17 febrero, 2012

La “Obamanomía” ha fracasado




Hace hoy tres años, el presidente Barack Obama firmó y promulgó como ley su paquete de estímulo de un billón de dólares, una medida que él prometió que salvaría o crearía tres millones de empleos para finales de 2010 y que impediría que el desempleo subiese más del 8%. Y aunque hoy el presidente probablemente alegaría que gracias a sus esfuerzos la economía de Estados Unidos está creciendo, no le crean. Se ha pronunciado el veredicto: La Obamanomía, o sea la economía a lo Obama, ha fracasado.


Pero no tienen que aceptar nuestra palabra. Ayer, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) publicó un informe que ofrece un análisis de los últimos tres años de la economía con Obama. Resumiendo, con el estímulo no se llegado a lo prometido por el presidente.

La CBO escribe que el índice de desempleo de Estados Unidos ha excedido el 8% desde febrero de 2009, convirtiéndose así en el más largo período de alto desempleo desde la Gran Depresión. Para empeorar las cosas, el desempleo permanecerá por encima del 8% hasta 2014. Y el nivel de desempleo a largo plazo —aquellos que buscan un trabajo durante más de seis meses— está por encima del 40%, el más alto desde al menos 1948, cuando se recogieron estos datos por primera vez.
“Pero, un momento”, podría Ud. decir. “Se crean empleos; estamos en el camino a la recuperación”. Muy cierto. La Casa Blanca presume de que se crearon en enero 257,000 empleos y que la economía ha añadido empleo en el sector privado durante 23 meses seguidos. Aunque esas son buenas cifras, tenga en mente que en este caso, la belleza de la economía de Obama es puramente superficial y que no ha habido conversión del plomo en oro. De hecho, la fortaleza de la recuperación de la economía de Estados Unidos es mucho más débil de lo que se dice. Y aunque el presidente querría que se le acreditase el actual crecimiento a su paquete de estímulo, tenga en mente que el estímulo terminó hace un año. La Obamanomía predijo un crecimiento más rápido y más pronto, no más tarde, y ciertamente no después de que se acabase el estímulo.
En un nuevo informe de Heritage, James Sherk explica que el crecimiento actual debe verse en su contexto apropiado — como secuela de la peor recesión en dos generaciones, la recuperación actual es notablemente lenta. Aunque la economía está creciendo, la actual recuperación económica es la más lenta de la era de la postguerra. Cuatro años después de empezar la recesión, la economía todavía no ha reemplazado los empleos perdidos en el bajón. Y aunque la economía normalmente crece rápidamente después de una recesión muy pronunciada, las tasas de contratación siguen hoy un sexto por debajo de los niveles prerrecesión. ¿Qué nos deparará el futuro? Con las tasas actuales de creación de empleo, la economía no volverá a los índices normales de desempleo hasta 2015.
Esta decepcionante economía está teniendo un impacto terrible en los trabajadores americanos. Sherk escribe que millones de americanos han dejado de buscar trabajo y que hoy sólo el 63.7% de los adultos están activos en la fuerza laboral, lo que quiere decir que están o bien trabajando o bien buscando un empleo. Ese es el nivel más bajo desde 1983.
Si piensa que eso son malas noticias, espere para lo que queda por llegar para nuestro país. “Las pequeñas empresas identifican actualmente como sus más importantes problemas a los impuestos y las regulaciones gubernamentales”, escribe Sherk. “Los negocios calculan pensando en el futuro y temen que el Congreso eleve los impuestos para cubrir el costo de la reciente racha de gastos federales”. Y tampoco hay visos de que vayan a conseguir respiro pronto. El lunes, el presidente Obama publicó su presupuesto del año fiscal 2013 y este contiene un déficit anual de más de un billón. Para los que lleven la cuenta, es el cuarto presupuesto de más de un billón de déficit que el presidente ha entregado. Incluso el propio secretario del Tesoro del presidente, Timothy Geithner, dice que el nivel de gasto es “insostenible”.
Ayer, al prestar testimonio ante el Congreso, Geithner admitió: “Incluso si el Congreso promulgara este presupuesto, todavía estaríamos —en las décadas siguientes al tiempo que se jubilan millones de americanos— con compromisos insostenibles en Medicare y Medicaid”. No son el tipo de noticias que los creadores de empleo de Estados Unidos necesitan oír si se quiere alcanzar un nivel de confianza en Washington que les anime a seguir adelante, invertir y crear nuevos empleos.
Pero esa es la historia de la Obamanomía — un agujero negro de enorme aparato del gobierno que chupa la energía de la máquina generadora de empleo de Esados Unidos para alimentar una burocracia siempre en expansión. Esta tendencia debe acabar. Washington debería adoptar políticas pro-crecimiento como el impuesto de tipo único, permitir la exploración y uso de los combustibles fósiles americanos, alentar políticas de libre comercio, recortar regulaciones innecesarias y presentar un presupuesto que ponga al gobierno bajo control. Los americanos han sufrido por mucho tiempo ya y no pueden permitirse esperar aún más.

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