Por Ana Paula Ordorica
Las encuestas no son más que una
fotografía del momento. Eso se han encargado de recordarnos una y otra
vez los principales encuestadores del país.
Incluso con ventajas importantes, el
panorama de enero de 2000 y enero de 2006 pintaba, según las encuestas,
para que ganara un candidato que al final no resultó el triunfador.
Consulta Mitofsky tenía en enero de 2000
a Francisco Labastida (PRI) arriba en las encuestas con 49% de las
preferencias; Vicente Fox (PAN-PVEM) estaba en segundo lugar con 37%, y
Cuauhtémoc Cárdenas (PRD-PT-Convergencia) tenía tan sólo 12%.
Seis meses después, la historia es
conocida. El 2 de julio ganó Vicente Fox con 42.52% de las preferencias.
Francisco Labastida obtuvo 36,11% de los votos.
En enero de 2006 se repetiría una
historia similar. Entonces, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) contaba
con 39% de las preferencias, Felipe Calderón tenía 31% y, Roberto
Madrazo, 29% de las preferencias.
Al final, el 2 de julio de 2006, el triunfador fue Felipe Calderón con 35,89% de los votos; AMLO obtuvo 35,31%.
Y ahora, con Enrique Peña Nieto a
la cabeza en las encuestas con 50% de las preferencias, algunos
vaticinan su inevitable triunfo. Otros toman en cuenta los
resultados electorales anteriores para decir que aún falta tiempo y que
todo puede pasar de aquí al 2 de julio.
Hay muchos argumentos para abonar en ambos sentidos.
Para sustentar que el triunfo de Peña está asegurado está la gran ventaja entre el primero y el segundo. Hoy,
entre Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, que es la panista que
más se acerca al priista, hay una distancia de 22 puntos porcentuales, no de ocho, como había en 2006.
Además, es importante tomar en cuenta
las nuevas reglas electorales. Éstas juegan a favor del actual puntero.
Las campañas electorales formalmente son del 30 de marzo al 27 de junio.
En tres meses es muy difícil lograr darle la vuelta a las preferencias
electorales, como ocurrió en 2006, cuando la campaña fue de más de seis
meses.
Habiendo tan poco tiempo para hacer
campaña y ante reglas tan estrictas para sacar spots al aire, que
impiden que una campaña reaccione inmediatamente para aprovechar el
error del contrario, estamos en este 2012 en un escenario que favorece al puntero, a Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, ahora, a diferencia de las
dos elecciones presidenciales pasadas, en este inicio de año no tenemos
un candidato definido del PAN y por ello esas encuestas pueden variar
muchísimo aún.
Además, estamos ante la novedad de que
habrá un cuarto candidato a la presidencia por el Panal, que no sabemos
en qué medida y a quién vaya a ayudar o perjudicar una vez nombrado.
Esto es algo que se puede prolongar, de acuerdo con el calendario
electoral, hasta el 22 de marzo.
Como en cualquier democracia,
siempre hay lugar para las sorpresas. En México éstas han estado
presentes en cada elección reciente. Por ello, me inclino hacia quienes piensan que hoy nada está escrito de cara a las elecciones de julio.
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