Cordero Arroyo. Desde octubre ya aparecían fotos del antes y después de ir al dentista.
Los consultores afirman que tiene éxito un cambio de imagen cuando es paulatino y casi imperceptible. De lo contrario, desata burlas y críticas como sucedió con Cordero. Algunos tuiteros, por ejemplo, lo comparaban con un rockstar.
Desde hace diez años, Hugo Hernández Vargas, del Centro de Especialidades Dentales Polanco, ha realizado trabajos dentales estéticos a decenas de senadores. Explica que si la nueva dentadura de Cordero fue tan obvia es porque la forma de sus dientes de porcelana no coincide con la de su cara, como sería naturalmente. “Su cara es ovalada y los dientes que le pusieron son cuadrados y desproporcionados”.
Hugo Hernández también detectó otro error: los dientes de Cordero son demasiado blancos (como los de un adolescente). “Eso provoca que se vean falsos. Alguien de su edad debería tenerlos traslucidos”.
Este trabajo dental le costó al precandidato entre 50 mil y 120 mil pesos. Tuvo que asistir a mínimo seis sesiones en un periodo de tres semanas.
“Unos dientes muy artificiales crean un mensaje de desconfianza”, analiza Ximena de la Parra, consultora de imagen política y personal.
El año pasado (5 de junio de 2011), Excélsior publicó cómo algunos funcionarios del gabinete de Calderón habían bajado varios kilos, a través de una dieta proteica, controlada por el Hospital ABC y el Hospital Ángeles del Pedregal. Entre ellos estaba el entonces secretario de Hacienda, Ernesto Cordero. Por este método se pueden pagar hasta 17 mil pesos mensuales.
Al comparar imágenes de Cordero en la oficina de Hacienda (2009) con su actual gira de campaña es evidente la reducción de tallas.
Santiago Creel
La mayoría de los mexicanos ubicaron a Santiago Creel cuando tomó protesta como secretario de Gobernación (diciembre 2000), durante la presidencia de Fox. Los cambios en este precandidato panista se debieron a los años y a la asesoría de imagen, a diferencia de sus principales rivales: Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero, quienes sí recurrieron a tratamientos estéticos.
Creel encaneció; rebajó su barba al ras de la piel, volviéndola casi invisible para transmitir un mejor mensaje  y disminuyó el volumen de su cabello.
“Santiago Creel (Miranda) no se siente cómodo quitándose la barba. Ya lleva muchos años con ella, por eso se la deja al ras sin eliminarla por completo, pero la barba es un tema de imagen, porque una cara cubierta de vello da la impresión de que algo oculta”, asegura la consultora Vianey Esquinca.
También una barba larga y encanecida transmite cansancio y mayor edad, de acuerdo con Ximena de la Parra, también especialista en imagen.
Excélsior rastreó archivos fotográficos de mediados de los años 90 para investigar si había otras transformaciones en el político, y encontró que Santiago Creel, el ex consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral, usaba unos lentes de pasta gruesa con una graduación muy elevada. Además, su cabello tenía tal largo que se formaban unos rizos en su nuca.
El precandidato repite el azul en camisas y en corbatas. “Así es como enseñan a vestirse a las juventudes panistas para representar a su partido y él fue parte de esto”, afirma Fernando González Climent, consultor de imagen. El azul simboliza a la familia y a empresarios, sector al que va dirigido el PAN, según los especialistas.
También usa blazer, trajes clásicos de buen corte, corbatas tejidas y le gustan las chaquetas españolas. “Alguna vez dijo que un sastre mexicano de casimir confeccionaba sus trajes. Si esto es cierto, gasta en promedio 15 mil pesos por cada uno”, dice González Climent.
Enrique Peña Nieto
Detrás de Enrique Peña Nieto están los mejores asesores de imagen de esta contienda presidencial. Pero como la perfección es imposible, los consultores critican el aspecto tan cuidado que proyecta el político priista. “Al verlo quieres que algo esté desaliñado”, dice Vianey Esquinca.
El exceso de fijador en el cabello de Peña Nieto da una imagen rígida, sin flexibilidad, considera el estilista Mauricio Rugerio.
Todos los consultores coinciden que rebajarían el copete del político, porque “luce anticuado”. “También se ve exagerado, por eso lo caricaturizan y le ponen apodos”, argumenta Esquinca.
Ximena de la Parra, experta en imagen, cuenta que el precandidato priista es tan perfeccionista con su imagen que se hace manicure por lo menos una vez a la semana y faciales una vez al mes.
“Es impecable con su ropa. Se ve que le gusta la sastrería fina. Sus trajes están muy bien proporcionados. Yo sólo veo tres tiendas en México que pudieran hacerle ese trabajo y que son frecuentadas por políticos: Antonio Solito, Leo Fabio y Ermenegildo Zegna, donde los trajes cuestan desde 65 mil hasta 130 mil pesos. Es evidente que gasta un dineral en imagen, pero ningún político en sus cinco sentidos diría cuánto gasta”, comenta Fernando González Climent.
En sus camisas se nota algodón egipcio, de acuerdo a los consultores. Así como Santiago Creel suele usar ropa del color de su partido, Peña Nieto también. Es común verlo vestido con corbatas rojas rayadas y ponerse chamarras rojas cuando sale de gira. Este color simboliza patriotismo y autoridad; y va dirigido a los altos ejecutivos.
Enrique Peña Nieto mantiene el mismo aspecto que tenía como gobernador del Estado de México y que le funcionó con muchas mujeres.
Andrés Manuel López Obrador
Por su ideología, la imagen es un capítulo sin relevancia en la carrera política del candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador. “Los cambios en él son los normales de la edad. Embarneció; perdió cabello, encaneció y sufrió la transformación de la moda, pasó por los trajes de cuadros de los 60 hasta los clásicos de la actualidad”, dice Vianey Esquinca.
Aunque en López Obrador son imperceptibles las modificaciones en su apariencia, trata de proyectarse más ejecutivo en estas elecciones. “De usar sólo corbatas amarillas y beige, tonalidades del PRD, colores que representan al pueblo y a la tierra, de repente viste algunas azules”, afirma Ximena de la Parra,  consultora de imagen política y personal.
También desapareció “su famoso gallito”. Le recortaron ese remolino que se le hacía en el centro de la cabeza, que tanto caricaturizaban los medios de comunicación. “Busca colocarse dentro de otros sectores de la sociedad”, asegura Mauricio Rugerio, estilista. 
Como de los cinco contendientes a la Presidencia es quien más está en campaña es común verlo de ropa casual. “Y el que más repite su guardarropa”, observa González Climent.
En esta contienda hacia Los Pinos, poco importa el partido o ideología de los aspirantes, es evidente que todos siguieron las tendencias electorales de otros países como Perú o Estados Unidos, y están dispuestos a explotar su propia imagen con tal de asegurar su triunfo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No importa lo que digan, para mi el mejor es Santiago Creel. Aparte de guapo, inteligente, preparado y comprometido, es el unico con más experiencia polítca de los candidatos.