Más allá de las consignas y las protestas, datos
duros sobre la minoría voraz que concentra buena parte de la riqueza de
Estados Unidos y contra la cual se ha levantado la operación Ocupa Wall
Street.
Conforme
pasan los días parece que la operación Ocupa Wall Street, iniciada el
pasado 17 de septiembre con apenas un puñado de interesados, va ganando
presencia en los medios —incluso en aquellos que no quisieran incluirla
entre sus titulares— y, lo que es todavía mejor, simpatía entre el
grueso de la población, especialmente jóvenes universitarios y personas
ligadas históricamente a las luchas a favor del bienestar común y en
contra de los abusos en los que incurre habitualmente y por
consentimiento general la gente en el poder.
Sin embargo, en esta ocasión el
movimiento de protesta ha enfocado sus reclamos a la élite financiera
que maneja verdaderamente el destino de un país. Más allá del
gobernador, el legislador, incluso el presidente o primer ministro de un
país, un pequeño grupo de personas dicta las reglas de este perverso
juego en el que las mayorías terminan pagando las decisiones
equivocadas, dejando las ganancias a esa minoría económicamente
poderosa.
Ese es justamente el enemigo a quien los
protagonistas de Ocupa Wall Street tienen en el blanco. La élite
financiera que, en el caso de Estados Unidos, agrupa al 1% de la
población total. Un 1% rebosante de lujos, exenciones fiscales,
perversas artimañas para aumentar las ganancias y un sinfín de
privilegios logrados a costa del 99% restante de la población.
Y no se trata de consignas sin sustento.
Personas de incuestionable probidad como el premio Nobel en Economía
Joseph Stiglitz y otros académicos de importantes universidades y
centros de investigación han documentado la increíble desproporción
entre uno y otros sectores, entre la minoría acaudalada e insaciable y
la mayoría al parecer cansada y dispuesta ya a solucionar esta
inequidad.
Por otra parte recordemos que si bien
los datos que se presentan a continuación han sido extraídos de las
estadísticas estadounidenses, el modelo económico-político antes
descrito ha sido exportado o impuesto en tantos países como lo han
permitido los gobiernos y las poblaciones locales, un poco porque buena
parte de las corporaciones implicadas llevan sus intereses más allá de
las fronteras de Estados Unidos.
- 1. El 42% de la riqueza nacional en manos del 1% de la población total de Estados Unidos
Personajes como el mencionado Joseph
Stiglitz y William Domhoff, sociólogo de la Universidad de California en
Santa Cruz, han reunido los datos suficientes para evidenciar que las
personas más ricas de Estados Unidos, aproximadamente el 1% de la
población, concentran casi la mitad de la riqueza del país, un 42%.
Sin embargo, según se ve en el gráfico,
el 58% restante no se reparte equitativamente en el resto de la
población. Por el contrario: esta tendencia desigual se mantiene al
grado de que el 80% de la población tiene que conformarse con el 7% de
la riqueza del país.
En este caso la riqueza financiera se calcula restando al patrimonio neto total el valor de la casa propia.
- 2. El 1% de la población se embolsa el 24% de los ingresos nacionales
Con cifras similares a las de países
notablemente distintos como Nicaragua, Venezuela o Guyana, en Estados
Unidos la minoría del 1% se embolsa el 24% de los ingresos nacionales.
Este dato, escandaloso en sí mismo, se agrava al considerar que hace
treinta años el porcentaje del ingreso obtenido se limitaba al 9%.
- 3. La mitad de las reservas financieras de Estados Unidos, bonos y fondos mutuos también pertenecen al 1%
Según una investigación del Institute
for Policy Studies, desde 2007 la élite financiera de Estados Unidos
monopoliza el 50% de los instrumentos de inversión como reservas, bonos y
fondos mutuos, mientras que la mitad de la población se reparte apenas
el 0.5%. Una elocuente reciprocidad de cifras.
- 4. Que la deuda la paguen las mayorías
Otro índice importante en la economía de
una nación es la deuda y en el caso de Estados Unidos y de estos
altibajos entre minoría versus mayorías los datos también son
sorprendentes. William Domhoff expone que al susodicho 1% de la
población le corresponde únicamente el 5% de la deuda personal del país,
en contraste con el 90% de la población que lleva a cuestas el 73% de
la deuda total.
- 5. En los últimos veinte años el salario de los CEOs ha crecido en casi 300%
Como se muestra en la siguiente gráfica,
entre 1990 y 2005 lo salarios y ganancias de los ejecutivos de las
grandes corporaciones y las corporaciones mismas aumentaron más allá del
100%, en el caso de los CEOs rozando el triple de esto con el 298%. La
paga de los obreros, en cambio, se incrementó durante el mismo período
solo el 4.3% y el salario mínimo federal en Estados Unidos incluso se
vio disminuido en un -9.3%.
- Bonus: la recaudación de impuestos
Quizá este rápido resumen, aun en su
brevedad, no podría estar completo si no incluyera datos sobre los
impuestos que paga la élite en Estados Unidos por concepto de sus
ganancias. Si bien los datos en los que se basa el gráfico que se
muestra a continuación no son tan recientes como los anteriores, es
posible observar que el 1% de la población estadounidense, los más ricos
entre los ricos, pagan cada vez menos impuestos, tendencia que se
mantiene por lo menos desde mediados de los años noventa y que, por si
esto no bastara, se ha contagiado a otros sectores de ingresos
similares, entre los cuales la recaudación fiscal es cada vez menos
efectiva.
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