12 enero, 2012

Se disparan las muertes ligadas al narcotráfico en México

CIUDAD DE MÉXICO—La violencia relacionada al narcotráfico en México sigue aumentando, según estadísticas del gobierno divulgadas el martes, lo que sugiere que el gobierno del presidente Felipe Calderón no está más cerca de resolver la guerra contra las drogas que ha cobrado la vida de cerca de 50.000 personas y ha convertido partes del país en virtuales zonas bélicas.
Durante los primeros nueves meses de 2011, unas 12.903 personas fueron asesinadas en violencia relacionada con el narcotráfico, 11% más que las muertes registradas durante el mismo período en 2010, según una base de datos divulgada por la Procuraduría General.
MEXICOAgence France-Presse/Getty Images
El Casino Royale, en Monterrey, donde murieron 52 personas. 

Durante los cinco años que han transcurrido del mandato de Calderón, el conteo oficial de muertos se ubica en 47.515 personas, aunque esa cifra no incluye las bajas de los últimos tres meses.
Si el aumento de 11% en los asesinatos relacionados con el narcotráfico se mantuviera en los últimos tres meses de 2011, eso significa que unas 16.953 personas murieron en todo 2011, una cantidad abrumadora que es mucho mayor a la tasa de muertes relacionadas al combate en Afganistán. Unas 15.273 personas murieron en hechos de violencia relacionada a las drogas en 2010, según cifras del gobierno.
El gobierno de Calderón intentó encontrarle un lado positivo a las sombrías cifras. En una declaración, la Procuraduría General afirmó que la tasa de aumento en las muertes se había desacelerado, frente a un alza de 70% durante 2010 comparado con 2009.
La oficina del presidente no respondió a un pedido de comentario sobre las nuevas cifras.
La cifra está comenzando a estabilizarse, pero a niveles muy altos, afirmó Eduardo Guerrero, un analista de seguridad en Ciudad de México que publicó su propio conteo extenso sobre la creciente violencia. Guerrero estima que unas 16.600 personas murieron en la lucha contra el narcotráfico el año pasado.
El aumento de las muertes es el resultado de una serie de batallas que se han librado en todo el país en los últimos años entre varias bandas rivales del narcotráfico que pelean por controlar el territorio desde donde pueden enviar drogas a EE.UU. así como realizar secuestros y extorsiones.
Calderón, al asumir en diciembre de 2006, envió decenas de miles de tropas a varios estados donde los traficantes batallaban a plena luz del día, con la esperanza de al menos devolverlos a las penumbras donde habían operado durante décadas con relativa impunidad.
La ofensiva ha tenido algunos logros notables, como asesinar o capturar a decenas de líderes de carteles. Pero podría haber echado lecha al fuego inadvertidamente al desatar nuevas luchas de poder dentro de los carteles para reemplazar a los líderes.
La creciente cantidad de muertos es un problema político para Calderón y su conservador Partido de Acción Nacional, cuando se prepara para las elecciones presidenciales de julio. El PAN no podrá apuntar a una menor cantidad de muertos como evidencia de que están obteniendo el control de la crisis de seguridad de México. La Constitución mexicana le prohíbe a Calderón buscar la reelección.
Las encuestas muestran que la mayoría de los mexicanos aún apoyan ampliamente al ejército y la ofensiva, pero también les preocupa cada vez más el derramamiento de sangre. La mayoría también cree que el gobierno está perdiendo la guerra.
El partido de Calderón, que aún debe elegir un candidato, está segundo en las encuestas detrás del líder Enrique Peña Nieto, del ex partido gobernante, el Partido Revolucionario Institucional. El PRI, que gobernó México durante décadas incluso cuando los carteles adquirían más poder, afirma que continuará atacando a los narcotraficantes, pero se concentrará en reducir la violencia más que en capturar cocaína y a los capos de los carteles.

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