24 febrero, 2012

Colombia: Prófugos de la “injusticia” – por Carlos Lopera Pérez


Al hombre que le dedicó gran parte de su vida a la paz de Colombia, la Fiscalía General de la Nación lo busca para encarcelarlo por haber cometido un grave delito.


Este hombre que argumenta que no tiene garantías y que es un perseguido político, pide desesperadamente asilo en un país vecino.
Este prófugo de la justicia, también asegura que ni la Fiscalía ni el Presidente se están comportando de manera justa en su caso.
Los que antes eran sus compañeros políticos ahora le dan la espalda. Sus contradictores aparecen en todos los noticieros y no ahorran argumentos para exigirle que regrese a Colombia a darle la cara a la justicia.
La anterior historia, aunque se le parece, no es la del excomisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, quien luego de desmovilizar más de 40.000 delincuentes, ahora lo acusan del delito de falsa desmovilización de algunos paramilitares.
La historia antes narrada le ocurrió en 1998 al exministro y miembro de la Comisión de Paz, Álvaro Leyva , quien fue acusado de haber recibido dineros del narcotráfico.
El doctor Leyva obtuvo asilo político en Costa Rica, argumentando que era un perseguido político y acusó al entonces presidente, Ernesto Samper , de crear una venganza contra él por haber ayudado al triunfo de Pastrana.
Luego de permanecer largos años escondido, Leyva fue declarado inocente por la Corte Suprema de Justicia de Colombia y pudo regresar al país en 2006. Luego de esta injusticia, el doctor Leyva fue un interesante candidato a la Presidencia.
Si el doctor Leyva le hubiera dado la cara a la Justicia de Colombia como sus enemigos se lo pedían, por falta de velocidad en la justicia, habría desperdiciado varios años de su vida en la cárcel.
Con lo anterior, no se pretende hacer apología del delito, pidiéndoles a los delincuentes que huyan. Lo importante es reconocerle a toda persona el derecho de respetar o de desconfiar de la justicia a la que se someterá.
El asilo político es una figura necesaria y aceptada por los Estados del mundo, para proteger a los acusados de justicias politizadas.
La justicia colombiana se engrandece si respeta el derecho de sus acusados a solicitar el asilo.
El excomisionado de Paz, al igual que Álvaro Leyva , deberá probar que es un perseguido político para obtener el asilo.
Si no se obtiene, el excomisionado Restrepo debería preocuparse, pues la Fiscalía cree que desmovilizar a un paramilitar es tan fácil como confesar a un monaguillo.
Si este prófugo obtiene el asilo, el que debería preocuparse es el aparato judicial de Colombia, pues en el exterior estarían reconociendo que aquí faltan garantías.

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