¿Merece la pena comprar acciones de Facebook?
El mundo financiero y las redes sociales
–dos animales que se necesitan cada vez más y se quieren cada vez
menos— están en estado de levitación por la salida a Bolsa de Facebook,
cuyos trámites acaban de iniciarse y que se hará realidad dentro de
pocos meses. Se habla intensamente de una venta inicial de unos 5 mil
millones de dólares que pueden convertirse en 10 mil millones. Ello
supondría valorar a la empresa en unos 100 mil millones de dólares en total. Esto convertiría en millonarios a más de mil empleados.
La pregunta que nos hacemos los que nos
hacemos estas preguntas es: ¿comprar o no comprar? Mi modesta sugerencia
(no acabo de escribir estas líneas y ya me estoy parapetando debajo de
la mesa) es no comprar. No porque no crea que la empresa vale los 100
mil millones sino porque no los vale en este momento y no tengo, a estas
alturas, razonables indicios de que los valga en el futuro.
El momento para comprar Facebook era
cuando se iniciaba o estaba en etapa de crecimiento veloz y era posible
adquirir sus acciones por precios interesantes. No había que ser
multimillonario para ello: aunque no era fácil, había servicios como secondmarket.com
que permitían conseguir acciones en el mercado privado. Si tenías la
suerte de ser cliente de Goldman Sachs y no eras estadounidense, en 2010
el banco de inversión te las ofrecía también, aunque en ese caso tenías
que tener bolsillos más poblados. Y no descarto que algún día resulte
atractivo comprar acciones de Facebook en Bolsa, sólo que tendrá que ser
cuando el precio, que con toda seguridad será excesivo en un primer
momento, baje de la estratosfera a la realidad.
Hasta donde podemos saberlo –y las
empresas que no cotizan en Bolsa pueden esconder su información
financiera sin grandes problemas—, el gigante de las redes sociales
ingresa, gracias a sus 844 millones de usuarios y lo que eso significa
en ventas de publicidad o en comisiones por comerciar música y juegos,
cerca de 4 mil millones de dólares al año. Sus ganancias netas,
según el documento presentado por Facebook al regulador, fueron unos
mil millones de dólares el año pasado. Quiere decir que si, al momento
de salir a Bolsa y como todos dan por descontado, la valoración de
Facebook se sitúa en cerca de 100 mil millones de dólares, lo que el
comprador despistado estará adquiriendo es un papel (es un decir) que le
habrá costado más de 100 veces lo que ese papel le da derecho a
considerar suyo: el porcentaje de las ganancias totales de la empresa
que le corresponden.
¿Qué significa pagar más de 100 veces
las ganancias? Sencillamente, que si Facebook siguiera ganando en el
futuro lo mismo que ahora (siempre en el supuesto de que los números
sean acertados, algo imposible de saberse hasta que Facebook cotice en
el mercado y sus cuentas se vuelvan transparentes), un accionista
tardaría más de 100 años en recuperar su dinero. Nadie en su sano juicio
apuesta a que una empresa tarde 100 años en devolverle su inversión.
Quien compra a esos precios lo hace porque está convencido/a de una de
dos cosas: o que habrá un idiota dispuesto pagarle todavía más por sus
acciones relativamente pronto, o que las ganancias de la empresa
crecerán tanto en los próximos años que el precio pagado originalmente
habrá sido conservador.
No descarto que esto ocurra. Es
frecuente que haya alguien más idiota que uno dispuesto a redimirlo a
uno de su idiotez, superándola. Y hay casos como el de Google, que en
2004 salió a Bolsa con una valoración de 23 mil millones de dólares y al
momento de escribir yo estas líneas vale más de 180 mil millones. Pero
también hay muchos otros casos en sentido contrario, empezando por AOL y
Yahoo, cuyas valoraciones originales el tiempo no ha justificado en el
largo plazo.
Con más de 800 millones de usuarios y
más del 70 por ciento del mercado bajo su control, ¿tiene Facebook campo
para crecer tanto como para que se justifique pagar más de 100 veces
sus beneficios? Y si la expectativa no está relacionada con el aumento
del número de usuarios sino con el de sus ingresos por publicidad sobre
la base actual, ¿tenemos suficiente garantía de que está blindada frente
a la competencia como para que podamos pronosticar con mucha seguridad
que durante muchos años más será tan dominante que los anunciantes se
verán obligados a gastar cada vez más dinero en ella?
Otra consideración: las empresas con
mayor valoración bursátil del mundo sólo valen dos o tres veces más de
lo que valdrá facebook en su primer día en el parqué si su
capitalización alcanza, en efecto, los 100 mil millones de dólares. Y
esas empresas, entre las cuales está Microsoft, que vale apenas dos
veces y pico más de lo que valdría Facebook, no sólo han tardado mucho
tiempo en situarse allí, sino que cotizan, valiendo lo que valen, a
muchas veces menos beneficios de lo que cotizaría Facebook.
Dicho esto, tiene todo el sentido del
mundo para quienes poseen hoy acciones de Facebook y trabajan en la
compañía, empezando por Mark Zuckerberg, salir a Bolsa y hacerse super
ricos con ello. Yo haría lo mismo en su lugar. Por lo pronto, las leyes
americanas obligan a salir a Bolsa cuando una empresa tiene un cierto
nivel de ingresos y cuando suma 500 accionistas. Pero también es cierto
que buena parte de quienes apostaron a Facebook desde el inicio lo
hicieron con la expectativa de ver el valor de sus acciones
multiplicarse exponencialmente mediante la salida a Bolsa. Los accionistas grandes y pequeños
vinculados a la epopeya tecnológica iniciada por Zuckerberg tienen todo
el derecho de querer cobrar por su temprana apuesta. Sobre todo si hay
tanto incauto dispuesto a pagar más de 100 veces beneficios.
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