12 febrero, 2012

Alemania señala a Grecia la puerta de salida de la moneda única. Claudi Pereze


El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, conversa con la directora del FMI, Christine Lagarde. / Olivier Hoslet (EFE)
Europa ya no cree en Grecia. Alemania no se fía. Demasiadas promesas rotas, demasiadas fechas límite incumplidas. El Eurogrupo más tenso de los últimos tiempos dejó la noche del pasado jueves un momento inquietante: en medio de una reunión con un tono mucho más bronco de lo habitual, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, exigió a Grecia un compromiso por escrito de que esta vez sí se van a poner en marcha las draconianas medidas de austeridad necesarias para liberar las ayudas internacionales. De lo contrario, sin eso atado y bien atado, la puerta de salida del euro está abierta: Grecia deberá convocar un referéndum para ver si sus ciudadanos quieren seguir en el euro o no, amenazó durante la reunión Schäuble a su homólogo griego, Evangelos Venizelos, según fuentes comunitarias.

Grecia discute su futuro en el euro en medio de la agitación social. Amanda Mars



Con una batalla campal en la calle, bajo los ojos trémulos de Europa y la amenaza de Berlín, después de meses de negociaciones erráticas y todos los ultimatos burlados, los parlamentarios griegos discuten ahora para votar el plan de rescate que debe salvar a Grecia de una quiebra desordenada y garantizar su permanencia en el euro. Fuera del Parlamento, cargas policiales y cócteles molotov. La policía plagaba la legendaria plaza de Syntagma de Atenas de gases lacrimógenos para ahuyentar a las decenas de miles de manifestantes que clamaban contra los recortes sociales que conlleva ese salvamento económico.
Eran 25.000, según la policía; 100.000, según fuentes de los organizadores que citó Efe, pero era sobre todo una masa descomunal que, con el insoportable gas que abrasa la cara, se desparramó por las calles adyacentes de Syntagma. Se repitieron escenas de los últimos días, carreras, gritos y las tiendas y cafés bajando las persianas a toda prisa, solo que ayer había más gente, mucha más gente, y miles de agentes desplegados por toda la ciudad.

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